Rensoli, máximo defensor del hip hop en Cuba
24 de marzo de 2014
Diversos son los artículos que sobre cultura hip hop han sido recreados en ediciones impresas y digitales que semanalmente se presentan en PMU. En muchos escritos se recoge el nacimiento en Cuba de este género en el municipio Alamar de la ciudad de La Habana, pero muy poco se habla de quienes hicieron lo posible e imposible por lograr espacios y hasta una institución que defienda dicho estilo. Nos referiremos específicamente a la influencia y formación de Rodolfo Rensoli Medina, actualmente compositor, poeta y cantante.
Rensoli fue la persona a quien se le ocurre hacer un festival de rap que después sería uno de los festivales del género más conocidos en la Isla. Recuerda que el rap alcanza su mayor influencia en Cuba desde Alamar, y en los años 80 fue el movimiento alternativo junto al rock que más llamaba su atención por la expresión danzaria que lo caracteriza. En aquel entonces los grupos que existían no eran visibles por su carácter underground y se entendía como un género doméstico dentro de lo que hoy llamamos cultura hip hop.
Posteriormente, en los años 90, cuando ya el género existía pero aún de manera invisible, Rensoli gesta junto a GRUPOUNO (grupo gestor del legendario festival), un festival de hip hop que funcionara como vehículo promocional de un movimiento que sólo le había sido revelado a través de la prensa.
A raíz de la efectividad y magnitud del festival, surge la Agencia Cubana del Rap para apoyar, en principio, el evento. Le fue propuesto representar los intereses de las agrupaciones dentro de la nueva institución. Una propuesta interesante que hubiese llevado a cabo de no ser por el burocratismo estipulado para pertenecer al catálogo de la Agencia, implantado por el temor a las artes que existía y existe, y que limita en gran medida la libertad de creación. Antes de ese momento, los artistas gozaban de bastante albedrío y no estaban dispuestos a perderlo, por lo que decidió no convertirse en un aparato controlador y seguir creando sin imposiciones.
Existen hoy una serie de legislaciones con las que se pretende cierta autonomía y autogestión dentro del mundo del arte y las entidades artísticas. Pero los pilares del nacimiento del género en Cuba se adelantaron a este tiempo, máxime cuando se pensaba casi imposible crear una Agencia del Rap. Independientemente de que siempre quisieron llevar a cabo una agencia o corporación lo más comunitaria posible, Rensoli piensa que estilos tan polémicos como el rap, germinan y se mantienen bien en las comunidades que son su lugar de origen, y no en una estructura estatal que visualice más la comercialización del arte y la cultura a esferas más institucionales que comunitarias.
Rensoli confiesa que haberse convertido en el principal promotor de rap y hip hop produjo en él una retroalimentación. Si bien estaba a las puertas de hacer rap y de alguna manera el movimiento de rock cubano y trova de los más experimentados, le habían echado mano al género como vehículo dúctil y conveniente para transmitir ideas por la fuerza del mismo, el rap lo contaminó a su vez.
No reconocerle como merece su participación activa dentro del surgimiento del rap en la isla y permanecer intangible como promotor de hip hop eclipsó su vertiente como compositor. Se puede clasificar como tal si se tienen en cuenta todos los rigurosos parámetros de quienes dominan instrumentos de escuela, pero se considera un músico empírico básicamente.
El modo peculiar de hacer poesía, la capacidad de decir y la manera de conjugar el sonido son aspectos que marcan su estilo alternativo. Es compositor y poeta dentro de este género porque entiende fusionados e indistintamente los estilos reggae, rap y rock.
Ha mantenido peñas propias muy comunitarias. El Bertolt Brecht ha sido el escenario más excelso en el que se ha presentado por la gestión de un grupo de reggae y aunque acepta que en ocasiones es difícil trabajar en las comunidades por las problemáticas que en ellas se generan, nos asegura sentirse más cómodo e identificado en ellas.
Para las posibilidades que ha encontrado para colarse en los medios de difusión masiva, ha sido bastante radiado y también televisado con la primicia del primer festival de rap. Cuenta con dos demos y su máxima aspiración es completar una banda para producirlos próximamente sin intermediarios estatales, pues le interesa ser promovido y representado con la misma ingenuidad con que hace su música.
