Motor impulsor
22 de septiembre de 2014
Orestes Orbiso Porras es un músico aficionado que desde temprana edad ha sobrevivido gracias a su versatilidad y talento. Interpreta la guitarra, el bajo, la percusión menor y el tres, haciendo de todo un poco en cualquier agrupación, aunque el instrumento que domina a la perfección es la batería. Todo esto lo hace ser muy admirado dentro del círculo de artistas underground de su localidad. Más de una vez ha dado el paso al frente para organizar un concierto en asentamientos apartados en la montaña, trasportándose con sus instrumentos en un tractor, jugándose la vida en cada pendiente. A pesar del peligro no se arrepiente de ello y manifiesta felicidad ante el deber cumplido.
Durante uno de los conciertos del Festival Cumanayagua Alternativa pudimos conversar con él. “Casi adolescente trabajé con el grupo Teatro Escambray y me desdoblé en la actuación. He sido payaso y mimo. Raspando por aquí y por allá, he podido comprarme mis instrumentos en el mercado negro porque en la tienda estatal son muy caros y muy pocos músicos tenemos los recursos para poder adquirirlos. Nos pagan casi nada por presentación y tendríamos que estar tocando muchos años para poder comprar algo”.
“Fundé un grupo llamado Colisión en el que fusionamos el funky con el bolero y el chachachá, una cosa rarísima, pero que dio resultado. Después nos cambiamos el nombre para Isla Bella y empezamos a incursionar en la bachata. Somos un cuarteto dinámico con Yordanky Rodríguez en la guitarra, Pedro Ernesto Quintana en el tres y laúd, Yoenlis Peña como vocalista y compositor de casi todos nuestros temas, y yo en todo el set de percusión y bajo”.
“No pudimos participar en el Festival Cumanayagua Alternativa como banda porque varios integrantes tenían compromisos fuera de provincia. El dinero está por encima de todo. Somos parte del movimiento underground que se defiende aquí, pero a veces tenemos que hacer de tripas corazón y aceptar propuestas de trabajo con agrupaciones de otras regiones del país para subsistir. Lo que ganamos aquí en los estándares gubernamentales no nos da para vivir”.
“Para compensar a nuestro público cumanayagüense haremos una gira de verano a nuestra manera, ya que el Estado no nos apoya en nada. Iremos por los pueblos de montaña con casas de campaña a cuestas y comeremos lo que los campesinos nos brinden. Hacemos esto porque nos gusta regalar arte que de otra manera no llegaría a esos pobladores”.
“También formo parte del septeto Laredo que tiene mas de 23 años de fundado. Ellos me denominan su motor impulsor por mi hiperactividad ya que toco varios instrumentos y soy el sonidista del conjunto. En nuestro país con la situación de escasez existente estamos obligados a hacer de todo para sobrevivir. Me tuve que hacer cargo de la dirección del grupo Laredo porque su antiguo director Pedro Pablo, viajó al extranjero. Los músicos casi no sobrevivimos en Cuba y por tanto tenemos que buscar la realización personal por otros lugares”.
“Laredo es sui generis dentro de los septetos en el centro del país porque le sumamos una trompeta y sonamos como nuestros colegas orientales. Aquí es novedosa esa sonoridad, no abunda mucho y de esa manera no hacemos lo mismo, podemos imponernos y conseguir algún que otro trabajito porque al público le gusta escuchar algo diferente”.
“Hice un estudio de grabación independiente en mi casa porque los músicos de provincia noveles como yo nunca tenemos acceso a los grandes estudios de las disqueras del gobierno, porque no les interesa nuestro trabajo o no tenemos el dinero para pagar sesiones por la ‘izquierda’. Semi-improvisado realicé un demo de cuatro canciones donde toco todos los instrumentos menos la trompeta. Los títulos de los cortes son ‘Cumbia de Cupido’, ‘Sola la Verdad’, ‘La Guagua’ y ‘El son de Lola’. En todos cultivo la música tradicional y hablo de las cosas que nos pasan cotidianamente, como esas personas que van a trabajar todos los días y no pasa la guagua y tienen que irse en lo que sea. Me gusta tratar la temática social y decir la verdad del cubano de a pie en mis letras”.
Cuando le inquirimos sobre el festival Cumanayagua Alternativa, Orestes nos comentó: “Es tremenda oportunidad para que músicos de provincia se den a conocer en la escena underground. Sólo quiero decirles a los organizadores que pueden contar conmigo para lo que haga falta. Aquí también tenemos buenos músicos, el talento no sólo viene de la capital. Podemos interactuar libremente, surgen ideas, retos y metas. Es maravilloso para los habitantes de las montañas que no tienen la oportunidad de escuchar esta música. Es una cosa necesaria y debe repetirse. Hemos hecho más con menos”.
