Desde su puesto de custodio



Confunde cuando se deja ver en su puesto de custodio de la Casa del Joven Creador de Las Tunas, ahora más después de perder sus dreadlocks por obligación y que lo hace verse como uno de esos muchachos que sin formación académica no encuentran otra profesión mejor.

Rodeado de amigos y con guitarra en mano, no desaprovecha los momentos en que se requiere menos su atención en las obligaciones laborales para estudiar su instrumento favorito, montar sus textos y “darle cuerpo” a sus canciones. Enrique Téllez Peña siempre trae consigo sus libretas llenas de poesías, canciones, textos. Nunca ha tenido la suerte de ser descubierto artísticamente y ser invitado a formar parte de algún proyecto. Así que hasta el momento sólo puede contar consigo mismo, y en su círculo de amistades cercanas encuentra la fuerza y los deseos de seguir creativo.

PMU, que se ha caracterizado por sacar a la luz a jóvenes cómo Enrique, encontró necesario apoyar a este muchacho que lo único que quiere es lograr reconocimiento en el gremio de trovadores tuneros.

PMU: ¿Cuándo descubres que te gusta hacer trova y escribir?

Enrique: Escribir desde que comencé a leer y siempre escribía cosas para las personas. Escribía algo y lo regalaba. Y la guitarra la descubrí a los 15 años, tocaba por los parques con un grupo de amigos, todo muy informal. Creo que desde entonces todo esto se ha convertido en hábito, necesidad, la guitarra, un pedazo de papel, un lápiz y yo somos inseparables.

PMU: ¿Cómo mezclaste la literatura y la música?

Enrique: Hay muchos, entre ellos yo que defienden la máxima que todo trovador es poeta, quizás no todos los poetas puedan llegar a ser trovadores. Primero, escribir fue una necesidad. Luego, varias personas me dijeron que probara mezclar las dos. Nunca me lo tomé en serio, pero seguí haciéndolo hasta que me di cuenta de que realmente me gustaba y hasta ahora sigue funcionándome. Gracias a Dios puedo tocar guitarra y poseo una voz que me permite expresarme además, cantando mis textos. Eso es una suerte de gracia para mí.

PMU: ¿Puedes llevar las dos a la par?

Enrique: Como escritor es más simple, escribir a veces es una salida. Además, presento mis obras a concursos y si gano un premio, lo utilizo como pueda en la música. Yo creo que un trovador y un escritor no hacen más que contar a los hombres algo que olvidaron al principio de los tiempos, pero que tienen guardado muy adentro. Todos sus miedos, todas sus dudas, lo que aman, lo que odian, todo lo que quisieran decir y no pueden. Es quizás la manera más fácil de expresarse, de parodiar la sociedad sin miedo.

PMU: ¿Qué crees de los obstáculos en el mundo del arte?

Enrique: Lo único que puedo decir es que siempre van a existir y al final sólo tienes que ser tú y decir lo que piensas. Necesidades materiales tenemos todos, al final las del alma son las que marcan a uno. Mientras tenga una guitarra y un trozo de papel, creo que me voy a sentir feliz, aunque te repito, quisiera verme en algún momento frente a un público numeroso que se sepa mis canciones, ese momento será cuando me diga a mí mismo: ha valido la pena.

PMU: ¿Cuáles son tus proyectos futuros?

Enrique: Aparte de un proyecto de vida, continuar con todo lo demás que me identifica, al final una cosa lleva a la otra. No creo que nada me impida seguir escribiendo o tocando una guitarra, aunque en estos momentos tenga que trabajar en algo que no me satisface para mantenerme, seguiré afianzándome a lo que me gusta.

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