La cimarrona rompe con las ataduras sociales



Lurdes Suárez, La Cimarrona, sale a la luz pública cuando se define como creadora, artista y como mujer cubana que sitúa la libertad como principio fundamental de su creación. Cree como artista libre, en cualquier tema que siente. Su nombre artístico es un homenaje a aquellas mujeres que en la época de la esclavitud rompieron las cadenas que las ataban a los deseos y órdenes de quienes las dominaban. Hoy su símil es romper los clichés, las ataduras, los estigmas y el rol que se le ha adjudicado a la mujer cubana contemporánea.

Mujer hip hop es La Cimarrona y para suerte de todos, el público así como los hacedores del género, la aceptan dentro del mundo del rap. Con una imagen peculiar se ha insertado abogando por la equidad hombre-mujer y por la diversidad.

Pasando por numerosos estudios relacionados con la televisión, la radio, el audiovisual y el teatro, La Cimarrona descubre la narración oral y decide llevarla a escena como cuento narrado, incorporándole pocos elementos como los fondos, el sonido y la música en específico.

A pesar de estar vinculada a los medios de comunicación masiva, el tema de la promoción para La Cimarrona, como para todos los artistas underground, sobre todo para aquellos que hacen hip hop, ha sido polémico. El hecho de que el género es contestatario y de denuncia social, no es totalmente aceptado, máxime cuando se exige tanto “el bien decir” como “la imagen apropiada”.

Su primer choque con la música en vivo fue en el año 2000, práctica que le otorga las herramientas necesarias para crear el proyecto mixto Espejos. Un proyecto con el que comienza a experimentar más a fondo la narración oral, el teatro musical infantil y para adultos, utilizando la trova. Después de esta experiencia incorpora el rap a sus cuentos narrados, nombrando a este estilo muy propio: teatro hip hop. La utilización de este género le funciona a La Cimarrona para redondear y perfilar la puesta en escena.

Para La Cimarrona el teatro hip hop son performances que incorpora a la narración oral y que le funcionan de manera muy práctica a la hora de tratar temas complicados como la parapsicología, y que no van encausados a una sola línea ni a una sola estética. Pero no generalizan su trabajo, pues su discurso está centrado principalmente en el rap afrocubano.

Somos Mucho Más y En mi barrio, son dos importantes y necesarios proyectos que lleva a cabo La Cimarrona junto a otros colaboradores. El último se refiere a la mujer en todas las manifestaciones del arte y aboga por la no violencia. Un proyecto que además crea, promociona y produce conciertos totalmente underground.

La producción le es igual de complicada que la promoción. La Cimarrona no pertenece a ninguna agencia por lo que se le dificultan doblemente las gestiones de producción. Pero nada la detiene y planifica todos sus proyectos y actividades con los recursos que encuentra y con sus humildes posibilidades, dígase tocando puertas o dependiendo de aquellas pocas instancias culturales de los municipios que se interesan por los proyectos de la comunidad. En varias ocasiones ha tenido que costear transporte, audio y otras cosas, porque esto no es más que puro amor al arte.

No obstante, La Cimarrona cuenta con un Demo de 7 tracks que se titula Soy, en el que defiende su diversidad y las distintas maneras que tiene de decir, desde el diseño de portada hasta la poesía monologar que lo compone. Dentro de su repertorio también está su participación en el disco La emancipación, nominado en dos ocasiones al Cubadisco en las categorías Mejor Compilación y Mejor Disco de Rap.

Las expectativas de La Cimarrona son verse en cada barrio y que el público que la escucha se vea identificado en cada propuesta que les brinde como resultado del fruto de su trabajo.

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