El Mejunje, 30 años haciendo la diferencia



Si algún sitio merece reconocimiento en este país por su quehacer cultural y por abrir sus puertas a lo underground sin importar de dónde viene el arte o quien lo trae, es el Centro Cultural El Mejunje, de la ciudad de Santa Clara, lugar de esparcimiento y creación especialmente para aquellos que no cuentan con el apoyo de alguien más.

Este escenario arribó a su aniversario 30 el pasado 26 de enero, oportunidad que aprovecharon quienes allí asisten habitualmente para celebrar las 3 décadas de existencia de este espacio multifacético y antidogmático que deviene plaza abierta e inclusiva, ubicada en el corazón de la ciudad, y donde todos los estratos sociales de la urbe tienen cabida.

Denominado como el oasis cultural cubano, actualmente está inmerso en diferentes campañas sociales, en la prevención del VIH-SIDA, y en contra de la homofobia y la discriminación social.

Su cartelera habitual es diseñada con espacios culturales poco convencionales y ofrece una programación variada todos los días de la semana destinada a diversos públicos y referentes culturales. Además, acoge a un grupo de teatro dirigido por su creador Ramón Silverio, varias peñas habituales de rock, trova, rap, boleros, conciertos y espectáculos para niños, ancianos y jóvenes.

Surgió así y sigue siendo un sitio de encuentro para tolerantes y homosexuales donde puedes encontrar un show de travestis, junto a una sesión de nueva trova, una noche de boleros, una buena obra de teatro, un concierto o un espectáculo para niños. De ahí el carácter tan abarcador de su propuesta cultural.

Para quienes nunca han asistido a este lugar, les cuento que está instalado en las ruinas de un antiguo hotel, así que no piense que la suntuosidad y la belleza artificial circundan este espacio porque aquí ocurre todo lo contrario. Paredes de ladrillo, plantas naturales que crecen pegadas a estas, unas sencillas gradas como asientos para los espectadores, grafitis por doquier y en sus afueras la pared mural donde se mezclan en un escándalo de colores: lenguas con fuego, crucifijos, santos y güijes.

El Centro Cultural Mejunje fue ideado y fundado por un hombre sensible y talentoso, el actor, promotor y Premio Nacional de Cultura Comunitaria Ramón Silverio quien confesó a PMU que “este sitio único le nació a Santa Clara a contracorriente en medio de los años ochenta. Aquí alguien llega y dice un poema, se presenta un libro, se organiza un concierto de rock, los domingos muy temprano entran no menos de cien niños y eso me hace totalmente feliz”.

“En este lugar no hay horarios límites, yo siempre alerto que el que se va antes de que se termine el espectáculo, no sabe lo que se puede perder porque aquí ocurre una situación particular, y es que el artista pone sólo la mitad del hecho cultural, la otra parte la completa el público lográndose así una interacción sui géneris”.

Para ser justos, no podría comparar lo que está sucediendo hoy en Santa Clara con otros lugares del país. A decir de Ramón Silverio: “El Mejunje ha tenido un impacto social en la ciudad de Santa Clara, pues la ha convertido en una ciudad tolerante, ha logrado la reconciliación de las familias con los homosexuales, con los travestis, a partir de que han venido aquí y los han visto trabajar”.

Hoy en Santa Clara nada de esto es tabú. La gente lo ve como una cosa normal, y El Mejunje ha contribuido a que haya ese criterio y que exista esa tolerancia y aceptación. Lo que no se explica la gente es por qué en Santa Clara sí y en otros lugares, no. Este es un sitio humano, donde todo el mundo se siente tratado como tal, pero que se realiza de una manera muy espontánea, nada está forzado. Por eso repito y no temo al afirmar, que no existe a lo largo y ancho de Cuba un lugar tan querido, atractivo y polémico como el Centro Cultural El Mejunje, de la ciudad de Santa Clara.

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