Cuando la pasión y el trabajo van de la mano
7 de julio de 2014
La mayoría de las veces cuando uno busca algo no lo encuentra, casi siempre llega a ti sin que lo busques. Fue así como me encontré con Luis Antonio Alfonso, a quien sus amigos apodaron “La Máquina”. Mi primera pregunta en esta entrevista que hubo que posponer más de una vez, fue precisamente sobre su alias. ¿Por qué “La Máquina”?
“Creo que me decían así incluso mucho antes de yo saberlo. Mis primeros pasos en la música fue con la guitarra y luego haciendo backgrounds con el Fruity Loops. Un amigo mío del barrio fue a verme porque sabía que yo tenía computadora y me llevó este programa para ver si lo podía ayudar a hacer un background. La idea era que yo pusiera la máquina y él hacía el trabajo, y me puse a ver cómo era que él trabajaba. Me quedé un poco impresionado por qué en tan poco tiempo había casi terminado una canción, y como el programa se quedó ahí pues empecé a ‘cacharrearlo’ como se dice en buen cubano. Averigüé con otras amistades que me dieron tutoriales y plugins y me puse a estudiar. La próxima vez que ese mismo amigo vino a la casa se quedó boquiabierto cuando le enseñé algunos trabajos que había hecho. Sus palabras fueron: estás hecho una máquina y creo que así empezó todo”.
Luis Antonio comenzó sus estudios de guitarra por su abuelo Carlos. Fue él quien lo animó a ir todas las tardes cuando terminara la escuela, al Centro Comunitario de Los Sitios, perteneciente a la Casa de Cultura de Centro Habana. Las clases no duraron mucho, pero con lo poco aprendido y la sugerencia de su profesor de que tenía que practicar, pues eso hizo. Se fue haciendo un hábito practicar en la casa durante sus estudios secundarios, aún más cuando su propio abuelo le consiguió unos videos de clases de guitarra. Pero al comenzar el Pre, Luis Antonio dejó a un lado a su amiga de cuerdas. “Cuando entré al Pre bajaron un poco mis notas y tuve que esforzarme un poco más. Imagínate, a esa edad a uno lo que le gusta es salir y fiestar, y se olvida de los libros”.
Al final, Luis Antonio terminó ingresando al curso de Trabajadores Sociales. “Realmente no tenía muchas opciones por mis notas, así por lo menos aseguraba un trabajo. Allí hice amistades tanto en el trabajo como en la universidad, pero esta no la terminé porque dejé el trabajo cuando estaba en tercer año de la carrera de Comunicación Social, y ya en ese entonces no pretendía seguir la carrera de todos modos”. Fue entonces que Luis Antonio comenzó su carrera como productor, por así decirlo.
Durante un año y medio, Luis Antonio realizó backgrounds para solistas y grupos conocidos hasta que tuvo la idea de componer sus propios temas. “Muchas de esas canciones no tenían que ver con los géneros que estaba acostumbrado a trabajar, y alguien me dijo que por qué no las cantaba yo. Ni se me hubiera ocurrido porque no canto muy bien, pero al final uno se da cuenta que hay quien lo hace peor y es profesional, así que me lancé”.
Con temas que se mueven entre el funk, el house y el pop, Luis Antonio se encuentra ahora enfrascado en la grabación de su primer demo. “Quiero que sea un demo de buena calidad aunque sea aficionado. No quiero tener un material mediocre que la gente no quiera escuchar”.
Siete son los temas seleccionados entre más de 30. “Escogí canciones que he cantado en actividades y peñas a las que me han invitado, y son temas que han gustado. Se mueven entre el funk y el pop, creo que a quien lo escuche puede gustarle. Hablo en mis canciones de los problemas diarios, la vida cotidiana del cubano, así que cualquiera se puede sentir identificado cuando escuche el disco. Todavía estamos haciendo unos cuantos arreglos y ya luego sólo falta grabar. Me estoy apoyando en dos amistades porque esto es un proyecto que aunque no lo parezca, puede ser un poco complicado y no te puedes aventurar a hacerlo solo por mucho conocimiento que tengas”.
Nos asaltó la duda de por qué con tantas canciones no hacía un disco completo y nos comentó: “No es tan fácil como parece. Nunca cobré ninguno de los backgrounds que hice y lamentablemente para poder lograr algo en esta carrera, necesitas tener un buen presupuesto al lado que te respalde. Lamentablemente no cuento con mucho en este momento, pero eso no me desanima. Yo seguiré trabajando y veremos si resulta todo el trabajo que estoy haciendo. Por lo pronto hay personas que les gusta y aunque sean pocas, a esas les dedico mi música”.
Luis Antonio no cesa en su trabajo e incluso alienta a los músicos jóvenes como él que comienzan en esta carrera. “La cuestión está en trabajar y que te guste lo que haces, que lo disfrutes. Es verdad que hay tropiezos por el camino, pero uno tiene que hacerse cargo y echar los problemas a un lado. En esta carrera no se puede ser pesimista y las ganas de triunfar nunca van a ser suficientes, tienes que trabajar duro para lograr lo que te propongas. Yo nunca me voy a cansar de trabajar. Puede que logre mis metas, puede que no, pero no va a ser por falta de esfuerzo. Y aunque profesionalmente no estudié música, poco a poco e inconscientemente me he apasionado, vaya, que es como si la música me saliera del corazón y creo que eso lo reflejo en mi trabajo. Realmente tenemos que agradecer a personas y sitios como este que promocionan a los músicos aficionados como yo. De corazón, muchas gracias”.
