Coincidencias, Triple A



Los escépticos te dirán que las coincidencias no existen, las casualidades son cosas de supersticiosos, sin embargo, este trío de chicos se formó gracias a la acción conjunta de algunas casualidades. No sólo fue la pasión por la música o por el periodismo, sino el hecho curioso de coincidir los tres en la inicial de su nombre, y es por esto que Ámel, Abel y Andrés decidieron bautizarse bajo el nombre de Triple A.

El grupo surgió hace dos años en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, y se hacía llamar Movimiento Clandestino, después de escuchar varias propuestas de nombres como Los chicos A o Los Avengers Cubanos, resolvieron aprovechar la coincidencia de sus nombres a sugerencia de familiares y amigos.

Su labor artística ha sido amplia, dos años parece poco para contener todo el quehacer musical de estos intranquilos universitarios. Y así lo vienen a demostrar sus dos discos y un video clip producido, prueba fehaciente de la incansable realización musical de los chicos A.

Hablar no está mal y Vale todo son los nombres de sus sendos discos. El primero de ellos es bastante abierto, acuciante y crítico de la realidad cubana y juvenil, y el segundo es más conservador, pero sin perder el estilo, al encerrar algunos mensajes críticos y contemporáneos. Abel, director y primera voz del grupo, explica la razón de este cambio de formato. “Desde un principio nuestra música era bastante dura, directa y muy dirigida. Esta se enmarcaba en nuestros deseos de enfocar una realidad crítica y contemporánea. Ahora nuestro grupo es más conservador, tal vez debido a nuestra maduración artística y superación profesional’.

Su vídeo clip funge como la principal carta de presentación del trío, y ha cumplido su función al abrirle muchas puertas en el mundo de la música underground y popular, además de acompañarlos en cada una de sus presentaciones, que son muchas, y en los más diversos escenarios, desde los teatros provinciales, principalmente los universitarios. Igualmente, han llegado a compartir tablas con grandes de la música nacional de nuestros días, como Aldo López-Gavilán, El Insurrecto y Gente de Zona, en locales y centros nocturnos de la capital. Actualmente, Tercera y 8, el club situado en Miramar, es la sede de sus presentaciones en las noches de los lunes y miércoles.

A pesar de tener un sitio fijo para compartir su trabajo, estos universitarios no se olvidan de sus inicios cuando se presentaron en la apertura y clausura de los Juegos Caribe, principal suceso deportivo de la Universidad de La Habana. Y por el momento, estos chicos sólo pretenden terminar sus estudios superiores para continuar en el mundo de la música, la cual es su mayor pasión, a pesar de las grandes dificultades que los acompañan, entre ellas el hecho de no haber podido insertar su vídeo clip en Los Lucas, principal medio de difusión del vídeo clip cubano.

Ahora sólo les preocupa su superación profesional y artística, porque mantienen cierta inquietud en cuanto a su futuro como grupo e impacto popular. Aunque es cierto que el grupo mantiene un sello que lo diferencia con respecto a otros grupos amateurs, su música es urbana pero inteligente, y sus letras son pegajosas y carecen de chusma como consecuencia de sus altos estudios. Además, los jóvenes A cuentan con un importante apoyo estudiantil, muy exigente y crítico, lo cual es favorable para el desarrollo de su trabajo.

Dentro de poco, podremos escuchar a Triple A, colaborando con el afamado grupo Mefisto Teatro, en su próximo estreno teatral: Una guajira en La Habana, donde estos muchachos están encargados del acompañamiento musical de la obra.

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