Khuba se nos muestra desde Cuba

16 de junio de 2014



En ediciones pasadas abordamos el tema referente a la música católica fuera de los muros de la iglesia. No pretendo hacer del tema una costumbre, pero es importante que en esta edición nos acerquemos de similar manera para presentarles a esta joven agrupación, quienes piensan que los tabúes existentes sobre la música cristiana deben sino terminar, al menos disminuir. Nos referimos a la banda de música católica Khuba conformada por guitarra eléctrica, acústica, piano y voces.

Khuba significa amor en arameo y es también el nombre de una agrupación mejicana de música católica. Coincidentemente existen en Cuba estos tres jóvenes que llevan el mismo nombre artístico de los mexicanos y persiguen el mismo fin de la mencionada agrupación, pero con una peculiaridad que marca la diferencia entre una y la otra.

La agrupación surgió en octubre del año 2012, a raíz de su relación con el trovador de música religiosa Erick Méndez, quién también experimenta mas allá de la música cristiana. Dicha retroalimentación los ayudó a estar completamente seguros de emprender el difícil pero interesante trabajo de interpretar música cristiana traspasando las fronteras de la iglesia. Khuba encamina su obra hacia el encuentro con su fe religiosa, por lo que las letras de sus temas combinan la prédica y la búsqueda, el cuestionamiento y la protesta.

Su primera oportunidad para hacer que su música gustase al público ateo fue una invitación a presentarse en el cine Avenida en la Peña del Trovador. Esta primera presentación les sirvió no sólo para darse a conocer, sino también para relacionarse con otras agrupaciones no cristianas como La Cruzada, por citar alguno. Tal fue la acogida de Khuba por el público que bastó para proyectarse de lleno y equilibrar la música para la iglesia y fuera de ella paralelamente.

Insertarse como grupo dentro del mundo de la música en general constituyó un shock para ellos. Realizaron las respectivas llamadas a las instituciones no cristianas para inscribir sus canciones y la respuesta obtenida fue: “ese tipo de canciones” no se inscriben. De ahí que se preguntaran por qué el tabú existente de no propagar la música cristiana como cualquier otra.

Khuba ve que más allá de lo que creen y piensan que la sociedad debe tener y aprender a tener una cultura general, y de la misma manera que se disfruta de una música clásica o popular, también se puede disfrutar de varias letras y escoger.

Como músicos fusionan trova, pop y pretenden extenderse más allá de las paredes de la iglesia. Explotan el talento que tienen y lo trabajan evitando estancarse por el pensamiento institucionalizado de que la música cristiana es sólo para la iglesia. Están abiertos a la diversidad y al experimento con varios géneros en su totalidad. Adoran la música toda y tienen un devorador apetito musical.

Abordan mayormente las situaciones que puede pasar cualquier ente social en la vida y proponen siempre las posibles soluciones. Se enfocan en el amor al prójimo, la no violencia infantil, inculcan el amor a los mayores, siempre y cuando todo esté sobre la base de un mensaje funcional. Khuba hace vida dentro y fuera del mundo cristiano, lo que les sirve para nutrirse de todo lo que ven tanto en este mundo como fuera de él y así componer para ambos públicos.

A sólo dos años de surgidos, Khuba ha tenido ya varias presentaciones y cuentan con un demo a pesar de producirse y promocionarse con escasos recursos su trabajo. Forman parte del proyecto Pedazo de Cielo llevado a cabo por la agrupación La Cruzada, quien constituye un elemento clave en el desarrollo musical de Khuba.

Khuba tiene la gran expectativa de que exista en el futuro no tan lejano, una disquera cristiana profesional que los pueda reconocer. Desean lograr un espacio fuera de la iglesia, pues de depender de una disquera institucional tendrían que esconder el mensaje que se proponen y por supuesto que no van a claudicar.

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