El hedonismo de un artista underground
19 de mayo de 2014
Si bien aprendió empíricamente a manipular el piano y el bajo, sin duda alguna la guitarra es el instrumento que marca su ascendente carrera underground. Adam Alejandro Cabezas Campos se inicia en la música apenas con 12 años, siguiendo los pasos de su padre Israel, en el florecer de una herencia consolidada. “Mi familia, sobre todo mis padres, siempre me han apoyado, en especial mi papá que en momentos complicados de este mundo, me ha dado las palabras que he necesitado”. Israel su padre, integrante de los grupos de reggae Deja Vu y Paso Firme, fue quien le enseñó a tocar la guitarra.
Adam, como prefiere ser llamado, comienza a integrarse en diferentes bandas musicales a partir de los 15 años, en una búsqueda constante del género que lo representaría.
Su primer grupo Kolapso, donde estuvo año y medio de bajista, fue el motor que impulsaría su trayectoria artística. Otros grupos como Alisson y Andrea aportaron experiencias inolvidables. “Con este grupo grabé cuatro canciones y fuimos nominados en Cuerda Viva a Premio por Novel y a Mejor Grupo Pop-Rock”. Actualmente en SMS se desempeña como guitarrista y a pesar de que el reggaetón no es el género musical que prefiere, selecciona “Vamos a romper la discoteca” para representar lo que hace. “En esta canción al final tengo un solo de guitarra con mucha libertad para tocar lo que me gusta”.
Apenas con 17 años domina ya tres idiomas: español, inglés y japonés. En su tiempo libre le gusta pintar y leer sobre temas filosóficos y mitológicos. “Mi ambiente es trasnochador siguiendo una filosofía de vida hedonista, en la búsqueda constante del placer, mirando el presente sin preocuparme tanto por el mañana, es decir, trato de vivir el momento”. Confiesa también que le atraen mucho los anime y los tatuajes, “tengo siete de ellos, el primero me lo hice con 13 años. Si tuviera que escoger una característica que me defina diría simplemente que mi pelo, dado que la mayor parte del tiempo estoy tocándomelo y trato siempre de peinarme de una manera diferente”.
Sobre la base de su corta experiencia como compositor, afirma: “La música que compongo no suelo compartirla porque es más personal que otra cosa. Trato de componer siempre sobre la influencia del R&B y del indie, son los géneros que me gustan. Trato que logre transmitir algún tipo de sentimiento, a pesar de que no lo hago mucho, cuando escribo alguna letra generalmente lo hago en inglés, es más fácil para mí sobre todo a la hora de rimar. Busco contenidos fuertes y que las personas que llevan mi mismo estilo de vida, mi ambiente, se sientan identificadas”.
Dado su formación empírica señala las pocas posibilidades de formación para los músicos cubanos, específicamente en La Habana, no se trata solamente de que tengas talento seas bueno o estés preparado, sino de “muchas razones”. La falta de espacios públicos para presentar otros géneros musicales ha frenado, según su criterio, el desarrollo de su carrera y la de otros grupos, infiere que géneros como el jazz y el indie no gozan de igual preferencia.
Ha grabado en diferentes estudios independientes como Layron Music, el estudio de Favier el guitarrista de Sectum y en La Formula Producción, estudio propio de SMS. Y al igual que otros, Adam tiene mucho que decir de la promoción con respecto a los medios de comunicación masiva, reconoce que la manera más efectiva de promoción que tienen los grupos de música underground en el país es “boca a boca, pues aunque la televisión puede ayudarnos, promocionamos mucho más de esta otra forma”.
Haciendo retrospectiva y acariciándose el pelo una vez más de tantas en nuestra entrevista, Adam recuerda el primer concierto que ofreció en el Club Jhonny. “Fue increíble, genial, se creó una banda para tocar específicamente ese día, a pesar de los pocos ensayos que tuvimos, en la presentación me encantó ver como todos disfrutaban con la música, fue una sensación de euforia demasiado grande”.
Actualmente realiza giras nacionales y se presenta con SMS en una peña fija, los últimos viernes de cada mes en El Sauce, sito en calle 9na. # 12015 entre 120 y 130, Playa, en La Habana.
