Backgrounds con sabor a mujer



Para nadie es secreto que cuando hablamos de estudios de grabación o de la realización de backgrounds siempre nos viene a la mente una figura masculina frente a estas tareas. Por este motivo, Jessica Suárez ha sido víctima de un poco de discriminación y sin embargo, quienes han trabajado con ella se han ido más que satisfechos y la mayoría ha regresado más de dos veces.

Sus primeros pasos en el mundo de la música fueron como cantante. Hoy todavía participa en alguna que otra actividad invitada por sus amistades, pero fue el trabajo de la producción el que la cautivó. “Comencé a cantar desde que estaba en la Secundaria, participaba en cualquier actividad que me invitaran, pero lo que no me motivaba mucho era cantar con background, me parecía un poco tedioso. Así fue que fui a la casa de cultura de mi barrio, en Centro Habana, y me empecé a interesar en la guitarra, pero como no tenía ninguna, no podía dar las clases. En ese entonces mis padres no podían comprarme una porque eran muy caras y entonces recurrí a un amigo que sabía que tenía una y no la usaba. Así que se la pedí prestada y así fue como pude empezar a aprender”.

Junto con las clases de guitarra, Jessica tomaba clases de canto y esto la ayudaba mucho, pues hacía que se le desarrollara el oído. “A veces cuando me ponía los audífonos escuchaba instrumentos que antes no oía y eso me pareció grandioso”.

Con el paso del tiempo, Jessica experimentó con varios géneros, entre los que se incluyen el pop, el rock, el R&B e incluso el house. “Mi papá tuvo que viajar por una misión y por eso pudo comprarme una computadora. Luego conseguí a través de unas amistades varios programas de música como el Fruity Loop y el Reason, y así empecé como dicen los cubanos, a ‘cacharrearlos’. Desde ese entonces no canto mucho, aunque mis primeras pruebas fueron con canciones propias. Noté también que comencé a componer más seguido, pero realmente no me gustan mucho mis canciones, siempre le encuentro defectos, así que no se las enseño a nadie”.

Un día Maykel, uno de sus amigos más allegados y que es cantante de un grupo de reggaetón, le pidió que le hiciera un background a una de las canciones de su grupo. La idea no le gustó mucho a Jessica pues no es muy fanática de ese género, pero como era un favor a un amigo no dijo que no. Después de eso y al ver el resultado, se empezó a interesar en serio. Buscó pluggins, tutoriales y empezó a estudiar cómo debían sonar los diferentes géneros en los que iba a trabajar. “Me gusta saber qué es lo que estoy haciendo y hacerlo bien, así que no conocer el sonido de los géneros que más trabajo, no era una opción”.

A través del mismo Maykel comenzaron a llegar otros músicos aficionados y autodidactas, y entonces empezó a trabajar. Algunos perdieron la oportunidad pues al ver que era una mujer quien haría el trabajo, se retiraron. Otros dudaron al principio, pero al escuchar algunos trabajos de Jessica se quedaron impresionados e incluso han trabajado con ella en más de una ocasión. “Al principio pensé que nadie querría trabajar conmigo, imagínate, una mujer haciendo backgrounds no es algo que se vea en cada esquina. Luego me di cuenta que al que no le guste, se lo pierde. Sólo trato de darle una oportunidad a los artistas que no la tienen, ya que no todo el mundo tiene el dinero que te piden por este tipo de trabajo”.

En la actualidad, Jessica está recibiendo clases de piano para así realizar con más facilidad su trabajo. “Tuve la suerte de poder comprarme una pianola pequeña de solamente dos octavas, pero eso me hace más fácil el trabajo y para eso tengo que tener una noción de lo que voy a hacer. No se trata de dar unos cuantos clicks y ya. Al final estamos haciendo música y hay que ponerle ganas para que el trabajo final sea de calidad”.

En la actualidad Jessica ha realizado en su estudio improvisado, al que nombró D’ MusiK, más de 50 backgrounds, y tiene pensado hacer una especie de ampliación para poder grabar también y así poder hacer un trabajo más completo. “No sé si puedo hacerlo o no, ganas de trabajar sí tengo. En este mundo sólo tienes que poner un poco de empeño, aunque claro, la ayuda nunca está de más y lo hace más fácil. Pero cuando tienes mucha ayuda te esfuerzas menos, así que sólo me quedo con la necesaria. Pero en serio, sólo es cuestión de ponerle corazón”.

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