Comentarios Dejar un comentario
24 de marzo de 2014
Diversos son los artículos que sobre cultura hip hop han sido recreados en ediciones impresas y digitales que semanalmente se presentan en PMU. En muchos escritos se recoge el nacimiento en Cuba de este género en el municipio Alamar de la ciudad de La Habana, pero muy poco se habla de quienes hicieron lo posible e imposible por lograr espacios y hasta una institución que defienda dicho estilo. Nos referiremos específicamente a la influencia y formación de Rodolfo Rensoli Medina, actualmente compositor, poeta y cantante. Rensoli fue la persona a quien se le ocurre hacer un festival de rap que después sería uno de los festivales del género más conocidos en la Isla. Recuerda que el rap alcanza su mayor influencia en Cuba desde Alamar, y en los años 80 fue el movimiento alternativo junto al rock que más llamaba su atención por la expresión danzaria que lo caracteriza. En aquel entonces los grupos que existían no eran visibles por su carácter underground y se entendía como un género doméstico dentro de lo que hoy llamamos cultura hip hop.
Posteriormente, en los años 90, cuando ya el género existía pero aún de manera invisible, Rensoli gesta junto a GRUPOUNO (grupo gestor del legendario festival), un festival de hip hop que funcionara como vehículo promocional de un movimiento que sólo le había sido revelado a través de la prensa.
A raíz de la efectividad y magnitud del festival, surge la Agencia Cubana del Rap para apoyar, en principio, el evento. Le fue propuesto representar los intereses de las agrupaciones dentro de la nueva institución. Una propuesta interesante que hubiese llevado a cabo de no ser por el burocratismo estipulado para pertenecer al catálogo de la Agencia, implantado por el temor a las artes que existía y existe, y que limita en gran medida la libertad de creación. Antes de ese momento, los artistas gozaban de bastante albedrío y no estaban dispuestos a perderlo, por lo que decidió no convertirse en un aparato controlador y seguir creando sin imposiciones.
Existen hoy una serie de legislaciones con las que se pretende cierta autonomía y autogestión dentro del mundo del arte y las entidades artísticas. Pero los pilares del nacimiento del género en Cuba se adelantaron a este tiempo, máxime cuando se pensaba casi imposible crear una Agencia del Rap. Independientemente de que siempre quisieron llevar a cabo una agencia o corporación lo más comunitaria posible, Rensoli piensa que estilos tan polémicos como el rap, germinan y se mantienen bien en las comunidades que son su lugar de origen, y no en una estructura estatal que visualice más la comercialización del arte y la cultura a esferas más institucionales que comunitarias.
Rensoli confiesa que haberse convertido en el principal promotor de rap y hip hop produjo en él una retroalimentación. Si bien estaba a las puertas de hacer rap y de alguna manera el movimiento de rock cubano y trova de los más experimentados, le habían echado mano al género como vehículo dúctil y conveniente para transmitir ideas por la fuerza del mismo, el rap lo contaminó a su vez.
No reconocerle como merece su participación activa dentro del surgimiento del rap en la isla y permanecer intangible como promotor de hip hop eclipsó su vertiente como compositor. Se puede clasificar como tal si se tienen en cuenta todos los rigurosos parámetros de quienes dominan instrumentos de escuela, pero se considera un músico empírico básicamente.
El modo peculiar de hacer poesía, la capacidad de decir y la manera de conjugar el sonido son aspectos que marcan su estilo alternativo. Es compositor y poeta dentro de este género porque entiende fusionados e indistintamente los estilos reggae, rap y rock.
Ha mantenido peñas propias muy comunitarias. El Bertolt Brecht ha sido el escenario más excelso en el que se ha presentado por la gestión de un grupo de reggae y aunque acepta que en ocasiones es difícil trabajar en las comunidades por las problemáticas que en ellas se generan, nos asegura sentirse más cómodo e identificado en ellas.
Para las posibilidades que ha encontrado para colarse en los medios de difusión masiva, ha sido bastante radiado y también televisado con la primicia del primer festival de rap. Cuenta con dos demos y su máxima aspiración es completar una banda para producirlos próximamente sin intermediarios estatales, pues le interesa ser promovido y representado con la misma ingenuidad con que hace su música.
Comentarios Dejar un comentario
- No hay comentarios en este momento.