Blues del bueno en el Submarino Amarillo

27 de enero de 2014



Un público deseoso de consumir excelente música repletó la presentación del grupo AKDA1 llevada a cabo en el club Submarino Amarillo, el viernes 17 de enero, a las 5 de tarde. Entre los artistas invitados se encontraron el trompetista Pavel Cabrera, Vladimir González en la armónica, y la leyenda del género, Humberto García Manrufo.

Hay conciertos en los que son las voces las que emocionan, la potencia sonora o el vuelo de las improvisaciones, y en otros, como en éste, el virtuoso canto de una guitarra eléctrica.

Los muchachos de AKDA1 son estudiantes de arte provenientes del poblado de Bauta, en la provincia de Artemisa, quienes han tomado por asalto varios escenarios de la capital cubana. Cultivan un blues melancólico con un acople resonante, armonías difusas y chirridos maníacos con saltos de octavas. Nada mejor que verlos en vivo para conocer el ímpetu blusero de estos músicos que están definiendo un estilo para su generación.

Alejandro Delgado, director de la banda, nos comentó acerca de su reciente éxito: “Podríamos filosofar durante horas acerca del destino y el libre albedrío del blues en nuestro país, pero creo que es preferible no perder el tiempo y actuar por lo que uno cree. Debemos prepararnos bien en lo que más amamos para poder ejecutarlo con pasión, porque cuando una oportunidad se presenta y estás listo para ella, es muy posible que logres ser accidentalmente exitoso. AKDA1 genera una alquimia tomando formas arcaicas del blues, transformándolas en una música vigente y contemporánea. Somos más underground, pero nos gusta tocar en lugares como este para ver cómo reacciona el público”.

“No es ningún secreto que esta profesión es difícil y puede complicarse más cuando uno no es flexible con la idea de hacer música comercial”, continúa Alejandro, “sin dejar de reconocer los méritos que puedan tener algunos artistas, es asombroso que por razones lejos del talento y manipulaciones corporativas, se lleguen a superar las ventas de discos de los inmortales que rompieron barreras y que siempre estarán en un pedestal. Por ejemplo Led Zeppelin, Tom Petty y Johnny Cash. También es bueno escuchar lo que otros están haciendo, e intentar mejorar lo que está a la vanguardia y crear algo que impacte. Tratamos de expresar un mensaje de verdad, entendimiento y paz. Hay que pensar en lo que le dejamos a las generaciones futuras, por eso hay que buscar la paz mental, en tu corazón y espíritu”.

Alejandro se lució con temas antológicos del blues norteamericano como “Midnight Rider” de The Allman Brothers, “Sweet Home Alabama” de Lynyrd Skynyrd, “Ain’t no Sunshine When she is Gone” de Bill Withers, “Foxy Lady” de Jimi Hendrix y “Hoochie Coochie Man” de Muddy Waters. Los segmentos acústicos del recital mostraron una banda más distendida que en las partes eléctricas del set list.

Este joven desplegó a su voluntad los sonidos de la era dorada del rock and roll. La jovial energía de su música choca fantásticamente con la madura verdad de las líricas, aportando ese toque de sangre latina que corre por sus venas, añadiéndole intensos riffs de guitarra y solos desquiciantes plagados de sentimiento y virtuosismo. Alejandro tocó una serie de florituras agudas con staccato, golpeó la palanca de vibrato, produciendo una oleada de acople mientras movía su cabeza con violencia.

Juanito Ramón, uno de los más entusiastas asistentes, nos regaló una reflexión: “El blues es un arma de expresión. ¡Todos necesitamos expresar lo que sentimos! Lo importante es la música, el desarrollo, el estilo propio, la identidad y el placer de disfrutar con el trabajo que se lleva a cabo. AKDA1 está creciendo, han sabido nutrirse de grandes como Humberto García y Paul Menéndez, y por tanto son los verdaderos continuadores de su obra. La gente sigue escuchando los sonidos de los 60 y 70, todas las épocas, la buena música siempre va a seguir con vida”.

Ver fotos del evento

Atrás

Comentarios   Dejar un comentario

---