Lo tradicional desde otra mirada



Me cuentan que la primera vez que se reunieron fue para agasajar a una amiga y todo fluyó de manera mágica. Conocían de sus trabajos por separado y hasta habían coincidido en varias ocasiones en presentaciones o festivales provinciales, pero la amalgama que se creó hace aproximadamente seis años fue digna de admiración. Lo que son las cosas de la vida, hoy que están compartiendo con una amiga común en un espacio que esta gestiona y organiza de manera trimestral, los descubro y se abre ante mí la curiosidad de indagar más sobre su música, su manera de hacer, de donde viene tanta frescura.

Son tres jóvenes cubanos quienes con ganas de crecer brindan una manera diferente de percibir la música: cajón, bajo y guitarra son los instrumentos básicos donde obtienen el espacio ideal de confluencia. La anfitriona los presenta con el orgullo de ser holguineros igual que ella y así aparecen ante el público, con tremenda sencillez los chicos de Mezcolanza.

“El nombre surgió prácticamente solo, después que decidiéramos dedicarnos a esto en serio como agrupación, pues el acople fue increíble desde el primer momento”, me comenta Yosvani Reyes, la voz líder. “Aquí los tres hacemos de todo, cada cual toca sus instrumentos, pero el que no canta hace coro y así nos apoyamos para dar mejor sonoridad. Lo que hacemos es pura música cubana, covers de temas emblemáticos y por supuesto, de nuestra autoría también”.

Suena distinto, más juvenil y fresco, en una fusión trabajada que se resume a los instrumentos con que la practican, pero las canciones son las de siempre: las cubanas. “Es un formato reducido y por ello trabajamos más, pero cómodos, a veces se nos une algún amigo. Hemos tenido presentaciones en conjunto con otras agrupaciones o músicos cubanos, sobre todo en las Romerías de Mayo”. Más apegados a la trova santiaguera y fieles admiradores del Movimiento de la Nueva Trova, comparten sus canciones entre las que se cuela algún son o guaracha pues tienen la facilidad de apoyarse en otros instrumentos. “Eso es maravilloso, pues vemos la reacción del público cuando nos sacamos otro instrumento de abajo de la manga y damos un giro a la cosa, quizás porque no se esperan tal fusión o porque ya es inusual encontrarse a jóvenes que defiendan la música tradicional cubana dentro de tantos géneros más modernos y llamativos”.

La tarde se escurrió más rápido que la “Tarde Gris” que asombrosamente interpretaron dejándole al público el sabor de la nostalgia, incursionando en temas propios como “Camino al Sol”, letra bien lograda que guarda el sentir de la pérdida, hasta llegar a números movidos donde el público participó interactivamente como parte de un gran conjunto musical.

Mezcolanza demuestra el esfuerzo, talento, inteligencia y las ganas de hacer aunque siempre se encuentren en desventaja. “El hecho de vivir en el Oriente del país dificulta muchas cosas, sobre todo con la promoción y la obtención y mantenimiento de los instrumentos. Trabajamos cómodos en Holguín y es gracias a la Romerías que nos damos a conocer, pero eso es todo, salvo en ocasiones como esta que algún amigo nos invita. También participamos en encuentros y festivales nacionales, pero todo lleva un esfuerzo doble”.

Nada les detendrá, son jóvenes, fuertes y talentosos que representan lo que es la continuidad de la música cubana, eso lo demuestran con el ingenio de perpetuar en los sentidos de su público las letras conocidas, pero con el “giro” que ya les caracteriza. “Ahora estamos experimentando y componiendo mucho, también promovemos nuestro disco que lleva el mismo nombre del grupo y esperemos que nos traiga buenas noticias”.

Terminan por todo lo alto, con un recorrido magistral a lo popurrí de todo un repertorio de géneros, utilizando lo más llamativo de las canciones y mezclando sus letras como si formaran parte de una sola pieza. Escucho “María Cristina”, “Lágrimas negras”, “Son de la loma”, “El que siembra su maíz”, “Pare cochero”, entre otros. ¿Pero acaso no todas forman parte de la misma pieza? Esta que es la gran música cubana.

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