Descifrar otros secretos de AKDA1



En el 2013, Leonardo Blanco Montes dirigió el documental “A ritmo de Blues”. Un audiovisual de 16 minutos, realizado por un estudiante de Dirección de Cine, en la Facultad de los Medios de Comunicación Audiovisuales del ISA, asumía el vacío promocional que gira en torno a los que hacen música underground en Cuba. En aquella ocasión, la banda AKDA1 fue seleccionada como protagonista. Y aunque muchos conozcan la historia de estos jóvenes que se unieron en 2011 para fundar su propio proyecto, aún hay secretos por descubrir y 16 minutos de documental son suficientes para ello.

“Nuestra onda va por el blues, el rock and roll, el rock sureño y todo este tipo de música proveniente de los años sesenta que tiene como objetivo darle un espacio a cada instrumento, a los solos, a la improvisación, elementos que en estos tiempos se han olvidado un poco. Como dijo alguien en una entrevista: ‘En los sesenta la gente se callaba para escuchar un solo, ahora hablan durante él y ni se enteran’. Nosotros queremos rescatar eso”, comentó Alejandro Delgado, el director de la agrupación, en su entrevista.

El profesor Mario Masvidal ha sido una guía fundamental en su carrera como artistas. Conoce bien que “aún hay ciertos prejuicios políticos, culturales, sociales con respecto a la música que viene de Estados Unidos. No obstante, esta es una banda que además de tener el formato clásico del blues y no incluir batería, cuenta con un cajón peruano que se usa mucho para hacer música flamenca”. Sobre ese mismo tema, Alejandro comenta sus experiencias como integrante y director de la agrupación. “Todavía existe cierto miedo cuando uno habla de rock en Cuba. Lo primero que te preguntan es si tienen el pelo largo, si andan borrachos. Es una imagen que le han dado al rock que no tiene por qué ser así. Por supuesto, eso no quita las ganas de hacer buen blues”.

Quizás por esos estigmas sociales, la banda ha sufrido diferentes momentos en los que no ha habido ningún acercamiento o interés por su trabajo, según cuenta Alejandro. “De hecho todo el equipo de audio con el que trabajamos es nuestro. No hay nada que pertenezca a alguna Dirección de Cultura o a una institución que nos financie. Pudiera decirse incluso que el 99% de nuestros equipos, son hechos por nosotros mismos”.

“No obstante, hemos visto algo interesante en nuestros conciertos: la interacción de personas de diferentes edades. Participan personas de nuestra generación y otros de más de 60 años, que tienen ese espíritu rockero dentro. Pero no tenemos interés en ser una banda de covers solamente, aunque tenemos cerca de 30 temas montados en nuestro repertorio, pero nos interesa difundir y compartir nuestras composiciones con nuestros propios arreglos y el público ha reaccionado muy bien a eso”.

Aunque la banda ha tenido últimamente algunos espacios para su presentación, aún los desconsuela un aspecto muy importante para su crecimiento como artistas: actualmente están haciendo los trámites para audicionar en la Agencia Cubana de Rock y poder presentarse como una agrupación profesional. Hasta entonces no podrán cobrar la entrada a sus conciertos y por tanto se les dificulta mucho más su trabajo al suprimirse varias posibilidades de remuneración para su labor.

Tras sus inspiraciones viajan desde Bauta hasta La Habana, y desde La Habana hasta su pueblo. Es este el camino cotidiano de AKDA1, aunque a veces ellos mismos se ven obligados a rechazar invitaciones en la capital porque no siempre pueden costearse el viaje junto a todos los instrumentos que necesitan para presentarse.

Sin embargo, ya AKDA1 cumplió sus 3 años, ya estrenaron su primer disco, Pocas balas, y ya están grabando su segundo fonograma. Mientras, sus canciones andan de viaje en viaje sobre un escenario o en un documental casi desconocido.

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ERNESTO MENCHACA
15 de octubre, 2014 12:09 pm (GMT-5:00)
De este grupo ya han publicado articulos similares a este, no me gusta el blues