31 de marzo de 2014
Si se trata de luchar por convertir en realidades los sueños, Arianna Gener es vivo ejemplo de ello. Poseedora de un sobresaliente instrumento vocal, esta joven habanera se inclina por las baladas y boleros, géneros que según especialistas y público, interpreta con gran acierto. Pero el camino dentro del arte no ha sido nada cómodo para ella. Desde una edad muy temprana, Arianna dio muestras de poseer un talento natural hacia varias vertientes artísticas, tales como la música, el canto, el baile, la actuación y hasta la pintura. Los primeros obstáculos para integrarse al mundo de sus aspiraciones los encontró dentro de su propia familia, la cual deseaba otro futuro para ella.
Arianna se graduó de técnico medio en Artes Gráficas. Posteriormente, y compulsada por deseos familiares, la joven inició estudios de Ingeniería Industrial, carrera que abandonó cursando el cuarto año cuando por determinación propia optó por ser consecuente con su verdadera y ferviente vocación que no es otra que la música. Tal decisión inquebrantable, según ella, la llevó a estudiar canto, baile y actuación con el profesor Reini Arozarena. Más adelante perfeccionó sus dotes de cantante con el maestro Alejandro David.
“Realmente mis primeros contactos artísticos con el público fueron cuando cantaba y bailaba en varias comparsas, fundamentalmente en la de El Cerro, pues en aquel entonces vivía en el Reparto Martí”, nos apunta.
El rostro de Arianna se compunge un tanto cuando nos confiesa que tal vez por su entrega al arte y a lo que ella llama “natural incomprensión” se fracturó el matrimonio con el padre de su hija cuando esta tenía cinco años de edad. No obstante a los trastornos emocionales que el hecho conllevó, la joven continuó con sus propósitos de avanzar por el camino del mundo artístico.
Pese a que el bolero y la balada son los géneros preferidos de Arianna como ya precisamos, ella sostiene que se siente fuertemente atraída por todo lo relacionado con la música romántica. “Es algo que se complementa con mi naturaleza de ser, de ver la vida, de verme a mí misma”, nos dice.
Sus presentaciones han sido en actividades de centros de estudio, en casas de cultura y en peñas musicales. También en instituciones culturales como la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, y la Casa del Alba. Además concurrió como invitada al programa televisivo El Cabaret de Enfrente.
“Poco a poco he ido adquiriendo experiencias y confianza en mí misma, pero te confieso que todavía siento un cosquilleo en el estómago y cierta flojera de piernas a la hora de presentarme en público, es un miedo escénico involuntario, pero creo que el artista que no lo experimente en determinada medida, no es un verdadero artista”, nos dice medio en broma y medio en serio.
La primera vez que Arianna cantó en público como solista fue en la Casa del Alba. Recuerda que el miedo escénico la dominó a tal extremo que se escondió tras una columna de la cual no quería salir. Tuvieron que llamarla a escena cuatro veces. Sus manos eran manojos de nervios con las cuales apenas podía sostener el micrófono. “Pero cuando finalicé mi interpretación y escuché el aplauso del público pude recobrar el aliento y tener conciencia que lo había logrado. Fue un aplauso que nunca olvidaré”.
Paralelamente a su quehacer artístico, Arianna se ha desenvuelto como cuentapropista y también ha trabajado en una imprenta estatal. “Tengo como todo el mundo necesidades económicas que cubrir y mis presentaciones como cantante hasta el momento no me han proporcionado ningún ingreso monetario”.
Como otros tantos jóvenes cantantes sin respaldo académico, Arianna se ve afectada por los impedimentos de mecanismos existentes que dificultan su profesionalización y por ende que obtenga provechos económicos de algo que actualmente hace simplemente por amor. Igualmente sus presentaciones han sido obtenidas a través de amistades, y como ella misma dice a lo cubano, “luchar y meter cabeza”.
No obstante a tantas trabas, esta joven a sus veintiocho años de edad está convencida de que llegará a ser la buena cantante que siempre soñó, además de bailarina y actriz. ¿Por qué no? Talento y voluntad no le faltan para lograrlo.
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