El Hombre Orquesta
28 de julio de 2014
Benancio Labrada “Seos dedos”, anda por toda Cuba con su orquesta Reducción de Plantilla que tiene un solo un integrante musical. Aclaro, Reducción de Plantilla llaman en Cuba a la supresión de trabajadores de un lugar. En este caso, Benancio hace una economía de medios al interpretar el solo una serie de instrumentos.
Benancio vino en la última Feria Cubadisco a mostrar por las calles su arsenal instrumentístico. Su sola presencia causó sensación por la ciudad porque vestía como un cowboy con botines negros, blue jean y camisa a cuadros. Tocaba donde lo llamaran y donde no lo llamaban.
“Nací el 27 de mayo en una localidad llamada Muni, en el municipio Cumanayagua de Cienfuegos, eso está en lo último del mundo. Es en las montañas del Escambray, donde se efectuó una guerra de guerrillas después de 1959. Nací entre la guerra, me acostumbré a los tiros y batallas. Un buen día inventé esta orquesta de una sola persona para aliviar mis penas que se atropellan y las choco unas con otras y por eso no me matan”.
Los instrumentos de este “hombre orquesta” se componen de tumbadora, maracas en el antebrazo, chequeré pequeño en la mano izquierda, cencerro, filarmónica, clave, platillo, pandereta chica, batería con gangarria y como bongó utiliza una olla para cocinar arroz que toca con el pie derecho. Entre pitos y flauta son en total doce instrumentos interconectados con la tumbadora, y según me cuenta, espera llegar a 14 instrumentos (flauta y bombo), porque tal parece que quiere implantar un record Guinness. Para rematar, se coloca dos banderitas en su sombrero de yarey.
Con toda esa orquesta de diez instrumentos interpreta ritmos cubanos y del Caribe, merengue y cumbias, que son géneros musicales muy atractivos y que gustan mucho entre el público que lo escucha. “Me gustan los ritmos caribeños que tienen mucha vida y están muy relacionados con nosotros”.
Pero ahí no termina toda su historia porque Benancio Labrada también es un campesino que labora la tierra cuando no toca ante un público. Cosecha viandas, cebolla, col, tomate, cría animales de corral, ordeña una vaca. “Soy pobre, pero luchador”, me aclara el músico y me enseña sus manos curtidas por la tierra. Conversando con él de su “batalla” diaria por buscar el sustento, me doy cuenta de todo lo que hay que hacer en nuestro tiempo para mantener a tres hijos.
Este hombre llano, sencillo y luchador, se presenta en carnavales, descargas, fiestecitas, donde quiera que suenen cuatro latas ahí está presente para sorprender a la gente y demostrar que siempre se puede más en una época en que hay agrupaciones de hasta 20 integrantes, Benancio anda por Cuba con una orquesta de doce instrumentos que suena y truena. Eso es una verdadera novedad en su país.
El artista tiene muchos planes y proyectos, no deja de inventar instrumentos, integrándolos a su típica orquesta monumental. “Todos los instrumentos los invento yo mismo, soy como un lutier, pero adaptado a mi manera, a mi gran orquesta. Esto es lo que yo le presento al mundo, para dejar algo en la vida y para buscármela, que la vida está dura, durísima”.
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28 de julio de 2014
Benancio Labrada “Seos dedos”, anda por toda Cuba con su orquesta Reducción de Plantilla que tiene un solo un integrante musical. Aclaro, Reducción de Plantilla llaman en Cuba a la supresión de trabajadores de un lugar. En este caso, Benancio hace una economía de medios al interpretar el solo una serie de instrumentos.
Benancio vino en la última Feria Cubadisco a mostrar por las calles su arsenal instrumentístico. Su sola presencia causó sensación por la ciudad porque vestía como un cowboy con botines negros, blue jean y camisa a cuadros. Tocaba donde lo llamaran y donde no lo llamaban.
“Nací el 27 de mayo en una localidad llamada Muni, en el municipio Cumanayagua de Cienfuegos, eso está en lo último del mundo. Es en las montañas del Escambray, donde se efectuó una guerra de guerrillas después de 1959. Nací entre la guerra, me acostumbré a los tiros y batallas. Un buen día inventé esta orquesta de una sola persona para aliviar mis penas que se atropellan y las choco unas con otras y por eso no me matan”.
Los instrumentos de este “hombre orquesta” se componen de tumbadora, maracas en el antebrazo, chequeré pequeño en la mano izquierda, cencerro, filarmónica, clave, platillo, pandereta chica, batería con gangarria y como bongó utiliza una olla para cocinar arroz que toca con el pie derecho. Entre pitos y flauta son en total doce instrumentos interconectados con la tumbadora, y según me cuenta, espera llegar a 14 instrumentos (flauta y bombo), porque tal parece que quiere implantar un record Guinness. Para rematar, se coloca dos banderitas en su sombrero de yarey.
Con toda esa orquesta de diez instrumentos interpreta ritmos cubanos y del Caribe, merengue y cumbias, que son géneros musicales muy atractivos y que gustan mucho entre el público que lo escucha. “Me gustan los ritmos caribeños que tienen mucha vida y están muy relacionados con nosotros”.
Pero ahí no termina toda su historia porque Benancio Labrada también es un campesino que labora la tierra cuando no toca ante un público. Cosecha viandas, cebolla, col, tomate, cría animales de corral, ordeña una vaca. “Soy pobre, pero luchador”, me aclara el músico y me enseña sus manos curtidas por la tierra. Conversando con él de su “batalla” diaria por buscar el sustento, me doy cuenta de todo lo que hay que hacer en nuestro tiempo para mantener a tres hijos.
Este hombre llano, sencillo y luchador, se presenta en carnavales, descargas, fiestecitas, donde quiera que suenen cuatro latas ahí está presente para sorprender a la gente y demostrar que siempre se puede más en una época en que hay agrupaciones de hasta 20 integrantes, Benancio anda por Cuba con una orquesta de doce instrumentos que suena y truena. Eso es una verdadera novedad en su país.
El artista tiene muchos planes y proyectos, no deja de inventar instrumentos, integrándolos a su típica orquesta monumental. “Todos los instrumentos los invento yo mismo, soy como un lutier, pero adaptado a mi manera, a mi gran orquesta. Esto es lo que yo le presento al mundo, para dejar algo en la vida y para buscármela, que la vida está dura, durísima”.
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