El Pequeño de La Salsa



En toda Cuba hay una pléyade de músicos jóvenes, menos jóvenes y adultos que luchan a brazo partido por tener una empresa musical que los apoye. Eso se hace un poco kafkiano, la espera puede durar decenios, la gente se desgasta y como decía José Martí: “El talento se agria cuando no se reconoce”.

Armando Lázaro Fernández Pinillo es llamado “El Pequeño de la Salsa” o “La salsa Joven de Cuba”, por su trabajo musical en diversos medios musicales. Proviene de una familia musical, su abuelo Rafael Pinilla estuvo cantando con Pedro Calvo, su tío abuelo hizo un combo llamado Los Simpson, y una hermana lo acompaña en sus cantorías.

Nacido en Cayo Hueso, un barrio de Centro Habana, el 30 de enero de 1974, su imagen es la de un chico juvenil, pero ya cuenta con 40 años y sigue luchando a ver cuándo puede llevarse el gato al agua, o sea, lograr el sueño dorado.

El Pequeño de la Salsa comenzó en la música en el año 2000 estudiando trompeta con Nilo Valle y canto con Efraín Marlota, en clases privadas en el Cerro. Luego comenzó a hacer coro en grupitos musicales con el Sello L.A., con Peruchín Jr., Imagen Latina, entre otros.

Fernández Pinillo es cantante y compositor de todos los temas que interpreta, y entre sus composiciones se cuentan: “Aquí na má”, grabado con Los Faraones, un tema que han usado en un programa de Radio Ciudad de La Habana con el nombre homónimo. Otra de sus obras, “Yo sabré levantar”, cantado con Tirso Duarte, es como un tema biográfico de su propia y dura vida, y su tema titulado “Te quiero”, lo vendió a la firma Urban Latin Record, del suizo Pete Sauter. También cuenta con otras creaciones tituladas: “La paloma”, “Mi vecina”, “Esto es Cuba”, incluida esta última dentro de un libro con temas cubanos.

Actualmente el joven cantautor cuenta con una banda de nueve músicos y toca donde pueda. En algunas presentaciones lo han colado como telonero, pero siempre como un favor y de manera underground. De esta manera ha sido invitado a las Casas de la Música de Galiano y Miramar, de la EGREM, el Café Cantante, el Turquino del Hotel Habana Libre, el Diablo Tun Tun, algunos sitios en Varadero y en otras ciudades del país. Pero la alegría no dura mucho, los trabajos están bien difíciles, casi imposibles, y no dan para cubrir los gastos diarios.

Entre sus influencias musicales menciona a Benny Moré y en la manera de actuar, confiesa que es al estilo de Paulo FG. “Internacionalmente me fijo en los salseros Víctor Manuelle, Gilberto Santa Rosa”. Igualmente conversamos sobre la situación musical de estos momentos en Cuba. “Al panorama de la música actual le falta mucho en los aspectos de recursos técnicos, cantantes de más empaque. Admiro todo lo que es música, pero no se está explotando el alto nivel musical que poseemos”.

Sin embargo, Armando Lázaro El Pequeño de la Salsa, tiene fe en su talento, nunca ha desmayado su perseverancia aunque la meta está lejana todavía. “Triunfar en la música es como una carrera de largo alcance. A veces quieres abandonar la carrera, a veces te cansas, a veces te entristeces, pero los músicos cubanos se caracterizaron por resistir, por luchar hasta su muerte y siempre dejaron algo de esa lucha, de esa resistencia. Yo soy uno de esos que tengo que morirme arriba del caballo”.

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