Para aquellos héroes de los que jamás se escucha



¿Qué te inspira? “Todo, incluso esta conversación”.

Lo deja claro en el Intro de uno de sus discos: “nació listo pa' la guerra”. Se reconoce cubano, mestizo y de clase media. Cuando conversa su voz tiene una cadencia lenta y cansada en contraste con su prosa ávida y agitada. ¿Dónde guarda la calma? ¡En ninguna parte! No se puede archivar lo que por naturaleza no existe. Sus dedos son el trapiche para extraerle el zumo a una mente que va a todo tren. “Toda mi vida he escrito, los temas han sido diversos: una persona que pasa, lo que sucede en mis alrededores, en el barrio, el país y el mundo. Trato de ser un crítico social y así darle un giro al género del rap desde otra visión y también desde otra perspectiva musicalmente hablando, para hacer un rap que se pueda fusionar y que pueda enriquecerse”.

El Mystico como se hace llamar, es un joven de veintiún años, sencillo y educado, amante de la música rap, y que se define a sí mismo como compositor lírico y MC. Como casi todos sus contemporáneos es dinámico e intranquilo, y adora practicar deportes. Con terquedad y un carácter fuerte suele evadir los consejos y mantenerse fiel a su posición, porque a su corta edad ya tiene mucho que decir y lógicamente prefiere hacerlo con el flow del rap. Su cosmovisión es holística y su filantropía tiende a identificarse con la minoría, con aquella “gente que se queda y no llega a lo que imaginó porque no los besó la suerte que pasó”.

Temerario señala allí donde hay muchos ojos cerrados y vistas volteadas, y así sanciona los errores que la sociedad trata de esconder. “Soy el que escribe de noche y de día, el que ayuda al desamparado sin interés ni hipocresía, soy el que brinda amor sin amor recibir, somos tú y yo lo mismo si crees en un mejor porvenir. (…) En aquel rincón encuentro a ese vagabundo, que no resistió, se rindió y mandó bien lejos al mundo… a la hermosa princesa que se corta las venas porque por ella nadie se interesa… escucho falsas historias sobre falsos delincuentes… mi marcha suena para victoriosos y perdedores… pa’ los que se ahogaron y la prosperidad nunca vieron… para aquellos héroes de los que jamás se escucha”, expresa en una de sus recitaciones rítmicas.

Si la musa no baja reina la quietud. “A veces paso tiempo sin escribir porque no encuentro nada, pero hay otros días en los que escribo más de una cosa de un tirón”. Tiene un demo de rap titulado Batalla Génesis gracias a la ayuda de varios amigos que lo apoyaron en la grabación y producción del ritmo de fondo. Se ha presentado en la Casa de la Cultura de Arroyo Naranjo, en festivales de cultura universitarios, entre otros eventos.

Hijo legítimo del reparto Versalles, se siente profundamente arraigado a la cultura de su comunidad, tanto que uno de sus más grandes proyectos futuros es realizar un taller comunitario con el objetivo de aprovechar los locales inutilizados del barrio para reunir a un grupo de creadores. Mientras en el hogar, la dinámica se torna graciosa, su mamá lo apoya porque es su fan número uno, pero con las novias no tiene la misma suerte porque la mayoría no entiende las tantas horas dedicadas al arte.

“No sé si en un futuro pueda unir la música con mi carrera universitaria, pero hasta ahora ha cumplido una función muy importante en mi vida, ha sido un escape, un entretenimiento, una manera de comentar y de lidiar con lo que me rodea, con mis preocupaciones y el estrés, una forma de expresión, de protesta, de decir aquello con lo que no estoy de acuerdo, una salida”.

El Mystico juega con las palabras mientras un beat lo acompaña. En escena nada le preocupa. Tiene maña y limpieza. Está flotando la base.

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