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19 de mayo de 2014
Si bien aprendió empíricamente a manipular el piano y el bajo, sin duda alguna la guitarra es el instrumento que marca su ascendente carrera underground. Adam Alejandro Cabezas Campos se inicia en la música apenas con 12 años, siguiendo los pasos de su padre Israel, en el florecer de una herencia consolidada. “Mi familia, sobre todo mis padres, siempre me han apoyado, en especial mi papá que en momentos complicados de este mundo, me ha dado las palabras que he necesitado”. Israel su padre, integrante de los grupos de reggae Deja Vu y Paso Firme, fue quien le enseñó a tocar la guitarra. Adam, como prefiere ser llamado, comienza a integrarse en diferentes bandas musicales a partir de los 15 años, en una búsqueda constante del género que lo representaría.
Su primer grupo Kolapso, donde estuvo año y medio de bajista, fue el motor que impulsaría su trayectoria artística. Otros grupos como Alisson y Andrea aportaron experiencias inolvidables. “Con este grupo grabé cuatro canciones y fuimos nominados en Cuerda Viva a Premio por Novel y a Mejor Grupo Pop-Rock”. Actualmente en SMS se desempeña como guitarrista y a pesar de que el reggaetón no es el género musical que prefiere, selecciona “Vamos a romper la discoteca” para representar lo que hace. “En esta canción al final tengo un solo de guitarra con mucha libertad para tocar lo que me gusta”.
Apenas con 17 años domina ya tres idiomas: español, inglés y japonés. En su tiempo libre le gusta pintar y leer sobre temas filosóficos y mitológicos. “Mi ambiente es trasnochador siguiendo una filosofía de vida hedonista, en la búsqueda constante del placer, mirando el presente sin preocuparme tanto por el mañana, es decir, trato de vivir el momento”. Confiesa también que le atraen mucho los anime y los tatuajes, “tengo siete de ellos, el primero me lo hice con 13 años. Si tuviera que escoger una característica que me defina diría simplemente que mi pelo, dado que la mayor parte del tiempo estoy tocándomelo y trato siempre de peinarme de una manera diferente”.
Sobre la base de su corta experiencia como compositor, afirma: “La música que compongo no suelo compartirla porque es más personal que otra cosa. Trato de componer siempre sobre la influencia del R&B y del indie, son los géneros que me gustan. Trato que logre transmitir algún tipo de sentimiento, a pesar de que no lo hago mucho, cuando escribo alguna letra generalmente lo hago en inglés, es más fácil para mí sobre todo a la hora de rimar. Busco contenidos fuertes y que las personas que llevan mi mismo estilo de vida, mi ambiente, se sientan identificadas”.
Dado su formación empírica señala las pocas posibilidades de formación para los músicos cubanos, específicamente en La Habana, no se trata solamente de que tengas talento seas bueno o estés preparado, sino de “muchas razones”. La falta de espacios públicos para presentar otros géneros musicales ha frenado, según su criterio, el desarrollo de su carrera y la de otros grupos, infiere que géneros como el jazz y el indie no gozan de igual preferencia.
Ha grabado en diferentes estudios independientes como Layron Music, el estudio de Favier el guitarrista de Sectum y en La Formula Producción, estudio propio de SMS. Y al igual que otros, Adam tiene mucho que decir de la promoción con respecto a los medios de comunicación masiva, reconoce que la manera más efectiva de promoción que tienen los grupos de música underground en el país es “boca a boca, pues aunque la televisión puede ayudarnos, promocionamos mucho más de esta otra forma”.
Haciendo retrospectiva y acariciándose el pelo una vez más de tantas en nuestra entrevista, Adam recuerda el primer concierto que ofreció en el Club Jhonny. “Fue increíble, genial, se creó una banda para tocar específicamente ese día, a pesar de los pocos ensayos que tuvimos, en la presentación me encantó ver como todos disfrutaban con la música, fue una sensación de euforia demasiado grande”.
Actualmente realiza giras nacionales y se presenta con SMS en una peña fija, los últimos viernes de cada mes en El Sauce, sito en calle 9na. # 12015 entre 120 y 130, Playa, en La Habana.
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