El Fraile tiene Tin-Cuba
22 de septiembre de 2014
Carlitos y el Yimi, hijos legítimos del marginal y céntrico barrio de Jesús María, socios, ambias y vecinos desde la infancia, son los excéntricos integrantes del dúo Tin-Cuba.
La vida hay que tomársela deportivamente, dándolo todo con el corazón, aun a sabiendas que no es más que un juego que se reinicia cada 24 horas. De ahí “Team Cuba” porque son un equipo, porque unidos venceremos y porque si viene la desgracia y se comparte, tocará a menos. De ahí Tin-Cuba, porque el “cubaneo” le hizo otra llave turca a la lengua inglesa para así nombrar a este singular dueto.
Músicos aficionados, de formación empírica y autodidacta, artistas underground, héroes cotidianos, hasta hace poco se les podía encontrar tocando en las afueras del bar-restaurant El Fraile, en “la lucha” rogándole alguna propina al turista transeúnte. Pero a esta gente arrabalera sí los besó la suerte que pasó y un día, transcurrido algún tiempo, fueron admitidos por la administración del local. Parece algo injusto atribuirle todo el logro a la suerte que ya sabemos que es calva, que no pasa dos veces y que también suele llevarse muchos inmerecidos reconocimientos. Realmente ellos se ganaron ese espacio con osadía, resistencia, carisma y talento callejero, sorteando problemas económicos, burocráticos e ignorando actitudes arrogantes que se afanaban en la humillación.
Hoy ya pertenecen a El Fraile, son plantilla fija (en términos administrativos) y parte principal del atractivo del lugar (en términos de lo realmente significativo). Desde allí lanzan toda su actividad artística haciendo alarde de un talento musical substancialmente dotado para la improvisación. Para ellos “la música es un todo incluido”, por eso no se limitan a un género en específico. “El mundo paʹ que sea mundo tiene que tener de ‘tó”, y ellos hacen lo mismo un son que una rumba, que un reggaetón con salsa.
En estos momentos Tin-Cuba trabaja en su primer disco que tiene como objetivo la promoción y divulgación del trabajo que han venido realizando hasta el momento, con toda la energía puesta en lograr un status dentro de la competitiva farándula musical cubana. Y según Carlitos: “Será multisonido y con mucho ritmo. En él estarán plasmadas todas las canciones que hemos creado para el público que nos escucha y disfruta en El Fraile”. Todo parece indicar que seguirá la línea de su repertorio habitual: géneros variados, “de todo un poco” y mucha fusión. ¡Para seguir haciendo historia en la discografía del underground cubano!
La originalidad de esta pareja radica en la mezcla de estas dos singulares personalidades y sus interpretaciones musicales. Sin embargo, por buscavidas que parezcan, el método para lograr algunos resultados suele ser un factor común en la vida de muchos músicos nacionales. Algunos se dejan rendir por las dificultades y carencias, otros no. Mientras tanto Tin-Cuba se desdobla cada día en El Fraile y da lo mejor de sí para que cada visitante y personita de ese pequeño público que le quiere, le admira y le aclama, se lleve como souvenir, un pedacito, un tín de Cuba.
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22 de septiembre de 2014
Carlitos y el Yimi, hijos legítimos del marginal y céntrico barrio de Jesús María, socios, ambias y vecinos desde la infancia, son los excéntricos integrantes del dúo Tin-Cuba.
La vida hay que tomársela deportivamente, dándolo todo con el corazón, aun a sabiendas que no es más que un juego que se reinicia cada 24 horas. De ahí “Team Cuba” porque son un equipo, porque unidos venceremos y porque si viene la desgracia y se comparte, tocará a menos. De ahí Tin-Cuba, porque el “cubaneo” le hizo otra llave turca a la lengua inglesa para así nombrar a este singular dueto.
Músicos aficionados, de formación empírica y autodidacta, artistas underground, héroes cotidianos, hasta hace poco se les podía encontrar tocando en las afueras del bar-restaurant El Fraile, en “la lucha” rogándole alguna propina al turista transeúnte. Pero a esta gente arrabalera sí los besó la suerte que pasó y un día, transcurrido algún tiempo, fueron admitidos por la administración del local. Parece algo injusto atribuirle todo el logro a la suerte que ya sabemos que es calva, que no pasa dos veces y que también suele llevarse muchos inmerecidos reconocimientos. Realmente ellos se ganaron ese espacio con osadía, resistencia, carisma y talento callejero, sorteando problemas económicos, burocráticos e ignorando actitudes arrogantes que se afanaban en la humillación.
Hoy ya pertenecen a El Fraile, son plantilla fija (en términos administrativos) y parte principal del atractivo del lugar (en términos de lo realmente significativo). Desde allí lanzan toda su actividad artística haciendo alarde de un talento musical substancialmente dotado para la improvisación. Para ellos “la música es un todo incluido”, por eso no se limitan a un género en específico. “El mundo paʹ que sea mundo tiene que tener de ‘tó”, y ellos hacen lo mismo un son que una rumba, que un reggaetón con salsa.
En estos momentos Tin-Cuba trabaja en su primer disco que tiene como objetivo la promoción y divulgación del trabajo que han venido realizando hasta el momento, con toda la energía puesta en lograr un status dentro de la competitiva farándula musical cubana. Y según Carlitos: “Será multisonido y con mucho ritmo. En él estarán plasmadas todas las canciones que hemos creado para el público que nos escucha y disfruta en El Fraile”. Todo parece indicar que seguirá la línea de su repertorio habitual: géneros variados, “de todo un poco” y mucha fusión. ¡Para seguir haciendo historia en la discografía del underground cubano!
La originalidad de esta pareja radica en la mezcla de estas dos singulares personalidades y sus interpretaciones musicales. Sin embargo, por buscavidas que parezcan, el método para lograr algunos resultados suele ser un factor común en la vida de muchos músicos nacionales. Algunos se dejan rendir por las dificultades y carencias, otros no. Mientras tanto Tin-Cuba se desdobla cada día en El Fraile y da lo mejor de sí para que cada visitante y personita de ese pequeño público que le quiere, le admira y le aclama, se lleve como souvenir, un pedacito, un tín de Cuba.
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