Ser parte de las opciones



PMU intenta ser una puerta, una ventana o al menos no ser un ladrillo del muro de la incomunicación, la desinformación, la centralización y la ignorancia. Sobre esto nos cuenta Eric Méndez, trovador habanero.

Eric: “He visto muchas cosas (sobre PMU) y me ha sonado por muchas partes. Pienso que es algo que de alguna forma, trata de recoger lo que no aparece reflejado en los medios oficiales acerca de la música y el arte cubano contemporáneo, las cosas que están sucediendo y se van fuera de las disqueras, de las instituciones o de los artistas representativos de las instituciones. Porque a veces hay artistas que están en instituciones o empresas, pero no son el ‘tipo’ de artistas que las instituciones utilizan para darle una cara a su trabajo. Están tratando de mostrar todo el arte que no cae en el hueco que las instituciones muestran porque lo que las instituciones muestran del arte cubano, es el hueco o la tapa que ponen a todo lo demás que existe. Porque hay mucho más arte y mucho más genuino en todas las áreas, y el arte que no está siendo reflejado es mucho más que el que está siendo reflejado. De hecho, creo que el que está siendo reflejado es bastante comercial y obedece también de alguna forma, al discurso de ‘lo que se puede’. O sea, a las cosas que las instituciones reconocen que se exponen de una manera comedida o según los cánones posibles de vender o aceptados”.

“El motivo principal por el cual se están legitimando la mayoría de las cosas en Cuba es por el discurso no excesivamente crítico o que entra de lo que oficialmente se permite decir. O sea, si es crítico que sea mesurado, que no aborde temas controversiales. No son la mayoría quienes son rentables en ese sentido y más bien el gobierno subvenciona y paga gran parte del dinero que ganan esos artistas de ese perfil dentro de lo oficialmente correcto, lo mesurado. Y hablo de todas las artes, no sólo en la música. Y en la música, el criterio (de selección) no es sólo comercial, o sea, mayormente se le está dando promoción audiovisual a lo comercial, esa es la parte que se ve, lo que está saliendo por los medios de difusión masiva sí son los artistas muy comerciales, esa es una parte fundamental. Pero por ejemplo, a los que se le está grabando disco que no son solamente esos que salen por la televisión, la gente a la que se le está gestionando el trabajo dentro de las instituciones musicales, la gente que se va de gira, la gente que se lleva a eventos, la gente que todo el tiempo es ‘movida’ por las instituciones, son gente que representan un discurso de lo correcto”.

“Entonces el famoso discurso de la pérdida de valores es un resultado de la forma en que ellos mismos están llevando el arte, de la exclusión de todo lo que no se ajusta. Tú no dices algo que a mí me parece que puede entrar dentro de lo que a mí me han dicho que puede salir y yo no te escojo para grabar discos, para participar en grandes conciertos, en eventos de alguna magnitud popular, no te escojo y no te escojo y no te escojo, sencilla y llanamente, te excluyo”.

“Los teatros, los lugares responden al criterio de las instituciones. A veces perteneces a una institución y no tienes el respaldo de la institución porque priorizan el dinero, digamos, una cierta capacidad de inversión en determinadas personas que a veces, en el caso de las discográficas, son productos que ellos consideran que se pueden vender, pero que realmente no logran venderlos porque son criterios conforme a los estándares internacionales, aspirando a que nosotros podamos entrar en ese comercio de la música internacional, pero con una calidad visiblemente inferior y sin ningún logro importante. Es decir, no hay una inserción del producto cubano en el mercado internacional a partir de que es deficiente en calidad y pocas características autóctonas, no es algo que enriquece el mercado, es algo que ya está en el mercado, pero con más calidad. En ese sentido, están (las instituciones) empobreciendo la cultura nacional porque un montón de gente que se cansa de dar vuelta en círculos, apuesta por empezar hacer este tipo de música comercial y adoptar una estética de los estándares internacionales, pero tampoco eso les resulta de mucho. Si de algo les resulta es para venderse en Cuba porque por supuesto, las disqueras ejercen su influencia sobre los medios para que sus artistas se promuevan. De manera que la verdadera cultura cubana que parte de los ritmos y los géneros cubanos, esa cultura ni está siendo reflejada en los medios ni está siendo reflejada discográficamente, excepto en algunos casos puntuales, específicos, que son las personas que tienen un sitio permanente dentro de las discográficas porque son parte del engranaje oficial y aunque sean no rentables, son acogidos de manera vitalicia”.

“Muy poca gente refleja los criterios que refleja en la calle, en asambleas más oficiales. Realmente no existe un debate, la gente no está dispuesta a hablar de manera muy abierta. Se necesita un espacio para la diferencia de criterios y para la polémica porque el final de una discusión no tiene que ser, necesariamente, ponerse de acuerdo”.

Los espacios para el debate abierto y la reflexión se necesitan, pero a partir de una identificación de la realidad, de un análisis concreto de lo que está sucediendo, de una síntesis de lo que el movimiento creador puede significar para ser una mejor sociedad. Esto es lo que propone PMU, un retrato real de lo que se mueve, sin prejuicios ni concesiones al ideal, sin más acolchonamiento del muro.

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Comentarios   Dejar un comentario
Raul Yanes
8 de agosto, 2014 7:43 am (GMT-5:00)
Estoy totalmente de acuerdo Eric Menéndez, Gracias por tus comentarios tan acertados. Gracias PMU por mantenernos informados a pesar de la incomunicación tan grande que reina en Cuba.