Música de la vida misma
10 de febrero de 2014
Pasaba horas sentado a la orilla del mar en su natal Nuevitas, en la provincia de Camagüey, imaginando cómo podía mezclar todos los sonidos de la naturaleza que se le antojaban una sinfonía llena no sólo de ellos, sino también de olores, sabores y colores.
Lamentablemente no tuvo la suerte de poder estudiar música, pero cuando pudo decidir por lo que quería hacer con su vida, se le presentó la oportunidad de formarse como editor de sonidos en la emisora municipal y no lo pensó dos veces. Desde aquel momento, entonces que suma ya más de dos décadas, Luis Alberto no cesó en el afán de superarse a si mismo y comenzó a dar pasos cada vez más largos en el camino por hacer realidad sus sueños de toda la vida.
Muy pronto el nombre de LuisAlberto DJ se hizo conocido en los círculos musicales de Nuevitas y Camagüey, y muchos compositores y cantantes de todos los géneros se le acercaban para solicitar su colaboración en los más disímiles proyectos. “Fue una etapa muy linda de mi vida –dice- en la que todos los días descubría algo nuevo y así prácticamente de manera autodidacta, aprendí los secretos más íntimos de la música, la poesía y la tecnología, pero no era suficiente y entonces también decidí incursionar en la composición”.
“Sin embargo, -agrega- no todo fue color de rosa, ser trabajador de la radio cubana no te deja muchas opciones, aunque parezca lo contrario. Nadie parecía confiar en mí y los proyectos más importantes se los confiaban a otros con mayor experiencia, pero quizás con menor calidad. Casi a regañadientes aceptaron enviar varias de mis obras al Festival Nacional y muchos se quedaron sin saber qué decirme cuando alcancé el primer premio en varias categorías”.
“A pesar de ello -enfatiza-, las puertas que supuestamente deberían abrirse no lo hicieron, me frenaban y no me daban oportunidades, incluso se justificaron diciendo que yo tenía talento, pero no escuela y eso iba en contra de las reglas establecidas”.
En busca de otros aires menos viciados y de reales oportunidades decidió dejarlo todo atrás y trasladarse a La Habana, para probar suerte en emisoras de todo tipo. Muy pronto comprendió que la brújula de su vida marcaba otros derroteros y se dedicó por entero a la realización independiente. Junto a un amigo que compartía sus mismos intereses alquilaron una habitación en Centro Habana y la fueron acondicionando como estudio de grabaciones y ediciones, con cuanto material apareciera.
“Al principio fue muy difícil -señala-, todo lo hicimos con nuestros propios medios, compramos algunas cosas por aquí, otras por allá y hasta recogimos algunas en la basura, que luego reparamos y nos sirvieron de mucho en los inicios”.
“Nunca hemos mirado el asunto con muchos intereses comerciales –comenta- tratamos de ayudar a todo el que necesite de ayuda, pero si en el proceso sacamos algo que nos de para vivir, bienvenido sea”.
“Poco a poco nos hemos creado una clientela –asevera- aunque a la mayoría les ofrecemos asesoría acerca de cómo confeccionar un repertorio musical, montaje y producción de espectáculos, edición, comercialización y muchos temas más. Por cierto, nos han servido de mucho los artículos que publica PMU en la sección Hazlo Tú, pero me permito la sugerencia de que incluyan algunos en el folletín mensual, para que mayor cantidad de personas puedan acceder a ellos, ya que no todos podemos consultarlo con regularidad en Internet”.
La conversación fue interrumpida por la llegada de un muchacho, quien deseaba conocer algunos de los temas de LuisAlberto DJ para interpretarlos en un próximo concurso municipal de nuevos talentos. Ello sirvió para conocer en la práctica las habilidades y el quehacer de este joven DJ que sueña con organizar un gran concierto, donde todos los participantes canten sus temas y su música pueda llegar a cientos de personas al mismo tiempo.
Un apretón de manos y un hasta luego selló nuestro encuentro y mientras bajábamos las escaleras del viejo edificio que se yergue como un desafío al tiempo en la barriada de Centro Habana, las notas musicales de las creaciones de LuisAlberto DJ nos acompañaban como si su incomparable estilo formara parte de las paredes, de la calle, de la vida misma.
