La Clase de Klase A
8 de septiembre de 2014
Hace poco estuve conversando con Joel Leiva, director de Klase A, sobre muchos temas, entre ellos su inicio en el rap y cómo anda su grupo. Para iniciar, me comentó sobre PMU: “En Las Tunas se conoce PMU. A mí me parece que es buenísimo porque la música tanto alternativa como underground de Cuba, por lo menos la televisión cubana, no satisface lo que se necesita. El artista contracultura, el mismo rapero, no digamos underground porque yo no creo que el rapero sea sólo underground, no tiene todos los espacios que se necesitan, es mi criterio muy personal. Lo que veo es que PMU es muy funcional porque estoy viendo en los boletines agrupaciones de Santa Clara, de Cienfuegos, agrupaciones que no sabía que existieran”.
De ahí saltamos a sus comienzos. “Yo llevo 14 años haciendo rap… Empecé en el rap a los 23 años, no llegué muy temprano al rap. Estuve una etapa en Alamar en la zona VI y la formación mía viene de ahí, de grupos como Explosión Suprema, Hermanos de Causa, Anónimo Consejo. Desde el 2003 con la nueva agrupación este año, el 28 de enero, cumplimos 11 años. aunque yo empecé un poco antes. Un 28 de enero que le dan un chance a los raperos en la universidad de Las Tunas, después de mucho lucharlo y ese mismo día decidimos ponerle Klase A”.
“La primera vez que vi un grupo de rap fue en el 95, el Reyes de las Calles y Amenaza. Doy los primeros pasos en el año 98, aunque a finales del 97 yo daba pasos ya. En el 99 me presento con una agrupación, pero no estábamos muy claros sobre el concepto de la palabra rap, estábamos haciendo un invento porque sabíamos de la existencia del rap norteamericano, de todas esas vertientes, del soul, del R&B, todas esas cosas. Empecé a escuchar a Alto y Bajo, Proyecto F, Reyes de las Calles, agrupaciones que ya no existen… Problema LA, Soandry Hermanos de Causa, LHA, Malcoms el de la Justicia. Conocí a Seku en Cojímar, ya conocía a Iraf, después conocí a Alexei de Obsesión, y así fui conociendo a los raperos que quedaban de la vieja escuela. Fue así más o menos que comenzó mi pasión”.
Pero Joel no sólo se mantuvo escuchando y cantando rap, porque la lírica comenzó a rondar su cabeza en versos estructurados. “Un día después de uno de esos programas donde se presentaba el rap como una novedad, me senté y cogí una libreta, empecé a escribir y me dije: tengo actitudes para escribir porque hacía canciones románticas, de la salsa puertorriqueña, eso era lo que me llegaba… una de las personas me dijo: si sigues escribiendo como vas, serás muy bueno, y realmente no soy de los raperos que me encasillo en que uno tiene que ir al directo y decir malas palabras, porque hay recursos literarios”.
“A veces hacen una analogía con Eminem y conmigo. Camino por las calles y a la gente le llama mucho la atención, me dicen: tienes un parecido con fulano, y a mí no me molesta, aunque no me gusta las comparaciones. Hice un spoken world en el que decía que el talento no tiene que ver con el color de la piel y no es que el talento sea incoloro, pero como dice Randy Acosta, un rapero cubano de Los Paisanos, que los raperos latinos tenían mucha aceptación en el público canadiense, no sólo por ser latino o por ser una agrupación foránea, sino por la energía para trasmitir el mensaje, independientemente del idioma. Mi agrupación es otro canon, uno por mi color y otro por la manera en que hago rap. Yo soy una gente muy hiperactiva. Yo me transformo en el escenario, es una manera de compensar el hecho de que mi piel blanca y mi pelo rubio rompan el estereotipo. Trabajar con dos mujeres también es una ruptura, como yo lo veo”.
Klase A también cuenta con la presencia de dos mujeres. “Rosa Irene (Rosa Negra) y Clara Betsy (DJ Betsy) son mis compañeras en el escenario. Esta muchacha Rosa, oí hablar de ella en mi provincia, una niña de 13 o 14 años que no cantaba rap, cantaba reggaetón, cantaba otras cosas. No me interesaba lo que hablaban porque con la edad que tengo ya tuve interacción con el movimiento de rap femenino que hay en Cuba, pero encontré a mi DJ después de un concierto con Las Positivas, en Santiago de Cuba, y a Rosa sí la veía bastante en Las Tunas. Cuando Rosa llegó al grupo le dije: eres joven y bonita, pero tienes que mejorar la proyección escénica, y ella ha cambiado mucho, claro que también es muy talentosa. En la música urbana, no sólo del hip hop, creo que la única agrupación que existe con ese formato es Klase A”.
Ya casi al despedirnos, vuelve a referirse a él y la importancia del rap en su vida. “Joel (habla de él en tercera persona) quiere ponerse un poco malcriado en el escenario, es muy intranquilo, se sube, corre, es una cosa que no está en mí, también me vi forzado a hacerlo, aunque es muy natural en mí, pero me vi a veces obligado. Por mi color nada más yo tenía que hacerme sentir. Para mí el rap es cosa seria y esto lo traduzco en entrega, aunque al final se trata de resistencia”.
