De K-tarsis se trata esto

14 de abril de 2014



El hip hop es la mayoría de las veces, un arte que protesta y que busca influir en las personas para que cambien lo que está mal hecho a su alrededor. En Cuba, un país que se actualiza económica y socialmente, una tierra donde se exige mayor debate social y por consiguiente más participación ciudadana, el hip hop perfectamente viene siendo un cronista de estos tiempos, una herramienta que se emplea para reflejar testimonios y vivencias de quienes le interpretan y le siguen.

Si usted no ha pensado antes en esta teoría que planteo, detenga su andar cotidiano y escuche a las personas que tienen talento para hacer este tipo de música, y se dará cuenta de que unos tienen la capacidad para desarrollarse artísticamente, otros no tienen esa aptitud, pero al menos sienten y viven el rap como un elemento más de los que conforman su identidad, pues a través de este género se expresan muchos de los problemas sociales que aún son asignatura pendiente y lo más importante, se proponen soluciones muy bien planteadas.

Sin embargo, lo cierto es que la mayoría de las ocasiones las instituciones que deberían apoyar y abrirles las puertas al hip hop, se las cierran. Justamente a un género que se encarga de abordar temas como la igualdad entre el hombre y la mujer, que jamás degrada la imagen femenina, para luego abrírselas a otros géneros que la irrespetan constantemente y los promocionan en cuanto medio de difusión les sea posible.

A decir de varios MCs consultados, este fenómeno se debe a que nadie quiere arriesgarse a contratar a un grupo de raperos que más que ingresos, lo que le puede generar son problemas. Entonces optan por patrocinar a quienes componen el género de moda (reggaetón) y así complacer a la mayoría, llevándoles lo que escucha todo el mundo.

Quizás usted piense que ante esta situación quienes se inclinan por el rap se queden cruzados de brazos o se deciden a incursionar en el “archiconocido” reggaetón, pero yo les aseguro que no es así. Un ejemplo que puedo hacer extensivo a todos los lectores de PMU es el caso del proyecto K-tarsis, una nueva idea y un nuevo propósito del conocido Chico Pro, Yoan Salar, integrante de la agrupación de rap villaclareña Q-ba, y Nikao productor del conjunto.

K-tarsis nació en diciembre del pasado año y desde el mes de enero estos jóvenes trabajan en él. Fue una idea que manejaron de conjunto a partir del instante mismo que se estaban haciendo los preparativos para el concierto del Chico Pro, que tuvo lugar el pasado 4 de enero, en su natal Ranchuelo, municipio ubicado en la provincia de Villa Clara.

Desde la fecha y hasta el momento, se han compuesto 3 temas y el intro de esta producción que se va a titular Versos de carne y hueso, así que por el título saque usted sus propias conclusiones respecto al contenido del disco.

“Mala suerte”, “Secuelas del caos” y “Había una vez” son los 3 temas que ya vieron la luz. Cada uno de ellos lleva implícita como idea central el comportamiento de hombres, mujeres y niños de la sociedad cubana, en general a 20 años del Período Especial, una etapa que ayudó a degradar la imagen y el corazón de muchos cubanos.

Versos de carne y hueso, además de reflejar esta verdad, pretende colaborar con quienes desean erradicar tanto desamor y tanta indolencia de una forma muy original, a través del rap y de un discurso muchas veces conversacional.

No obstante no ha sido fácil para el Chico Pro, Yoan y Nikao llevar a cabo este proyecto, pues la grabación de cada sencillo han tenido que pagarla al precio de 10 CUC en estudios particulares, claro está, de su bolsillo.

Es por eso que le digo que ante la indolencia de muchos, se tropieza usted con el tesón y el sacrificio de otros, lo que le permite afirmar sin vacilación alguna que el rap cubano hoy por hoy se hace a puro corazón.

De la continuidad del proyecto K-tarsis y del lanzamiento del CD Versos de carne y hueso, PMU les mantendrá al tanto.

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