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22 de septiembre de 2014
Orestes Orbiso Porras es un músico aficionado que desde temprana edad ha sobrevivido gracias a su versatilidad y talento. Interpreta la guitarra, el bajo, la percusión menor y el tres, haciendo de todo un poco en cualquier agrupación, aunque el instrumento que domina a la perfección es la batería. Todo esto lo hace ser muy admirado dentro del círculo de artistas underground de su localidad. Más de una vez ha dado el paso al frente para organizar un concierto en asentamientos apartados en la montaña, trasportándose con sus instrumentos en un tractor, jugándose la vida en cada pendiente. A pesar del peligro no se arrepiente de ello y manifiesta felicidad ante el deber cumplido.
Durante uno de los conciertos del Festival Cumanayagua Alternativa pudimos conversar con él. “Casi adolescente trabajé con el grupo Teatro Escambray y me desdoblé en la actuación. He sido payaso y mimo. Raspando por aquí y por allá, he podido comprarme mis instrumentos en el mercado negro porque en la tienda estatal son muy caros y muy pocos músicos tenemos los recursos para poder adquirirlos. Nos pagan casi nada por presentación y tendríamos que estar tocando muchos años para poder comprar algo”.
“Fundé un grupo llamado Colisión en el que fusionamos el funky con el bolero y el chachachá, una cosa rarísima, pero que dio resultado. Después nos cambiamos el nombre para Isla Bella y empezamos a incursionar en la bachata. Somos un cuarteto dinámico con Yordanky Rodríguez en la guitarra, Pedro Ernesto Quintana en el tres y laúd, Yoenlis Peña como vocalista y compositor de casi todos nuestros temas, y yo en todo el set de percusión y bajo”.
“No pudimos participar en el Festival Cumanayagua Alternativa como banda porque varios integrantes tenían compromisos fuera de provincia. El dinero está por encima de todo. Somos parte del movimiento underground que se defiende aquí, pero a veces tenemos que hacer de tripas corazón y aceptar propuestas de trabajo con agrupaciones de otras regiones del país para subsistir. Lo que ganamos aquí en los estándares gubernamentales no nos da para vivir”.
“Para compensar a nuestro público cumanayagüense haremos una gira de verano a nuestra manera, ya que el Estado no nos apoya en nada. Iremos por los pueblos de montaña con casas de campaña a cuestas y comeremos lo que los campesinos nos brinden. Hacemos esto porque nos gusta regalar arte que de otra manera no llegaría a esos pobladores”.
“También formo parte del septeto Laredo que tiene mas de 23 años de fundado. Ellos me denominan su motor impulsor por mi hiperactividad ya que toco varios instrumentos y soy el sonidista del conjunto. En nuestro país con la situación de escasez existente estamos obligados a hacer de todo para sobrevivir. Me tuve que hacer cargo de la dirección del grupo Laredo porque su antiguo director Pedro Pablo, viajó al extranjero. Los músicos casi no sobrevivimos en Cuba y por tanto tenemos que buscar la realización personal por otros lugares”.
“Laredo es sui generis dentro de los septetos en el centro del país porque le sumamos una trompeta y sonamos como nuestros colegas orientales. Aquí es novedosa esa sonoridad, no abunda mucho y de esa manera no hacemos lo mismo, podemos imponernos y conseguir algún que otro trabajito porque al público le gusta escuchar algo diferente”.
“Hice un estudio de grabación independiente en mi casa porque los músicos de provincia noveles como yo nunca tenemos acceso a los grandes estudios de las disqueras del gobierno, porque no les interesa nuestro trabajo o no tenemos el dinero para pagar sesiones por la ‘izquierda’. Semi-improvisado realicé un demo de cuatro canciones donde toco todos los instrumentos menos la trompeta. Los títulos de los cortes son ‘Cumbia de Cupido’, ‘Sola la Verdad’, ‘La Guagua’ y ‘El son de Lola’. En todos cultivo la música tradicional y hablo de las cosas que nos pasan cotidianamente, como esas personas que van a trabajar todos los días y no pasa la guagua y tienen que irse en lo que sea. Me gusta tratar la temática social y decir la verdad del cubano de a pie en mis letras”.
Cuando le inquirimos sobre el festival Cumanayagua Alternativa, Orestes nos comentó: “Es tremenda oportunidad para que músicos de provincia se den a conocer en la escena underground. Sólo quiero decirles a los organizadores que pueden contar conmigo para lo que haga falta. Aquí también tenemos buenos músicos, el talento no sólo viene de la capital. Podemos interactuar libremente, surgen ideas, retos y metas. Es maravilloso para los habitantes de las montañas que no tienen la oportunidad de escuchar esta música. Es una cosa necesaria y debe repetirse. Hemos hecho más con menos”.
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