Carlos Rafael Millet, en busca de un sueño



Carlos Rafael Millet es un joven habanero con tan sólo 26 años de edad que posee grandes cualidades como guitarrista y compositor. Durante un descanso en una de sus presentaciones en la casa de cultura de su barrio nos narró lo difícil que para él es darse a conocer siendo aficionado.

Al terminar una de sus canciones y aprovechando el tiempo de descanso entre un grupo y otro nos comentó sobre sus primeros pasos en la música. “Desde un principio tenía bien claro lo que quería, siempre quise crear un cuarteto de cuerdas y un año después de clases de guitarra y estudios de cuatro horas diarias, logré armar mi cuarteto. Empecé con instrumentales conocidos y poco a poco fui incluyendo mis propias composiciones”.

Después de un suspiro y tragar en seco, Carlos me cuenta sobre las puertas cerradas a su paso. “Es difícil creer como las instituciones culturales te niegan ayuda con tremenda serenidad. Muchas veces tocamos puertas en busca de ayuda y los lugares donde nos decían haber una posibilidad era sólo a cambio de altas sumas de dinero”.

Más tarde en otro descanso, Carlos nos cuenta de cómo conoció a los otros integrantes. “A Juan Rodríguez (tresero) lo conocí cerca de la panadería de mi casa. Yo había ido a comprar el pan y cuando doblé por la esquina escuché el sonido del tres. Me acerqué a él y le conté lo que quería hacer y al momento me respondió que sí. Con Marco Biliar (segunda guitarra) fue todo muy diferente ya que él tocaba guitarra eléctrica y lo que quería era estar en un grupo de rock. Pero a la semana de haberle dejado algunas de mis grabaciones me llamó y me dijo que ese sonido le gustaba y que contara con él. Robert Valdés (tercera guitarra, bajo) fue una señal de Dios. Resulta que un día estábamos ensayando, tocaron a la puerta y ahí estaba él, un flaco con ‘pinta’ de todo menos de músico diciendo que lo que estaba sonando le gustaba y que quería ver la posibilidad de cooperar. Cuando me dijo que tocaba el bajo y la guitarra no lo podía creer”.

En el lugar de presentación tuvieron problemas con el audio y mientras trataban de darle solución, Carlos aprovechó para seguir contándonos. “Nosotros tratamos de abarcar todos los géneros musicales pero lo que mejor se nos da es el pop, el rock, la balada y el blues. Cuando escribo mis instrumentales trato siempre de incluir los géneros que domino y cuando no es así busco apoyo en las personas que saben más que yo en el asunto de la composición musical, tal es el caso de Marco, el cual posee unas habilidades extraordinarias para la música y la composición. De los diez temas que más gustan de nuestro cuarteto, ocho los ha compuesto Marco”.

Al lugar tuvo que llegar otro técnico para dar con la solución del problema del audio. En cuestión de media hora se reanudó la actividad y todo siguió normal y según lo planeado. Sin embargo, Carlos aprovechó lo que le quedaba de tiempo libre para contarme sobre los planes futuros del grupo. “La próxima semana nos evalúan en la casa de cultura y con ese aval podremos presentarnos a un concurso de jóvenes talentos el cual tiene lugar en Centro Habana. Tenemos muchas expectativas en cuanto a eso. Nos estamos preparando muy bien y pensamos arrasar con el primer lugar. Sabemos de grupos que han ganado y hoy en día se les han abierto muchas puertas y han podido cumplir parte importante de sus sueños”.

También nos comentó de muchos músicos autodidactas que por tantas negativas se fueron quedando en el camino y con los sueños frustrados. “Sé de músicos que se han quedado atrás y con el instrumento guardado, casi siempre por falta de ayuda y de sobra sé que esta no ha llegado por falta de dinero. He hablado en varias ocasiones con mi grupo y tenemos acordado invitarlos uno a uno a nuestra peña, concierto o lo que sea que se nos dé para que aunque sea ese día puedan hacer realidad sus sueños”.

La actividad llegó a su fin y Carlos estaba muy alegre, pero la invitación a una fiesta como celebración por tan estupendo trabajo era difícil de eludir y antes de marcharse nos dejó unas palabras. “Sólo les puedo decir a los músicos como yo que no son de escuela, que sabemos que la jugada se pone cada vez más difícil para nosotros, pero hay que perseverar y cada día que pase, luchar más y más por lo que queremos. Porque sólo así algún día tendremos nuestro premio. Gracias a PMU por formar parte del grupo de los que si ayudan”.

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