Sencillamente Mumi
2 de junio de 2014
Desde tiempos inmemoriales, el cubano echa mano a una frase muy popular para contrarrestar a todo aquél que haga alarde de una supuesta pureza racial: “Aquí, quien no tiene de congo, tiene de carabalí”.
Pero Mumi, sobrenombre artístico de Eradys Isaac Melián, acaparó múltiples componentes étnicos. Dos de sus abuelos aportaron el tinte asiático y el caucásico, y los otros dos el árabe y el africano-subsahariano. Más simple: que Mumi tiene de chino, de árabe, de blanco europeo y de negro, ajiaco del cual parece estar muy satisfecha esta locuaz jovencita habanera.
¿De cuál de esas vertientes heredaste tu inclinación hacia la música? “No lo sé. Tanto mi padre, un pichón de árabe, como mi mamá, más inclinada a la raíz africana, siempre han disfrutado de la música y el baile por pura recreación, y con mis abuelos ocurrió otro tanto. Tampoco sé si vale la pena averiguar por donde me llegó este afán de convertirme en una artista, o mejor dicho, en desarrollar el artista que llevó dentro”.
Es sorprendente la elocuencia de una joven que recién cumplió sus quince años de edad. Organiza sus pensamientos y responde a nuestras preguntas con la coherencia y firmeza de alguien que está convencido de lo que dice. Es algo que se opone en mucho a la imagen de superficialidad con la que genérica e injustamente se tipifica a la actual juventud.
¿Qué te hace creer que eres una artista, solamente el hecho que cantas y bailas? “Si fuera simplemente por cantar y bailar, casi todos los cubanos fuéramos artistas. Para mí hacer esas dos cosas es reflejo de una razón de ser, cómo le diría, de cumplir con un mandato de mi yo interno. Yo no sé en los demás como se manifiesta, pero en cuanto a mí, el canto, el baile y la actuación son caminos que he elegido para crearme una imagen pública que sea admirada y aplaudida”.
¿Piensas que ya has conseguido esa imagen de la que hablas? “En lo absoluto. Déjeme decirle que soy muy joven, pero nada ilusa. Estoy muy lejos de haber llegado, pero algo sí quiero que me crea, algún día llegaré y no será amasando sueños, yo no entiendo de sueños, sino de metas que sólo se consiguen estudiando y trabajando”.
¿Qué ocurriría si no llegase a ser así? Mumi hace un extraño rictus con los labios. Finalmente responde. “Mire, cuando yo estaba en cuarto grado formaba parte de un coro de la escuela. Ganamos el primer lugar de un concurso en Expocuba. Personalmente le llamé la atención a unos productores venezolanos quienes me invitaron a grabar un disco con canciones infantiles. Después de las grabaciones nunca más se supo de los productores ni del destino final del disco. Pero para mí el mundo no se cayó. Con esto quiero decirle que si ocurriese que no pudiere llegar a la meta que me he propuesto, el mundo tampoco se va a caer”.
¿Es cierto que estando en la Secundaria fuiste captada para cantar en el Coro Nacional de Cuba? Háblanos sobre esta experiencia. “Estuve relativamente poco tiempo. Fue una experiencia interesante. Por primera vez recibí adiestramiento vocal. Tuve como profesora a Digna Guerra, cuyos métodos de enseñanza no me agradaron para nada, razón por la cual abandoné la institución”.
¿Continuaste estudios académicos? “No he cesado de estudiar. Matriculé en una academia particular de canto y en otra de arte teatral con el profesor Bebo Ruiz. En esta última recibí clases de música, teatro, acrobacia, preparación física, voz y dicción”.
¿Con que objetivo quieres abarcar tantas disciplinas? “Con dos. Primeramente porque considero que una real profesional debe ser lo más completa posible, y en segundo lugar porque mi plan inmediato es matricular en la ENA, para luego continuar en la universidad una carrera afín a la musicología y al arte universal, independientemente que prosiga con mis presentaciones en la escena”.
¿En dónde te has presentado hasta ahora? “En tertulias y peñas, especialmente en las que se realizan en la Casa de la Cultura de Víbora Park y en el Museo de la Revolución. También en Expocuba, en la Casa Central de las FAR y en el Museo Simón Bolívar”.
¿Cuál ha sido el momento más incómodo con el que te has tropezado en tu corta carrera? “Cuando en una ocasión tuve que interpretar en inglés el tema de la película Titanic. Por no dominar el idioma desafiné unas cuantas veces. Cada vez que lo recuerdo me horrorizo”.
¿Eres perfeccionista? “Al máximo”.
¿Recibes apoyo de tu familia? “Desde muy pequeña mis padres me han estimulado mucho. Confían en mí. Tengo la suerte de que mi novio también me respalde”.
¿Por qué Mumi? “En mi familia siempre me han llamado así, por eso decidí que sería mi nombre artístico, sencillamente Mumi”.
