Las “Formas” de Lescay
3 de febrero de 2014
Mientras todo un pueblo se estaba deleitando con la familia y amigos por todos los rincones habidos y por haber en Santiago de Cuba, celebrando el primer día del año 2014, unos 30 tripulantes de la nave de la locura por la música inteligente en esa ciudad, se dieron cita en un bisoño rincón musical de poco más de un año de vida.
El Iris Jazz Club que ocupa una de las esquinas más concurridas de la Plaza de Marte, se está convirtiendo poco a poco, diría yo, en un emblemático lugar para los amantes de la improvisación musical y en esa jornada un pequeño cartel anunciaba a Alberto Lescay y su grupo Formas.
Quizás muchos al leer el nombre del anfitrión se preguntarían: "¿Lescay, el pintor, el escultor? ", y sinceramente con la calidad de los artistas de nuestro país hasta eso pudiera ser cierto, pero en este caso se hace referencia al Lescay Jr., o Albertico como lo conocen su allegados.
Asombrados de una “manera espantosa” quedamos (parafraseando irónicamente la letra de uno de los temas del grupo Qva Libre), cuando Albertico se subió a la pequeña plataforma del local e hizo el opening con un solo de piano. Era su pequeño concierto, dicho así mismo por él, mirando que su grupo se encontraba diezmado, y lo haría sólo con Vilma Ramírez, una de las jóvenes voces más envidiadas en la ciudad, y él.
En ese momento Lescay Jr., hizo gala al nombre del proyecto y buscó las “Formas” de consumar la noche sin que el público se percatara de eso. Y así, como buen jazzista, empezó tejiendo los hilos de lo que se convertiría en una inesperada función. Su segundo número fue también al piano, pero al estilo New Orleans. Para el tercero llamó a la flaca Vilma, quien sin temor a equívocos y como dije, se pudiera considerar una de las Voces de Oro en Santiago.
Cuando menos se lo esperaba, Albertico se percató de una cosa: como se ha vuelto característico en las presentaciones del propio Club e independientemente de los grupos, su estilo o inclinación musical, siempre en el público se encuentran al menos dos músicos talentosos y deseosos de mostrar sus dotes. Por eso, y como si estuviera todo cuadrado o ensayado con Formas, subieron Williams y Frank, dos jóvenes percusionistas excelentísimos. Williams, graduado del conservatorio, y Frank en el último año del conservatorio Esteban Salas, fueron rotándose entre ellos por las congas y los drums, y cerrando musicalmente los temas de la agrupación, logrando que increíblemente el público no percibiera que faltaba el bajo.
Se sintieron los acordes de la trompeta y el sintetizador, éste último un instrumento poco convencional para muchos entendidos del jazz, tocado por el propio Albertico y por si fuera poco, faltando un tiempito para terminar, el propio anfitrión llamó a tribuna al hoy por hoy conocido por muchos como el más completo de los raperos de Santiago, nada más y nada menos que a Kmerun, uno de los escultores de un estilo inconfundible en el hip hop cubano.
Y llegó el final para muchos de los asistentes, incluyendo una decena de turistas extranjeros que siempre de improviso encuentran ese lugar, sin promoción alguna en sus hoteles, pero siempre se quedan a disfrutar de los eventos. Quizás era demasiado pronto para todos. Pero bueno, sólo era la primera noche del 2014, un año que comenzó elegante, prometiendo más, con Formas y Alberto Lescay Jr.
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3 de febrero de 2014
Mientras todo un pueblo se estaba deleitando con la familia y amigos por todos los rincones habidos y por haber en Santiago de Cuba, celebrando el primer día del año 2014, unos 30 tripulantes de la nave de la locura por la música inteligente en esa ciudad, se dieron cita en un bisoño rincón musical de poco más de un año de vida.
El Iris Jazz Club que ocupa una de las esquinas más concurridas de la Plaza de Marte, se está convirtiendo poco a poco, diría yo, en un emblemático lugar para los amantes de la improvisación musical y en esa jornada un pequeño cartel anunciaba a Alberto Lescay y su grupo Formas.
Quizás muchos al leer el nombre del anfitrión se preguntarían: "¿Lescay, el pintor, el escultor? ", y sinceramente con la calidad de los artistas de nuestro país hasta eso pudiera ser cierto, pero en este caso se hace referencia al Lescay Jr., o Albertico como lo conocen su allegados.
Asombrados de una “manera espantosa” quedamos (parafraseando irónicamente la letra de uno de los temas del grupo Qva Libre), cuando Albertico se subió a la pequeña plataforma del local e hizo el opening con un solo de piano. Era su pequeño concierto, dicho así mismo por él, mirando que su grupo se encontraba diezmado, y lo haría sólo con Vilma Ramírez, una de las jóvenes voces más envidiadas en la ciudad, y él.
En ese momento Lescay Jr., hizo gala al nombre del proyecto y buscó las “Formas” de consumar la noche sin que el público se percatara de eso. Y así, como buen jazzista, empezó tejiendo los hilos de lo que se convertiría en una inesperada función. Su segundo número fue también al piano, pero al estilo New Orleans. Para el tercero llamó a la flaca Vilma, quien sin temor a equívocos y como dije, se pudiera considerar una de las Voces de Oro en Santiago.
Cuando menos se lo esperaba, Albertico se percató de una cosa: como se ha vuelto característico en las presentaciones del propio Club e independientemente de los grupos, su estilo o inclinación musical, siempre en el público se encuentran al menos dos músicos talentosos y deseosos de mostrar sus dotes. Por eso, y como si estuviera todo cuadrado o ensayado con Formas, subieron Williams y Frank, dos jóvenes percusionistas excelentísimos. Williams, graduado del conservatorio, y Frank en el último año del conservatorio Esteban Salas, fueron rotándose entre ellos por las congas y los drums, y cerrando musicalmente los temas de la agrupación, logrando que increíblemente el público no percibiera que faltaba el bajo.
Se sintieron los acordes de la trompeta y el sintetizador, éste último un instrumento poco convencional para muchos entendidos del jazz, tocado por el propio Albertico y por si fuera poco, faltando un tiempito para terminar, el propio anfitrión llamó a tribuna al hoy por hoy conocido por muchos como el más completo de los raperos de Santiago, nada más y nada menos que a Kmerun, uno de los escultores de un estilo inconfundible en el hip hop cubano.
Y llegó el final para muchos de los asistentes, incluyendo una decena de turistas extranjeros que siempre de improviso encuentran ese lugar, sin promoción alguna en sus hoteles, pero siempre se quedan a disfrutar de los eventos. Quizás era demasiado pronto para todos. Pero bueno, sólo era la primera noche del 2014, un año que comenzó elegante, prometiendo más, con Formas y Alberto Lescay Jr.
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