Entre Kiribá y Nengón, Reggae



Hace unos días atrás tuve que salir de la capital por cuestiones personales. El viaje que en sus inicios prometía ser estresante resultó entre otras muchas sorpresas, un encuentro mágico con la ciudad primada de Cuba: Baracoa. En aquella porción de la isla todavía se encuentran personas que llevan en sí la impronta de nuestros indígenas, desde su fisonomía hasta expresiones inobjetables de su vida social y cultural.

Entre tantas riquezas palpables conocí gente sencilla, servicial, de esas que te brindan café, comida y hasta su casa si fuera necesario. De esos baracoenses increíbles, me place mencionar a Yurak, una persona genial, un guía excelente y desde ya un gran amigo. Igualmente mencionaré a King Mayun, único exponente de la música reggae en la urbe más antigua de Cuba y por tal razón, el protagonista de esta historia.

“Mi nombre verdadero es Mario Pérez Granada, pero mi nombre artístico es King Mayun. King porque soy rasta y mis dreadlocks son mi corona, y Mayun es el apodo que arrastro desde niño, así me decían mis padres como variante del clásico Mayito con que nombran a los Marios”.

Como a todos los isleños, lo que viene de afuera marcado por la presencia del agua que los rodea, les parece extraño, distinto, pero en ocasiones fascina y marca la vida de ese que lleva el mar como frontera infinita. “La inspiración por esta música es porque vivimos en esta parte oriental de Cuba bastante cerca de Jamaica y hay una cierta conexión conforme a la información, Cultura Rasta y también al reggae que me inspiró desde muy joven a estudiarlo, escucharlo, sentirlo y a interesarme por él”.

Esa pasión desmedida por el legado del Bob comenzó a materializarse hace 14 años, cuando a principios de los 2000 formó parte de la ya desaparecida agrupación Raíces Negras. En el 2004 decidió emprender su carrera en solitario, pero no fue hasta el 2011 que afianza su trabajo y decide andar por el pantanoso mundo de la música.

Y es que la falta de promoción, de estudios de grabación y lo inaccesible que resulta la tecnología necesaria, es recurrente para todos aquellos que eligen la música urbana como forma de expresión. “Aquí en Baracoa sólo hay 2 estudios independientes, pero hace años atrás no existían, entonces tenía que viajar hasta Guantánamo y Santiago para poder grabar un tema y no siempre tenía dinero para eso. La otra situación es que no puedo comprar mis instrumentos, a veces cuando tengo el dinero, no aparecen o están carísimo”.

Actualmente con el apoyo del estudio de grabación independiente BMS Studio se encuentra creando su primer disco nombrado Luz, donde interviene la mano de dos productores: Soelmer Baratute y BJ Cuba. Este fonograma cuenta con tres audiovisuales realizados bajo la dirección de Ginles Cubies y un productor polaco llamado Cristian Werensky.

Su trabajo musical transita por diversos géneros que aunque semejantes son diferentes. Le apasiona el dance hall, el hip hop, R&B y soul, pero el reggae es el único que hace sentir a Mayun como pez en el agua.

Cada día pone su cerebro y su alma en función de superar su propuesta musical. Por ello trabaja en lograr la fusión de su música preferida con el Kiribá y Nengón, el Aeroplano, Cabaret y Pasión. Los antes mencionados son géneros musicales oriundos de Baracoa y que él insiste en recuperar desde una sonoridad urbana y contemporánea. “Hay que lograr un sello que te distinga entre la multitud, hay muchos artistas internaciones que hacen buen reggae y mi objetivo no es parecerme a ellos, sino tratar de hacer algo similar pero diferente”.

Mario el electricista devenido en King Mayun el músico, arrastró desde siempre esas inquietudes artísticas. Trabajó convirtiendo el metal en arte y ahora lo hace con la madera, así se sustenta cuando la música sólo alcanza para llenar el espíritu.

En medio de la música tradicional y el reguetón, de la escasa promoción y reticencia de los medios hacia el arte urbano, King Mayun navega como sombra en Baracoa por canales underground y más de unos pocos corean “El amor es divino y especial”, el tema que hasta hoy lo hace popular entre la gente.

Popular y querido porque sus canciones son un mensaje de paz, porque le canta a la mujer, a las madres, critica a las guerras, promueve la verdadera historia de las culturas rastas, pero sobretodo porque le canta al amor. “Es el punto central de todas las cosas que hago, la única fuerza y el único sentimiento que puede alcanzar grandes victorias y superar grandes obstáculos. Amo por encima de todo y eso es lo que defiendo en mi vida y transmito en mi música”.

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