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8 de septiembre de 2014
Hace poco estuve conversando con Joel Leiva, director de Klase A, sobre muchos temas, entre ellos su inicio en el rap y cómo anda su grupo. Para iniciar, me comentó sobre PMU: “En Las Tunas se conoce PMU. A mí me parece que es buenísimo porque la música tanto alternativa como underground de Cuba, por lo menos la televisión cubana, no satisface lo que se necesita. El artista contracultura, el mismo rapero, no digamos underground porque yo no creo que el rapero sea sólo underground, no tiene todos los espacios que se necesitan, es mi criterio muy personal. Lo que veo es que PMU es muy funcional porque estoy viendo en los boletines agrupaciones de Santa Clara, de Cienfuegos, agrupaciones que no sabía que existieran”.
De ahí saltamos a sus comienzos. “Yo llevo 14 años haciendo rap… Empecé en el rap a los 23 años, no llegué muy temprano al rap. Estuve una etapa en Alamar en la zona VI y la formación mía viene de ahí, de grupos como Explosión Suprema, Hermanos de Causa, Anónimo Consejo. Desde el 2003 con la nueva agrupación este año, el 28 de enero, cumplimos 11 años. aunque yo empecé un poco antes. Un 28 de enero que le dan un chance a los raperos en la universidad de Las Tunas, después de mucho lucharlo y ese mismo día decidimos ponerle Klase A”.
“La primera vez que vi un grupo de rap fue en el 95, el Reyes de las Calles y Amenaza. Doy los primeros pasos en el año 98, aunque a finales del 97 yo daba pasos ya. En el 99 me presento con una agrupación, pero no estábamos muy claros sobre el concepto de la palabra rap, estábamos haciendo un invento porque sabíamos de la existencia del rap norteamericano, de todas esas vertientes, del soul, del R&B, todas esas cosas. Empecé a escuchar a Alto y Bajo, Proyecto F, Reyes de las Calles, agrupaciones que ya no existen… Problema LA, Soandry Hermanos de Causa, LHA, Malcoms el de la Justicia. Conocí a Seku en Cojímar, ya conocía a Iraf, después conocí a Alexei de Obsesión, y así fui conociendo a los raperos que quedaban de la vieja escuela. Fue así más o menos que comenzó mi pasión”.
Pero Joel no sólo se mantuvo escuchando y cantando rap, porque la lírica comenzó a rondar su cabeza en versos estructurados. “Un día después de uno de esos programas donde se presentaba el rap como una novedad, me senté y cogí una libreta, empecé a escribir y me dije: tengo actitudes para escribir porque hacía canciones románticas, de la salsa puertorriqueña, eso era lo que me llegaba… una de las personas me dijo: si sigues escribiendo como vas, serás muy bueno, y realmente no soy de los raperos que me encasillo en que uno tiene que ir al directo y decir malas palabras, porque hay recursos literarios”.
“A veces hacen una analogía con Eminem y conmigo. Camino por las calles y a la gente le llama mucho la atención, me dicen: tienes un parecido con fulano, y a mí no me molesta, aunque no me gusta las comparaciones. Hice un spoken world en el que decía que el talento no tiene que ver con el color de la piel y no es que el talento sea incoloro, pero como dice Randy Acosta, un rapero cubano de Los Paisanos, que los raperos latinos tenían mucha aceptación en el público canadiense, no sólo por ser latino o por ser una agrupación foránea, sino por la energía para trasmitir el mensaje, independientemente del idioma. Mi agrupación es otro canon, uno por mi color y otro por la manera en que hago rap. Yo soy una gente muy hiperactiva. Yo me transformo en el escenario, es una manera de compensar el hecho de que mi piel blanca y mi pelo rubio rompan el estereotipo. Trabajar con dos mujeres también es una ruptura, como yo lo veo”.
Klase A también cuenta con la presencia de dos mujeres. “Rosa Irene (Rosa Negra) y Clara Betsy (DJ Betsy) son mis compañeras en el escenario. Esta muchacha Rosa, oí hablar de ella en mi provincia, una niña de 13 o 14 años que no cantaba rap, cantaba reggaetón, cantaba otras cosas. No me interesaba lo que hablaban porque con la edad que tengo ya tuve interacción con el movimiento de rap femenino que hay en Cuba, pero encontré a mi DJ después de un concierto con Las Positivas, en Santiago de Cuba, y a Rosa sí la veía bastante en Las Tunas. Cuando Rosa llegó al grupo le dije: eres joven y bonita, pero tienes que mejorar la proyección escénica, y ella ha cambiado mucho, claro que también es muy talentosa. En la música urbana, no sólo del hip hop, creo que la única agrupación que existe con ese formato es Klase A”.
Ya casi al despedirnos, vuelve a referirse a él y la importancia del rap en su vida. “Joel (habla de él en tercera persona) quiere ponerse un poco malcriado en el escenario, es muy intranquilo, se sube, corre, es una cosa que no está en mí, también me vi forzado a hacerlo, aunque es muy natural en mí, pero me vi a veces obligado. Por mi color nada más yo tenía que hacerme sentir. Para mí el rap es cosa seria y esto lo traduzco en entrega, aunque al final se trata de resistencia”.
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