Ramsés y su guitarra
26 de mayo de 2014
En ningún instante de sus primeros 14 años de edad, le había pasado por la mente la idea de involucrarse en el mundo de la música. Hasta ese entonces sólo gustaba de ella como oyente. Todo comenzó sorpresiva y estruendosamente. “Mi madre vivía aferrada al sueño de ver convertido a mi hermano mayor en un famoso guitarrista. Para ello invirtió todos sus ahorros en una guitarra e hizo los arreglos pertinentes para que ingresara en una academia de música. Pero sucedió lo inesperado. Mi hermano se negó rotundamente y le dijo que no quería saber nada de música, ni menos de guitarra. Discutieron hasta que ella optó por rendirse. Fue entonces que ‘la vieja’ virándose hacia mí y mirándome fijamente a los ojos, me alargó la guitarra y la orden: no me he gastado tanto dinero por gusto, tú serás el guitarrista”.
De esta manera Ramsés Vicente Cañizares, cantante y guitarrista de apenas 17 años, nos narró su peculiar iniciación en la música. La conversación entre PMU y el joven músico se desarrolló durante un encuentro de jóvenes creadores en la Casa de la Cultura de Alamar.
“Aunque resulté ser el ‘Plan B’ de mi madre, debo confesarle que rápidamente me enamoré de la guitarra. Al principio fue algo así como un juguete nuevo. Pero poco a poco logré sacarle acordes coherentes y eso me fascinó. Comencé a recibir lecciones con un maestro particular. No obstante, nunca pensé llegar a ser cantante. Todo mi tiempo libre lo invertía en mi guitarra. Nos hicimos inseparables”.
PMU: ¿Y que seas ahora también cantante fue otro plan de tu mamá?
Ramsés: No, ocurrió que durante una de mis presentaciones en la tertulia de la UNEAC, algo interior me compulsó a acompañarme a mí mismo. En la sala se encontraba un profesor de canto, amigo de la familia, que desde ese momento no cesó de embullarme para que también utilizara mi voz como instrumento.
La trayectoria artística de Ramsés Vicente es tan breve como su edad. Las clases que le imparte su profesor de canto le han permitido adecuar y moldear de forma correcta su registro vocal de tenor ligero. La pasión por la guitarra se acrecienta cada día más.
PMU: ¿Qué te ha ofrecido tu corto desandar por el mundo de la música?
Ramsés: Además de disfrutar a fondo de un fenómeno que estaba en mí y yo ignoraba, mi vida ha cambiado bastante. Debo decirle que fui, y en parte sigo siendo, un niño muy tímido, muy recogido socialmente. Ahora participo en las actividades culturales del Preuniversitario donde estudio y me enfrento sin temor a públicos de personas que me son totalmente desconocidas. Me satisface cuando alguien en la calle me señala y comenta “mira por ahí va el muchacho que canta”.
La Casa de la Cultura de Alamar es el cuartel general para Ramsés Vicente. Es allí donde realiza la mayoría de sus presentaciones, aunque igualmente ha actuado en peñas que se efectúan en algunos museos capitalinos, así como en la Sala Martínez Villena de la UNEAC.
PMU: ¿Qué representa Alamar para ti y tu carrera?
Ramsés: Mucho. Mi vida ha transcurrido aquí. Mis amigos de la infancia siguen siendo mis amigos. Aquí me enamoré por primera y única vez. Alamar es una ciudad-dormitorio. Independientemente de algún que otro festival anual, la vida cultural es prácticamente inexistente. Los alameños trabajan en otros municipios habaneros y específicamente buscan esparcimiento cultural y divertimento en Centro Habana y el Vedado. Dada la situación del transporte, no es fácil ese ir y venir. Por ello me empeño en ayudar que nuestra Casa de la Cultura amplíe sus actividades.
PMU: ¿Espero que tengas sueños que vayan más allá?
Ramsés: Si de soñar se trata, los míos son muchos y de los grandes. Me veo en los mejores escenarios del mundo. Haciendo giras de conciertos tanto nacionales como internacionales. Obteniendo premios y reconocimientos. Llegar a ser un Leo Brouwer o un Paco de Lucía, o cantar tan bien como José Carrera o Marc Anthony sin olvidarme nunca que salí de este barrio.
PMU: Por lo que sabemos eres bastante polifacético dentro de la canción, pero ¿tienes preferencia por algún género en particular?
Ramsés: Canto de todo menos reggaetón. Incursiono desde lo lírico hasta la guaracha. Según mi profesor algún día me acomodaré dentro del género que mejor me encaje.
PMU: ¿Planes concretos?
Ramsés: Ahora mismo con tres amigos más, trabajamos en la conformación de un cuarteto en el cual yo sería la voz principal y con un repertorio fundamentalmente compuesto por baladas románticas y salsa, además de una que otra fusión. Pensamos llamarle OMG, sigla en inglés de “Oh, my God”.
PMU: ¿Volverías acatar la orden del ‘Plan B’ de tu mamá?
Ramsés: ¡Claro que sí!
