TecnoCaribe pide disciplina



Muchos jóvenes músicos del panorama underground cubano, sostienen que una de las metas más importantes es lograr la aprobación del grupo de expertos que se reúne cada año para evaluar a los músicos de toda la Isla. Algunos se hallan muy cerca de lograr la profesionalización, mientras que otros están un poco más alejados de alcanzar dicha categoría.

Pero habría que hacer, por otro lado, un aparte para aquellos que son profesionales y que no obstante a ello, siguen perteneciendo al mundo underground. Una de las circunstancias que condiciona tal fenómeno es que las instituciones culturales apenas tienen participación en su desarrollo profesional. En este último caso se pueden mencionar muchos ejemplos, uno en particular me llamó la atención por la tradición que ya tiene la agrupación y se trata de los cienfuegueros de TecnoCaribe.

Con alrededor de quince años de fundado, el grupo continúa haciendo lo más importante de su trabajo de manera independiente, es decir con recursos particulares. En ese orden nos referimos a la gestión de sus presentaciones, la promoción de las mismas, la grabación de discos, gestión de vestuario y producción artística en general.

Cuando surgió TecnoCaribe poseían cinco integrantes, hoy la alineación ha variado con un miembro más y algunas sustituciones e incorporaciones. De los músicos fundadores se mantienen Yadiel González Cantero, Geovany Abreus Otero y Yosvany María Córdoba, quien es su director. Entre las nuevas adquisiciones están Yunior Barral Martínez, Yoandry Hurtado y Luis Alberto Menéndez. El último de ellos funge como DJ y director musical, y es además el único que posee formación académica musical.

Cuando asistimos a un concierto de TecnoCaribe es apreciable la intención de mantener el estilo que han dominado y perfeccionado desde su creación entre 1998 y 1999. De hecho todavía cantan algunas de las canciones que los lanzaron a la popularidad en aquellos momentos. En cada presentación destaca la interacción con el público asistente y el dominio de un estilo coreográfico propio, que incluso ha influenciado a otras bandas del territorio y el país a lo largo de estos años. La agrupación, sobre todo con el oficio que ha logrado Yunior, pule y emplea con regularidad intervalos para la improvisación y lo hace muy bien. También los caracteriza la completa sincronización de sus vocalistas, que impresiona por cuanto son cinco voces las que intervienen todo el tiempo.

La experiencia y el trabajo constante de estos jóvenes han resultado en un amplísimo repertorio que incluye más de setenta temas, con alrededor de una veintena de ellos en activo. Su evolución puede valorarse al escuchar las cinco producciones discográficas de las cuales cuatro han sido realizadas en estudios caseros. Las mismas son: Cómo olvidarte, Mamá clarito y papá enredao, Sé que te marcharás, y el más reciente Disciplina, concluido en 2013 y realizado en el estudio independiente “El Cuartico Azul”.

Al preguntarle a su director por qué el título de su último disco, nos confesaba: “nosotros quisimos hacer un llamado de atención porque el reggaetón venía sufriendo mucha chabacanería, muchos grupos que salen son vulgares y pensamos que está bien el doble sentido, pero hay que tener disciplina”.

Hasta el momento TecnoCaribe no ha recibido propuesta de alguna disquera profesional para grabar el trabajo que vienen realizando desde el año pasado. De hecho la promoción de su último disco la han realizado a través del paquete semanal y de los conciertos que, la mayoría de las veces, son agenciados por ellos mismos. No obstante, los muchachos siguen trabajando y ahora dan los toques finales a los temas que conformarán su nuevo disco, el cual probablemente se complete en este mismo año. Incluso, tienen ya más de una decena de canciones nuevas, básicamente compuestas por Yunior, aunque según afirma su director Yosvany: todos intervienen en el proceso creativo, pues contribuyen con ideas a cada una de las canciones en un serio trabajo de mesa.

Las temáticas que siguen preocupando e inspiran a los muchachos de TecnoCaribe y que son volcadas en los temas nuevos como “Mala vida”, son las que atañen a los más jóvenes y a sus seguidores: el ocio, la prostitución, las preferencias sexuales y su influencia en la sociedad, la crítica a determinados estereotipos que determinan en muchas ocasiones la aceptación social, entre otras.

Esperemos que TecnoCaribe algún día encuentre el apoyo profesional e institucional que necesitan para que traspasen ese límite de lo underground-profesional donde están muchos grupos y músicos cubanos que sólo pueden catalogarse de profesionales “de plantilla”.

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