De la trova, la filosofía y el sentido de la vida



¿Cuál es el sentido de la vida? Esta pregunta ha llevado a mucha gente a la reflexión más profunda, o la resignación, o la moderación, o la aceptación, o la experimentación, o en el caso de nuestro entrevistado, de la trompeta a la filosofía, de la filosofía a la guitarra, de la guitarra a la trova y aún se sigue preguntando pero volviendo una y otra vez a su guitarra, a la canción, al encuentro con el público y a la vida que dice que es la que más le ha gustado.

¿Ha pensado usted si la vida que vive es la que le hubiera gustado? ¿Ha pensado que le falta a su vida para ser mejor? ¿Cuántas de estas respuestas tendría como componente la música, la creatividad, el arte contracorriente que admite la pluralidad, lo ajeno, lo oculto, lo alternativo, lo que no hace concesiones a ninguna empresa? Charly Salgado comparte con PMU sus experiencias.

“Nací en Manzanillo, terminé el nivel elemental de trompeta en la escuela Paulita Concepción que está en el Cerro. Hice el pase de nivel, pero decidí meterme en el preuniversitario y estudiar Filosofía en la Universidad. Por aquel tiempo ya había empezado a aprender guitarra porque comencé a hacer rechazo a la trompeta que es un instrumento súper fuerte, porque había que estudiarlo una ‘pila’ de horas diarias. El rigor académico me marchitaba, me aburría mucho y descubrí la guitarra que es un instrumento armónico que te permite cantar y te puedes acompañar. Mientras estudiaba filosofía, estudiaba guitarra en la escuela nocturna en Guanabacoa, allí concluí el nivel elemental de este instrumento”.

“Yo digo como una broma que si empiezas a estudiar Filosofía, terminas siendo trovador, la Filosofía también te sirve. La cosa esta de hacer canciones tiene que ver mucho con lo que uno piensa, o por lo menos, para tener motivaciones, para escribir sobre algo, te ayuda mucho leer, a preguntarte sobre los enigmas que al final, son los que hacen que se siga moviendo la rueda”.

“En el 2000 empecé a hacer una peña en La Madriguera que la estuve haciendo con intermitencia durante tres años hasta el 2003, fue como un comienzo, después de esa etapa mía de la universidad, la filosofía, la trompeta. Le puse dos nombres pero ninguno funcionó, uno porque era muy obvio y otro porque era muy rebuscado. En el 2003 salió mi primer disco Buscando caminos que realmente se conoció en 2004 y luego armé una banda”.

“Yo hago esto porque esto es lo que yo sé hacer mejor, incluso mejor que la Filosofía. De alguna forma de eso se trata vivir, como dice Fito, hacer lo que a uno le gusta. Me da cierta libertad, no es tan opresivo como el trabajo académico. Para mí no es un trabajo, yo me divierto con esto, el día que lo vea como un trabajo, creo que me paso para otro”.

“Hay un momento en que hay que crearse cierta disciplina, pero muy pequeña. Cuando me siento en la casa con la guitarra a aprenderme mejor una canción, no estoy pensando en una movida laboral, estoy en lo que a mí me cuadra aunque hay que proponérselo con cierta regularidad, no vas a tocar hoy y después pasar un mes sin hacerlo, pero a mí no me cuesta trabajo y quizá por eso es que me dediqué a esto. Todo está en descubrir un camino en la vida, es complicado, es un misterio medir la existencia del ser humano en el sentido de la vida”.

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