Con la Agencia a cuestas
12 de mayo de 2014
El Arquitecto se fue a La Habana persiguiendo, literalmente, un sueño. Quería conquistar la capital con su lírica y sus ritmos, amén de las presiones de la competencia y del imponente ambiente cosmopolita que muchas veces devora a los provincianos cazadores de oportunidades para triunfar, aunque el resultado no siempre recompensa el esfuerzo.
El rap, el reggaetón, la música fusionada estaban ubicando al Arquitecto entre los principales exponentes de estas realizaciones melódicas en diferentes ámbitos de Las Tunas, pero Oriente sigue quedando lejos de La Habana y de algún modo, él se convenció de arriesgarse y probar suerte en escenarios capitalinos para abrirse cuanto antes más caminos. Pensó por supuesto, en no hacerlo tan solo porque tal vez la Agencia Cubana del Rap (ACR) podría darle un empujoncito.
Aún recuerdo ese mediodía de principios de este año en que lo encontré corriendo tras una firma en la Casa de la Cultura Tomasa Varona de la ciudad tunera. Necesitaba esa rúbrica para completar el papeleo obligatorio antes de hacer su “gloriosa entrada” en la ACR. Se le notaba súper emocionado y me hablaba lleno de expectativas, esperanzas, deseos de cumplir con sus propósitos por allá por la capital de los cubanos. En realidad él no esperaba que fuera fácil, pero nunca pensó que resultara tan difícil.
Sus ilusiones buscaron respaldo en la Agencia en la cual muchos otros como el Arquitecto, han procurado amparo. Y entonces la pregunta: ¿qué toca hacer a la ACR por su gente? Se dice que fue creada como respuesta a la necesidad de formar un centro promotor y comercializador que permitiera un mayor desarrollo de ese género musical, dado el auge que venía teniendo en la juventud del país. La ACR cuenta con un catálogo de agrupaciones que representa los proyectos emblemáticos a escala nacional como Obsesión, Doble Filo, Alto Voltaje, Cubanos en la Red, Anónimo Consejo. La Agencia cuenta además, con un sello discográfico, así como también con su revista cultural Movimiento. Pero en la actualidad, a la expandida horda de raperos que emerge del underground cubano se le hace cada vez más difícil conseguir el respaldo necesario de la ACR. O son muchos más de los que la Agencia previó existirían, o la realidad económica y del consumo no favorece las pretensiones de moverse en grande dentro del mercado.
Lo cierto es que la Agencia ya se ha vuelto funcional prácticamente sólo para habaneros. Los provincianos se han quedado un tanto desamparados. Solamente aquellos que despuntaban cuando la Agencia inició y todavía hoy se mantienen en la preferencia del público, son tenidos en cuenta para asegurar o apoyar la producción de sus conciertos, giras o presentaciones especiales.
En Las Tunas por ejemplo, no muchos cuentan con esa posibilidad. Entre los veteranos se favorece el grupo Clase A que todavía se mueve por otros espacios fuera de la provincia y su líder Yoel Leyva quien recibe frecuentes invitaciones de prestigiosos colegas para compartir escena. De los más recientes destaca en ascenso D’ Mente, quien también ha causado furor con las realizaciones audiovisuales de algunos de sus temas y ya se cuela entre los premios del festival Puños Arriba. Ambos casos son más visibles para la ACR.
¿Qué decir entonces? El Arquitecto está de vuelta en Las Tunas reconquistando sus primitivos escenarios. Como dirían algunos: no pudo con la arrolladora maquinaria de La Habana y tuvo que regresar a su aldea. Aunque no retornó con la cresta caída. Aprovecha featurings ocasionales con grupos raperos como NBA. Aquí no necesita tanto el apoyo de la Agencia, sólo a los que creen en él y le ofrecen la mano para subir al escenario en su carrera dura y luchada.
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12 de mayo de 2014
El Arquitecto se fue a La Habana persiguiendo, literalmente, un sueño. Quería conquistar la capital con su lírica y sus ritmos, amén de las presiones de la competencia y del imponente ambiente cosmopolita que muchas veces devora a los provincianos cazadores de oportunidades para triunfar, aunque el resultado no siempre recompensa el esfuerzo.
El rap, el reggaetón, la música fusionada estaban ubicando al Arquitecto entre los principales exponentes de estas realizaciones melódicas en diferentes ámbitos de Las Tunas, pero Oriente sigue quedando lejos de La Habana y de algún modo, él se convenció de arriesgarse y probar suerte en escenarios capitalinos para abrirse cuanto antes más caminos. Pensó por supuesto, en no hacerlo tan solo porque tal vez la Agencia Cubana del Rap (ACR) podría darle un empujoncito.
Aún recuerdo ese mediodía de principios de este año en que lo encontré corriendo tras una firma en la Casa de la Cultura Tomasa Varona de la ciudad tunera. Necesitaba esa rúbrica para completar el papeleo obligatorio antes de hacer su “gloriosa entrada” en la ACR. Se le notaba súper emocionado y me hablaba lleno de expectativas, esperanzas, deseos de cumplir con sus propósitos por allá por la capital de los cubanos. En realidad él no esperaba que fuera fácil, pero nunca pensó que resultara tan difícil.
Sus ilusiones buscaron respaldo en la Agencia en la cual muchos otros como el Arquitecto, han procurado amparo. Y entonces la pregunta: ¿qué toca hacer a la ACR por su gente? Se dice que fue creada como respuesta a la necesidad de formar un centro promotor y comercializador que permitiera un mayor desarrollo de ese género musical, dado el auge que venía teniendo en la juventud del país. La ACR cuenta con un catálogo de agrupaciones que representa los proyectos emblemáticos a escala nacional como Obsesión, Doble Filo, Alto Voltaje, Cubanos en la Red, Anónimo Consejo. La Agencia cuenta además, con un sello discográfico, así como también con su revista cultural Movimiento. Pero en la actualidad, a la expandida horda de raperos que emerge del underground cubano se le hace cada vez más difícil conseguir el respaldo necesario de la ACR. O son muchos más de los que la Agencia previó existirían, o la realidad económica y del consumo no favorece las pretensiones de moverse en grande dentro del mercado.
Lo cierto es que la Agencia ya se ha vuelto funcional prácticamente sólo para habaneros. Los provincianos se han quedado un tanto desamparados. Solamente aquellos que despuntaban cuando la Agencia inició y todavía hoy se mantienen en la preferencia del público, son tenidos en cuenta para asegurar o apoyar la producción de sus conciertos, giras o presentaciones especiales.
En Las Tunas por ejemplo, no muchos cuentan con esa posibilidad. Entre los veteranos se favorece el grupo Clase A que todavía se mueve por otros espacios fuera de la provincia y su líder Yoel Leyva quien recibe frecuentes invitaciones de prestigiosos colegas para compartir escena. De los más recientes destaca en ascenso D’ Mente, quien también ha causado furor con las realizaciones audiovisuales de algunos de sus temas y ya se cuela entre los premios del festival Puños Arriba. Ambos casos son más visibles para la ACR.
¿Qué decir entonces? El Arquitecto está de vuelta en Las Tunas reconquistando sus primitivos escenarios. Como dirían algunos: no pudo con la arrolladora maquinaria de La Habana y tuvo que regresar a su aldea. Aunque no retornó con la cresta caída. Aprovecha featurings ocasionales con grupos raperos como NBA. Aquí no necesita tanto el apoyo de la Agencia, sólo a los que creen en él y le ofrecen la mano para subir al escenario en su carrera dura y luchada.
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