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7 de julio de 2014
La mayoría de las veces cuando uno busca algo no lo encuentra, casi siempre llega a ti sin que lo busques. Fue así como me encontré con Luis Antonio Alfonso, a quien sus amigos apodaron “La Máquina”. Mi primera pregunta en esta entrevista que hubo que posponer más de una vez, fue precisamente sobre su alias. ¿Por qué “La Máquina”?
“Creo que me decían así incluso mucho antes de yo saberlo. Mis primeros pasos en la música fue con la guitarra y luego haciendo backgrounds con el Fruity Loops. Un amigo mío del barrio fue a verme porque sabía que yo tenía computadora y me llevó este programa para ver si lo podía ayudar a hacer un background. La idea era que yo pusiera la máquina y él hacía el trabajo, y me puse a ver cómo era que él trabajaba. Me quedé un poco impresionado por qué en tan poco tiempo había casi terminado una canción, y como el programa se quedó ahí pues empecé a ‘cacharrearlo’ como se dice en buen cubano. Averigüé con otras amistades que me dieron tutoriales y plugins y me puse a estudiar. La próxima vez que ese mismo amigo vino a la casa se quedó boquiabierto cuando le enseñé algunos trabajos que había hecho. Sus palabras fueron: estás hecho una máquina y creo que así empezó todo”.
Luis Antonio comenzó sus estudios de guitarra por su abuelo Carlos. Fue él quien lo animó a ir todas las tardes cuando terminara la escuela, al Centro Comunitario de Los Sitios, perteneciente a la Casa de Cultura de Centro Habana. Las clases no duraron mucho, pero con lo poco aprendido y la sugerencia de su profesor de que tenía que practicar, pues eso hizo. Se fue haciendo un hábito practicar en la casa durante sus estudios secundarios, aún más cuando su propio abuelo le consiguió unos videos de clases de guitarra. Pero al comenzar el Pre, Luis Antonio dejó a un lado a su amiga de cuerdas. “Cuando entré al Pre bajaron un poco mis notas y tuve que esforzarme un poco más. Imagínate, a esa edad a uno lo que le gusta es salir y fiestar, y se olvida de los libros”.
Al final, Luis Antonio terminó ingresando al curso de Trabajadores Sociales. “Realmente no tenía muchas opciones por mis notas, así por lo menos aseguraba un trabajo. Allí hice amistades tanto en el trabajo como en la universidad, pero esta no la terminé porque dejé el trabajo cuando estaba en tercer año de la carrera de Comunicación Social, y ya en ese entonces no pretendía seguir la carrera de todos modos”. Fue entonces que Luis Antonio comenzó su carrera como productor, por así decirlo.
Durante un año y medio, Luis Antonio realizó backgrounds para solistas y grupos conocidos hasta que tuvo la idea de componer sus propios temas. “Muchas de esas canciones no tenían que ver con los géneros que estaba acostumbrado a trabajar, y alguien me dijo que por qué no las cantaba yo. Ni se me hubiera ocurrido porque no canto muy bien, pero al final uno se da cuenta que hay quien lo hace peor y es profesional, así que me lancé”.
Con temas que se mueven entre el funk, el house y el pop, Luis Antonio se encuentra ahora enfrascado en la grabación de su primer demo. “Quiero que sea un demo de buena calidad aunque sea aficionado. No quiero tener un material mediocre que la gente no quiera escuchar”.
Siete son los temas seleccionados entre más de 30. “Escogí canciones que he cantado en actividades y peñas a las que me han invitado, y son temas que han gustado. Se mueven entre el funk y el pop, creo que a quien lo escuche puede gustarle. Hablo en mis canciones de los problemas diarios, la vida cotidiana del cubano, así que cualquiera se puede sentir identificado cuando escuche el disco. Todavía estamos haciendo unos cuantos arreglos y ya luego sólo falta grabar. Me estoy apoyando en dos amistades porque esto es un proyecto que aunque no lo parezca, puede ser un poco complicado y no te puedes aventurar a hacerlo solo por mucho conocimiento que tengas”.
Nos asaltó la duda de por qué con tantas canciones no hacía un disco completo y nos comentó: “No es tan fácil como parece. Nunca cobré ninguno de los backgrounds que hice y lamentablemente para poder lograr algo en esta carrera, necesitas tener un buen presupuesto al lado que te respalde. Lamentablemente no cuento con mucho en este momento, pero eso no me desanima. Yo seguiré trabajando y veremos si resulta todo el trabajo que estoy haciendo. Por lo pronto hay personas que les gusta y aunque sean pocas, a esas les dedico mi música”.
Luis Antonio no cesa en su trabajo e incluso alienta a los músicos jóvenes como él que comienzan en esta carrera. “La cuestión está en trabajar y que te guste lo que haces, que lo disfrutes. Es verdad que hay tropiezos por el camino, pero uno tiene que hacerse cargo y echar los problemas a un lado. En esta carrera no se puede ser pesimista y las ganas de triunfar nunca van a ser suficientes, tienes que trabajar duro para lograr lo que te propongas. Yo nunca me voy a cansar de trabajar. Puede que logre mis metas, puede que no, pero no va a ser por falta de esfuerzo. Y aunque profesionalmente no estudié música, poco a poco e inconscientemente me he apasionado, vaya, que es como si la música me saliera del corazón y creo que eso lo reflejo en mi trabajo. Realmente tenemos que agradecer a personas y sitios como este que promocionan a los músicos aficionados como yo. De corazón, muchas gracias”.
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