Sigrid en concierto único



Sencilla como es, hizo su entrada acompañada de un chal blanco y una rosa roja. Era el primero de mayo y el Bertolt Brecht le abrió las puertas a una de las herederas de la música urbana de Cuba. Esa noche el R&B y el neo soul se hicieron concierto en la voz de Sigrid Armenteros Lausan.

A los 8 años hizo su primera canción y en la inocencia de su corta edad ya avizoraba lo que en la vida quería ser. La música la atrapó sin posibilidad de escape alguno, su padre bajista y guitarrista, fue clave importante en este empeño. Su obstinación por lograr una carrera artística la condujo a incursionar en la Still Band de la Habana, en Sonido Quinto (grupo de música tradicional), Obsesión (grupo de rap), y hace 5 años decidió ir tras su ideal, así que rompiendo cualquier barrera comenzó su carrera en solitario.

Tras la producción de su primer demo Camínalo, presentaciones en clubs, la participación en conciertos bajo la condición de invitada y la creación de su peña habitual “De todo un poquito”, en La Madriguera, la joven cantante necesitaba un nuevo reto y más que un nuevo reto, ella se sentía lista para materializar lo que hasta ese momento había sido un sueño: su primer concierto. Pero su primer concierto no comenzó el mismo día de la presentación…

Lo que antecedió al gran día, transitó por una carga grande de estrés. La verdad es, y de eso nos cuenta Sigrid, que lo único que hizo posible materializar ese ideal, fue el poder de las amistades. “A finales de enero decidí hacer un concierto, algo más a mi onda. Quería que fuera con músicos en vivo, eso por supuesto complicó la producción y todo lo demás. Estuve hasta principios de febrero tratando de localizar a los músicos, empecé a localizar amigos que me pudieran ayudar porque todo fue de corazón, por suerte todos ellos se comprometieron”.

También la búsqueda de los locales de ensayo representó noches sin dormir, preocupación recurrente de los músicos que no tienen un centavo en el bolsillo. Pero una vez más la suerte la acompañó y encontró a Heydy Fernández quien fue su hada madrina en la preparación de este concierto. “Estuve todo febrero y marzo pensándome el concepto artístico de lo que quería lograr, porque yo quería inicialmente que el concierto fuera en abril, pero localizar los músicos, que se aprendieran las canciones, pero sobre todo conseguir el local de ensayo donde se pudieran amplificar, fue verdaderamente difícil. Por eso lo pospuse para el primero de mayo y estaré eternamente agradecida a Heidy que fue la productora, gracias a ella pude conseguir el Cine Avenida para los ensayos y pudimos concretar el Bertolt Brecht para el concierto”.

Aunque Sigrid reconoce que la promoción del concierto no estuvo del todo eficiente, agradece el aporte de Company Yoruba quienes fueron los responsables del cartel, y a Michel Febles quien realizó un spot audiovisual que por cuestiones ajenas a su voluntad, nunca fue televisado.

Pero los “peros” sólo sirvieron para fortalecer su capacidad de crecerse ante las dificultades. El concierto se dio y con él, supo Sigrid mostrar sus indiscutibles habilidades para jugar con el feeling, el soul y el R&B.

El performance comenzó a las 9:00 p.m. y la acompañó un grupo ocasional compuesto por Ariana Silva en las voces, el piano y la flauta; Julio Cesar Menéndez en la guitarra acústica; Rafael Xavier en el cajón flamenco; Santiago Zulueta en el bajo; y Junior Alonso en la guitarra eléctrica y la dirección musical.

El repertorio escogido estuvo integrado por ocho temas. “Mi viejo amor” con el arreglo musical de Alejandro (Ruta 11) y “Lo que queda” con el arreglo musical de Malcom Justicia, son obras de su autoría. “Según Tú””, Fiebre” y “Tú verás” son obras en coautoría con Alexei, director del grupo de rap Obsesión. Los otros temas presentados fueron acertadas interpretaciones de clásicos internacionales como: “Ay amor”, del archiconocido Bola de Nieve; “Killing Me Softly”, popularizada a finales de los años 90 por Lauryn Hill, la voz femenina del grupo de rap americano Los Fugees; y “Cry To Me”, del compositor de música soul, Otis Reeding.

La hora y media que duró el concierto se fueron literalmente volando. Sigrid se mostró segura y su rostro afirmaba un aura de felicidad, por eso al final declaró a PMU: “Me sentí muy nerviosa, muy temerosa de lo que podía pasar. ¡Tremenda sensación! Este día lo voy a recordar siempre como uno de los más importantes en mi vida artística y personal. Es muy gratificante sentir que una ideíta se convirtió en un hecho real”.

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