El Festival Black In Rock nunca morirá



Por más de 8 años el grupo Blackout viene organizando un pequeño festival de metal extremo llamado Festival Black In Rock, en la Casa de la Cultura Arimao, del municipio cienfueguero de Cumanayagua. Han sufrido muchas vicisitudes y censura, y en más de una ocasión la realización del concierto ha estado en peligro por la incomprensión de los dirigentes culturales.

PMU estuvo presente en la edición de este año llevada a cabo el domingo 27 de abril con la presencia de las bandas Damn Bastards, Akopunktura, Breaking the Silence, Dana y Blackout.

Su inicio se retrasó por más de horas debido a un fuerte aguacero. Como medida extrema, se reubicó la realización del mismo en el teatro de la Casa de la Cultura, donde se reunieron más de 140 personas provenientes de los poblados de Cruces, Cienfuegos, Santa Isabel de las Lajas, Guaos y la sede.

Durante la espera conversamos con Felipe Vilches Corona, organizador del Black in Rock, quien con sinceridad nos contó su historia. “Esto nació de una idea en conjunto de los integrantes de Blackout y del promotor cultural Daniel Hernández para darle una opción de esparcimiento a ese público al que una vez pertenecimos. Logramos ese ambiente de concierto que amamos todos los rockeros verdaderos”.

“Nos sentíamos marginados -continúa el también bajista de Blackout-. Cuando éramos adolescentes este movimiento apenas se percibía y era muy incipiente. Cumanayagua se pasó muchísimos años sin una opción para nosotros”.

“Cuando fundamos el grupo decidimos recuperar la tradición de recitales de grupos de rock en nuestro pueblo. No sólo para nosotros tocar y crearnos un espacio libre, sino para que otros muchachos tengan la oportunidad de escuchar la música de su preferencia”.

“Teníamos que asistir todos los fines de semana a la discoteca de turno -prosigue Felipe- donde siempre ponían la misma música que estaba de moda en los medios masivos, controlados por la Industria y las instituciones gubernamentales. Esa misma música que a nosotros no nos interesa, pero que obligatoriamente teníamos que consumir porque no teníamos otras opciones. La cosa mejoraba cuando estábamos en la Semana de la Cultura, aunque siempre por senderos trillados, sin buscar más allá en la preferencia del público joven y complacer la diversidad de gustos”.

“Comenzamos como una pequeña peña los domingos a las 9 de la noche, más ya tenemos este festival. Es verdad que lo hacemos un solo día y aspiramos a extenderlo mucho más tiempo. También traemos grupos de las localidades cercanas y hasta de Santa Clara. Queremos promocionar a las bandas noveles. Nuestra tendencia es positiva y al crecimiento. La salud del heavy metal en Cumanayagua se está recuperando”. Concluyó Vilches.

Dana, fundadores del evento, abrieron la noche con sonidos guturales que estremecieron los cimientos de la Casa de la Cultura. Akopunktura transitó por el punk rock europeo más melódico. Los Breaking the Silence recibieron la ovación y el cariño del público cienfueguero que los sigue a todas partes. Impresionaron los noveles Damn Bastards con un mes y medio de creación, llegando para adueñarse de la escena metalera, rondando el black metal y el trash. Muy buena presentación de estos muchachos, naturales de Cruces.

Los anfitriones de Blackout se oyeron inmensos entre el grunge, lo alternativo y el heavy metal. Buena la adquisición de Amiel Martínez Abreu que se desdobla entre lo melódico y lo gutural. Lo mismo canta un tema de Los Beatles que de Pantera.

Interpretaron 11 temas entre los que se destacaron “Walk” de Pantera, “Roots” de Sepultura, “Sad but True” de Metallica, “Duality” de Slipknot, “Wasted Years” de Iron Maiden. Pero lo que más llamó la atención fue la versión hard rock “The Awakening”, de su propia creación. Un paso de avance de Blackout que ya compone temas propios.

Yelena Sánchez Mena, proveniente de Santa Isabel de Las Lajas y estudiante en la Escuela Formadora de Maestros de la capital provincial, nos abordó deseosa de expresarnos su parecer: “Llegué a Cumanayagua desde las 8 de la mañana por medios propios. No quería perderme este festival que ojalá se hiciera en todos los pueblos. Nadie cree que existimos, pero asiste mucho público cuando nuestros grupos tocan. Necesitamos apoyo, venga de donde venga, para hacernos sentir. Hoy realicé mi sueño. Queremos que esto trascienda fronteras y que se sepa en el mundo entero que el Festival Black in Rock nunca morirá, pésele a quien le pese”.

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