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26 de mayo de 2014
En ningún instante de sus primeros 14 años de edad, le había pasado por la mente la idea de involucrarse en el mundo de la música. Hasta ese entonces sólo gustaba de ella como oyente. Todo comenzó sorpresiva y estruendosamente. “Mi madre vivía aferrada al sueño de ver convertido a mi hermano mayor en un famoso guitarrista. Para ello invirtió todos sus ahorros en una guitarra e hizo los arreglos pertinentes para que ingresara en una academia de música. Pero sucedió lo inesperado. Mi hermano se negó rotundamente y le dijo que no quería saber nada de música, ni menos de guitarra. Discutieron hasta que ella optó por rendirse. Fue entonces que ‘la vieja’ virándose hacia mí y mirándome fijamente a los ojos, me alargó la guitarra y la orden: no me he gastado tanto dinero por gusto, tú serás el guitarrista”.
De esta manera Ramsés Vicente Cañizares, cantante y guitarrista de apenas 17 años, nos narró su peculiar iniciación en la música. La conversación entre PMU y el joven músico se desarrolló durante un encuentro de jóvenes creadores en la Casa de la Cultura de Alamar.
“Aunque resulté ser el ‘Plan B’ de mi madre, debo confesarle que rápidamente me enamoré de la guitarra. Al principio fue algo así como un juguete nuevo. Pero poco a poco logré sacarle acordes coherentes y eso me fascinó. Comencé a recibir lecciones con un maestro particular. No obstante, nunca pensé llegar a ser cantante. Todo mi tiempo libre lo invertía en mi guitarra. Nos hicimos inseparables”.
PMU: ¿Y que seas ahora también cantante fue otro plan de tu mamá?
Ramsés: No, ocurrió que durante una de mis presentaciones en la tertulia de la UNEAC, algo interior me compulsó a acompañarme a mí mismo. En la sala se encontraba un profesor de canto, amigo de la familia, que desde ese momento no cesó de embullarme para que también utilizara mi voz como instrumento.
La trayectoria artística de Ramsés Vicente es tan breve como su edad. Las clases que le imparte su profesor de canto le han permitido adecuar y moldear de forma correcta su registro vocal de tenor ligero. La pasión por la guitarra se acrecienta cada día más.
PMU: ¿Qué te ha ofrecido tu corto desandar por el mundo de la música?
Ramsés: Además de disfrutar a fondo de un fenómeno que estaba en mí y yo ignoraba, mi vida ha cambiado bastante. Debo decirle que fui, y en parte sigo siendo, un niño muy tímido, muy recogido socialmente. Ahora participo en las actividades culturales del Preuniversitario donde estudio y me enfrento sin temor a públicos de personas que me son totalmente desconocidas. Me satisface cuando alguien en la calle me señala y comenta “mira por ahí va el muchacho que canta”.
La Casa de la Cultura de Alamar es el cuartel general para Ramsés Vicente. Es allí donde realiza la mayoría de sus presentaciones, aunque igualmente ha actuado en peñas que se efectúan en algunos museos capitalinos, así como en la Sala Martínez Villena de la UNEAC.
PMU: ¿Qué representa Alamar para ti y tu carrera?
Ramsés: Mucho. Mi vida ha transcurrido aquí. Mis amigos de la infancia siguen siendo mis amigos. Aquí me enamoré por primera y única vez. Alamar es una ciudad-dormitorio. Independientemente de algún que otro festival anual, la vida cultural es prácticamente inexistente. Los alameños trabajan en otros municipios habaneros y específicamente buscan esparcimiento cultural y divertimento en Centro Habana y el Vedado. Dada la situación del transporte, no es fácil ese ir y venir. Por ello me empeño en ayudar que nuestra Casa de la Cultura amplíe sus actividades.
PMU: ¿Espero que tengas sueños que vayan más allá?
Ramsés: Si de soñar se trata, los míos son muchos y de los grandes. Me veo en los mejores escenarios del mundo. Haciendo giras de conciertos tanto nacionales como internacionales. Obteniendo premios y reconocimientos. Llegar a ser un Leo Brouwer o un Paco de Lucía, o cantar tan bien como José Carrera o Marc Anthony sin olvidarme nunca que salí de este barrio.
PMU: Por lo que sabemos eres bastante polifacético dentro de la canción, pero ¿tienes preferencia por algún género en particular?
Ramsés: Canto de todo menos reggaetón. Incursiono desde lo lírico hasta la guaracha. Según mi profesor algún día me acomodaré dentro del género que mejor me encaje.
PMU: ¿Planes concretos?
Ramsés: Ahora mismo con tres amigos más, trabajamos en la conformación de un cuarteto en el cual yo sería la voz principal y con un repertorio fundamentalmente compuesto por baladas románticas y salsa, además de una que otra fusión. Pensamos llamarle OMG, sigla en inglés de “Oh, my God”.
PMU: ¿Volverías acatar la orden del ‘Plan B’ de tu mamá?
Ramsés: ¡Claro que sí!
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