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2 de junio de 2014
Desde tiempos inmemoriales, el cubano echa mano a una frase muy popular para contrarrestar a todo aquél que haga alarde de una supuesta pureza racial: “Aquí, quien no tiene de congo, tiene de carabalí”.
Pero Mumi, sobrenombre artístico de Eradys Isaac Melián, acaparó múltiples componentes étnicos. Dos de sus abuelos aportaron el tinte asiático y el caucásico, y los otros dos el árabe y el africano-subsahariano. Más simple: que Mumi tiene de chino, de árabe, de blanco europeo y de negro, ajiaco del cual parece estar muy satisfecha esta locuaz jovencita habanera.
¿De cuál de esas vertientes heredaste tu inclinación hacia la música? “No lo sé. Tanto mi padre, un pichón de árabe, como mi mamá, más inclinada a la raíz africana, siempre han disfrutado de la música y el baile por pura recreación, y con mis abuelos ocurrió otro tanto. Tampoco sé si vale la pena averiguar por donde me llegó este afán de convertirme en una artista, o mejor dicho, en desarrollar el artista que llevó dentro”.
Es sorprendente la elocuencia de una joven que recién cumplió sus quince años de edad. Organiza sus pensamientos y responde a nuestras preguntas con la coherencia y firmeza de alguien que está convencido de lo que dice. Es algo que se opone en mucho a la imagen de superficialidad con la que genérica e injustamente se tipifica a la actual juventud.
¿Qué te hace creer que eres una artista, solamente el hecho que cantas y bailas? “Si fuera simplemente por cantar y bailar, casi todos los cubanos fuéramos artistas. Para mí hacer esas dos cosas es reflejo de una razón de ser, cómo le diría, de cumplir con un mandato de mi yo interno. Yo no sé en los demás como se manifiesta, pero en cuanto a mí, el canto, el baile y la actuación son caminos que he elegido para crearme una imagen pública que sea admirada y aplaudida”.
¿Piensas que ya has conseguido esa imagen de la que hablas? “En lo absoluto. Déjeme decirle que soy muy joven, pero nada ilusa. Estoy muy lejos de haber llegado, pero algo sí quiero que me crea, algún día llegaré y no será amasando sueños, yo no entiendo de sueños, sino de metas que sólo se consiguen estudiando y trabajando”.
¿Qué ocurriría si no llegase a ser así? Mumi hace un extraño rictus con los labios. Finalmente responde. “Mire, cuando yo estaba en cuarto grado formaba parte de un coro de la escuela. Ganamos el primer lugar de un concurso en Expocuba. Personalmente le llamé la atención a unos productores venezolanos quienes me invitaron a grabar un disco con canciones infantiles. Después de las grabaciones nunca más se supo de los productores ni del destino final del disco. Pero para mí el mundo no se cayó. Con esto quiero decirle que si ocurriese que no pudiere llegar a la meta que me he propuesto, el mundo tampoco se va a caer”.
¿Es cierto que estando en la Secundaria fuiste captada para cantar en el Coro Nacional de Cuba? Háblanos sobre esta experiencia. “Estuve relativamente poco tiempo. Fue una experiencia interesante. Por primera vez recibí adiestramiento vocal. Tuve como profesora a Digna Guerra, cuyos métodos de enseñanza no me agradaron para nada, razón por la cual abandoné la institución”.
¿Continuaste estudios académicos? “No he cesado de estudiar. Matriculé en una academia particular de canto y en otra de arte teatral con el profesor Bebo Ruiz. En esta última recibí clases de música, teatro, acrobacia, preparación física, voz y dicción”.
¿Con que objetivo quieres abarcar tantas disciplinas? “Con dos. Primeramente porque considero que una real profesional debe ser lo más completa posible, y en segundo lugar porque mi plan inmediato es matricular en la ENA, para luego continuar en la universidad una carrera afín a la musicología y al arte universal, independientemente que prosiga con mis presentaciones en la escena”.
¿En dónde te has presentado hasta ahora? “En tertulias y peñas, especialmente en las que se realizan en la Casa de la Cultura de Víbora Park y en el Museo de la Revolución. También en Expocuba, en la Casa Central de las FAR y en el Museo Simón Bolívar”.
¿Cuál ha sido el momento más incómodo con el que te has tropezado en tu corta carrera? “Cuando en una ocasión tuve que interpretar en inglés el tema de la película Titanic. Por no dominar el idioma desafiné unas cuantas veces. Cada vez que lo recuerdo me horrorizo”.
¿Eres perfeccionista? “Al máximo”.
¿Recibes apoyo de tu familia? “Desde muy pequeña mis padres me han estimulado mucho. Confían en mí. Tengo la suerte de que mi novio también me respalde”.
¿Por qué Mumi? “En mi familia siempre me han llamado así, por eso decidí que sería mi nombre artístico, sencillamente Mumi”.
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