Una banda punk en puro K-Oz



El punk es un género musical dentro del rock que emergió a mediados de los años 70 en Inglaterra y los Estados Unidos. Dicho género se caracteriza en la industria musical por su actitud independiente y amateur.

En sus inicios, el punk era una música muy simple y cruda, a veces descuidada: un tipo de rock sencillo, con melodías simples de duraciones cortas, sonidos de guitarras amplificadas poco controlados o ruidosos, pocos arreglos e instrumentos y por lo general, de compases y tempos rápidos.

Este es un género donde las líneas de guitarra se caracterizan por su sencillez y la crudeza del sonido amplificado, generalmente creando un ambiente sonoro ruidoso o agresivo heredado del garage rock. El bajo, por lo general, sigue sólo la línea del acorde y no busca adornar con octavas ni arreglos la melodía. La batería por su parte lleva un tempo acelerado, con ritmos sencillos de rock. Las voces varían desde expresiones fuertes e incluso violentas o desgarradas. Así opinan especialistas del género en Villa Clara donde no pocas bandas de punk cohabitan y se dedican a enaltecerlo.

K-Oz es una de esas agrupaciones que desde su comienzo entre 2004- 2005 hacen punk rock del bueno. Varios de los integrantes de aquella primera etapa ya no están en ella, pero sí siguen con otras alineaciones de rock en Villa Clara y a cada rato colaboran con Carlos Alba Ibáñez (bajo), Douglas Pérez González (baterista), Alain Martínez alias Matojo (vocal y guitarra acompañante) y Gustavo Fabregat (guitarra líder).

Durante el primer año de vida, K-Oz tuvo la oportunidad de ofrecer 4 o 5 conciertos fundamentalmente en los municipios villaclareños de Camajuaní y Placetas, y por supuesto en la casa del arte underground por excelencia de esta zona del país, el Centro Cultural El Mejunje.

Por situaciones personales de los integrantes de la banda, K-Oz se desintegró durante una temporada, pero en este tiempo el director del grupo Carlos Alba Ibáñez hizo todo lo posible por adquirir por medios propios el bajo y la guitarra para que una vez reunidos nuevamente, la calidad sonora fuera superior a la anterior.

Entre los años 2005 y 2009, un período de quietud sobrevino sobre la banda hasta que felizmente llegó el 2010 con una etapa de esplendor y florecimiento para K-Oz, quien ofreció varios conciertos en Villa Clara a lo largo del 2011.

Desde entonces han logrado una estabilidad en lo que a presentaciones respecta. La banda hace 3 años que participa en el Festival de Rock de mayor reconocimiento en el país, Ciudad Metal. Han tocado también en otras plazas de Santa Clara como el Parque de Tristá y Central, en el municipio villaclareño de Manicaragua, en la Universidad Central Marta Abreu, y cada 45 días aproximadamente, lo hacen en El Mejunje.

Los temas interpretados por la agrupación son de autoría colectiva de sus miembros, pues unos hacen la letra y otros los arreglos. En estos momentos K-Oz está en la producción de su primer disco, específicamente en el proceso de masterización de los temas.

Por esfuerzos propios se han hecho de los instrumentos con los que tocan, y gracias también a las donaciones que reciben de agrupaciones de otros países como suizos y vascos, y a muchas otras personas interesadas en ayudarlos.

Los integrantes de K-Oz se sienten satisfechos de seguir los pasos de bandas precursoras del punk rock en nuestro país como Futuro Muerto (primera agrupación punk en Cuba), Entre Rotura y Detenido, VIH, Eskoria, Albatros, Histeria, Arrabio, Limalla y otras que también se hicieron eco del género.

K-Oz trata siempre de establecer contactos y relaciones con bandas de otras provincias del país, y además analiza con frecuencia el desarrollo del género en Cuba donde después de la capital, es Villa Clara la mayor plaza de rock del país.

Esa fue la impresión que me llevé de ellos en una conversación establecida entre PMU y los integrantes de K-Oz, poco después de terminado un concierto en el parque de Tristá y Central en Santa Clara, cuando Carlos Alba Ibáñez (bajo y director de la agrupación) expresó: “Mi mayor atracción cada vez que me presento es robarme al público. No me hallo tocando firme sin gritar, moverme o incitar a la gente a que suba al escenario, yo trabajo para ellos y que lo disfruten en realidad es mi verdadero objetivo”.

“A mucha gente el rock le parece violento y diabólico, pero te confieso que no es así. Aunque haya rivalidad y a veces las presentaciones se tornen un poco duras para quienes no están acostumbrados, la verdad es que todos se divierten. Este un mundo donde una vez que entras ya no puedes salir”.

Y me contó también Carlos que por puro accidente escuchó una vez Eskorbuto y eso le hizo despertar el interés hacia el punk rock. A partir de entonces comenzó a oír a Eskoria y por supuesto, a interesarse de verdad por el punk y por crear su propia banda la que mantiene hasta hoy a golpe de amor y sacrificio, aunque está siempre en puro K-Oz.

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