Kuko y su gancho que te engancha



Para muchos, la década de los 90 del pasado siglo tuvo gran influencia en su forma de actuar y pensar. Básicamente en la sociedad cubana el modo de decir y hacer de la mayoría cambió, y fue hasta un punto donde lo foráneo alcanzó un dominio antes insospechado. Así ocurrió también con el arte donde la música debutó más que cualquier otra manifestación. Aquellos años avivaron las críticas y demandas sociales de los ciudadanos que si bien por una parte se degradaban y perdían los más preciados valores humanos, por otra buscaban una alternativa para expresarse, lo que benefició a la esfera musical del movimiento underground cubano.

La fiebre de Los Aldeanos fomentó en no pocos jóvenes las ganas de crear agrupaciones o proyectos similares donde el rap constituyera la vía para entender muchos de los fenómenos sociales que parecían no tener explicación en aquel momento. Lester Cárdenas Cárdenas, o mejor Kuko el Gancho, es uno de los jóvenes que en Santa Clara confiesa deberle en parte su primer proyecto musical “Pastora y Toscano” a Los Aldeanos, y claro, a su música.

Pastora y Toscano es el nombre de dos calles santaclareñas de donde procedían los integrantes de este pequeño proyecto musical que logró grabar un disco en 2004 con cuatro temas y que se tituló igual que el proyecto, gracias a sus composiciones y a los backgrounds de Alejandro Nikao. Al respecto Kuko expresó: “imagínate el trabajo que pasamos para grabar ese álbum, no éramos más que muchachitos fanáticos al rap y no teníamos ni recursos ni dinero para adquirirlos y aun así lo hicimos”.

Aquellos primeros temas fueron una copia de Los Aldeanos y de Randy Acosta. El resto de los muchachos desistieron, pero Kuko siguió haciendo rap ya un poco más influenciado por el reggae, Bob Marley y la cultura rastafari. De este modo en 2009 hizo un disco de 7 u 8 temas de puro reggae que se llamó Rectitud sobre maldad, un título que habla por sí solo, pero que no conserva debido a las carencias materiales que enfrentan los artistas underground. “Yo trabajo como custodio y lo que gano no me permite garantizar todo lo que necesito para hacer la música que me gusta”.

Poco tiempo después se unió a Rafael Sotero “Rafa” y formaron los Testigos Oculares, proyecto del cual emergió el CD Mi residencia ya reseñado por PMU.

A decir de Kuko, como grupo fluían súper bien, pero Rafa tenía otras inclinaciones y prefería mezclar el rap con rock and roll, mientras que él quería hacerlo con reggae. A partir de ahí decidieron que cada cual hiciera lo suyo, pero todavía siguen siendo los Testigos Oculares. “Ya en solitario hice el disco de mi vida hasta el momento, una mezcla de rap con rumba, jazz y otros géneros musicales cubanos, Delirios musicales, que tuve la oportunidad de presentarlo en el 2013 en la sala Margarita Casallas del Centro Cultural Mejunje, único lugar en esta ciudad que ofrece abrigo al rap, por lo que agradezco a su director Ramón Silverio que es más que un director, una institución, razón para que en Villa Clara le tengamos como el padre del movimiento underground y de la diversidad cultural”.

La conversación siguió y Kuko fue desde su quehacer individual como artista hasta conocer sus criterios personales sobre el rap que se hace hoy en la provincia más central del país. “Yo creo que el rap dentro de la corriente musical y del acontecer underground está comenzando a morir y pienso que el hip hop está colapsando debido a que hay demasiada redundancia y mucha rivalidad entre nosotros mismos y eso tenemos que combatirlo".

Al interrogarle sobre el fenómeno del reggaetón en Cuba, Kuko dijo que “algunos expertos de la industria musical dicen que la gente joven está harta de la violencia, de lo degradantes que son las letras de las canciones y sus imágenes (discriminación de género, sexo, drogas) y eso debemos aprovecharlo nosotros los raperos y artistas underground para ganar espacio”.

Casi al final del diálogo Kuko quiso compartir con PMU una visión y a la vez una vivencia como artista underground. “A mí me han ido a ver muchas veces a mi casa para que conceda entrevistas y yo he accedido a la petición de muchachos que van a graduarse de sociología o de música, y también a la radio de esta provincia, y siempre me dicen que tenga cuidado con lo que voy a cantar o decir, y también hacen promesas que nunca cumplen. Sin embargo, con ustedes me ocurrió diferente, desde que supe de su existencia estaba ansioso porque me contactaran para que publicaran lo que estoy haciendo, pero sobre todas las cosas para tener la oportunidad de agradecerles por su trabajo y para comunicarles que PMU es una fuente de inspiración para mí y para los demás que como yo hacen música underground”.

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