La alegría está en la lucha



“La alegría está en la lucha, en el esfuerzo, en el sufrimiento que supone la lucha y no en la victoria”. Me dijo esto cuando nos veíamos para la entrevista y me refiero a Alain Cuellar Muñoz, quien prefiere que sólo le digan “A”, aunque no estamos en presencia de un sujeto de investigación catalogado por A o por B

“A” es un chico alto, rondando el metro ochenta, trigueño, delgado, pero esto lo que vemos por fuera, así que la primera pregunta es: Cuéntame, ¿cómo te describes espiritualmente? “Realmente soy medio loco como todo joven cubano, muy sincero y persistente”. Tiene mirada inquieta, perfecta muestra de su personalidad multifacético. “Soy de todo un poco, en la banda toco de todo: caja (tambor de banda actualmente), batería, tumbadoras, bongos, percusión menor y algo de guitarra y de tuba”.

Alain es igual que su música que se disuelve en muchos estilos, música tradicional cubana e internacional, death metal y swing jazz, entre otros. “Realmente espero lograr hacer la música que me gusta en realidad, y no sólo esa que gusta en el pueblo”.

“Yo no me imaginaba nada cuando hace algunos años empecé a dar mis primeros pasos en este mundo. Comencé aprendiendo percusión con los profesores de la Escuela Provincial de Arte de aquí, de Santa Clara. Luego, las cosas casi vinieron solas, seguí en un grupo aficionado del death metal, y después en la Banda Municipal de ConciertoS de mi natal Placetas, donde todavía me encuentro”. Agrega este músico inquieto.

Seguimos conversando y muestra un real orgullo de su banda. “Es mucho más amplia que un grupo normal y hay personas de todas las edades con distintas ideas, pensamientos diferentes, pero a la hora de hacer música, todos somos iguales. Si uno llega tarde, todos llegamos tarde, si uno toca mal, todos tocamos mal, una banda, un sonido, es algo un poco militar, pero es así y es bueno”.

Y en cuanto a las presentaciones, ¿cómo te llevan los escenarios? “Las presentaciones siempre son como la materialización de todo tu trabajo. He tenido varias, en un concierto de rock en Jatibonico, los encuentros de banda de Villa Clara en Santa Clara, Placetas, Caibarién, Sagua, Camajuaní, Remedios, y por ahora todos los domingos en la Retreta del Parque de Placetas”.

Fuera de la banda también hace lo suyo propio, tiene dos obras rudimentarias para caja con el objetivo de usar polirítmicas y figurados nunca vistos en ningún método. “Mi profesor me dijo que esas obras no las tocaba nadie a primera vista, que eso era para gente loca y que estaba ‘embarcao’”. Igualmente, fuera del mundo de la música tiene futuro como ingeniero mecánico, carrera que aspira terminar con buenos resultados, además de finalizar sus estudios de idioma.

Y el amor, ¿cómo llevas el amor y tu trabajo en la música? “Actualmente no tengo pareja, estoy soltero, pero bueno, creo que ambos van de la mano, solos no pueden andar. Si bien es cierto que las mayores dificultades de este trabajo son la soledad, la falta de apoyo y comunicación a la que a veces te enfrentas, el amor es algo que te rescata de todo esto, que te hace vencerlo, es decir, el amor está implícito en la lucha, y por tanto en la alegría”.

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