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10 de febrero de 2014
Pasaba horas sentado a la orilla del mar en su natal Nuevitas, en la provincia de Camagüey, imaginando cómo podía mezclar todos los sonidos de la naturaleza que se le antojaban una sinfonía llena no sólo de ellos, sino también de olores, sabores y colores.
Lamentablemente no tuvo la suerte de poder estudiar música, pero cuando pudo decidir por lo que quería hacer con su vida, se le presentó la oportunidad de formarse como editor de sonidos en la emisora municipal y no lo pensó dos veces. Desde aquel momento, entonces que suma ya más de dos décadas, Luis Alberto no cesó en el afán de superarse a si mismo y comenzó a dar pasos cada vez más largos en el camino por hacer realidad sus sueños de toda la vida.
Muy pronto el nombre de LuisAlberto DJ se hizo conocido en los círculos musicales de Nuevitas y Camagüey, y muchos compositores y cantantes de todos los géneros se le acercaban para solicitar su colaboración en los más disímiles proyectos. “Fue una etapa muy linda de mi vida –dice- en la que todos los días descubría algo nuevo y así prácticamente de manera autodidacta, aprendí los secretos más íntimos de la música, la poesía y la tecnología, pero no era suficiente y entonces también decidí incursionar en la composición”.
“Sin embargo, -agrega- no todo fue color de rosa, ser trabajador de la radio cubana no te deja muchas opciones, aunque parezca lo contrario. Nadie parecía confiar en mí y los proyectos más importantes se los confiaban a otros con mayor experiencia, pero quizás con menor calidad. Casi a regañadientes aceptaron enviar varias de mis obras al Festival Nacional y muchos se quedaron sin saber qué decirme cuando alcancé el primer premio en varias categorías”.
“A pesar de ello -enfatiza-, las puertas que supuestamente deberían abrirse no lo hicieron, me frenaban y no me daban oportunidades, incluso se justificaron diciendo que yo tenía talento, pero no escuela y eso iba en contra de las reglas establecidas”.
En busca de otros aires menos viciados y de reales oportunidades decidió dejarlo todo atrás y trasladarse a La Habana, para probar suerte en emisoras de todo tipo. Muy pronto comprendió que la brújula de su vida marcaba otros derroteros y se dedicó por entero a la realización independiente. Junto a un amigo que compartía sus mismos intereses alquilaron una habitación en Centro Habana y la fueron acondicionando como estudio de grabaciones y ediciones, con cuanto material apareciera.
“Al principio fue muy difícil -señala-, todo lo hicimos con nuestros propios medios, compramos algunas cosas por aquí, otras por allá y hasta recogimos algunas en la basura, que luego reparamos y nos sirvieron de mucho en los inicios”.
“Nunca hemos mirado el asunto con muchos intereses comerciales –comenta- tratamos de ayudar a todo el que necesite de ayuda, pero si en el proceso sacamos algo que nos de para vivir, bienvenido sea”.
“Poco a poco nos hemos creado una clientela –asevera- aunque a la mayoría les ofrecemos asesoría acerca de cómo confeccionar un repertorio musical, montaje y producción de espectáculos, edición, comercialización y muchos temas más. Por cierto, nos han servido de mucho los artículos que publica PMU en la sección Hazlo Tú, pero me permito la sugerencia de que incluyan algunos en el folletín mensual, para que mayor cantidad de personas puedan acceder a ellos, ya que no todos podemos consultarlo con regularidad en Internet”.
La conversación fue interrumpida por la llegada de un muchacho, quien deseaba conocer algunos de los temas de LuisAlberto DJ para interpretarlos en un próximo concurso municipal de nuevos talentos. Ello sirvió para conocer en la práctica las habilidades y el quehacer de este joven DJ que sueña con organizar un gran concierto, donde todos los participantes canten sus temas y su música pueda llegar a cientos de personas al mismo tiempo.
Un apretón de manos y un hasta luego selló nuestro encuentro y mientras bajábamos las escaleras del viejo edificio que se yergue como un desafío al tiempo en la barriada de Centro Habana, las notas musicales de las creaciones de LuisAlberto DJ nos acompañaban como si su incomparable estilo formara parte de las paredes, de la calle, de la vida misma.
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