Micho, el luchador



Me encontraba acompañada de una amiga en la Casa de la Cultura de Alamar, cuando de pronto anunciaron la presentación de un grupo juvenil llamado Megafusión. “Ese es el grupo del cual te hablé, –me comentó mi amiga– su director Misael Vargas es un chico que promete. Lo conozco desde niño pues estudié con él en todas las escuelas, desde preescolar hasta el preuniversitario. Soñaba con ser percusionista y le sacaba melodía a dos palos y una lata. Muchas veces los profesores lo castigaban por improvisar música encima del pupitre hasta con dos lápices, pero nunca desistió de su empeño de ser baterista”.

Le presté mucha atención a la actuación del grupo y de verdad que se hicieron sentir con una calidad digna. Tanto por las referencias que obtuve de mi amiga como por la buena sonoridad con la que me impresionaron, decidí entrevistar al Micho, como cariñosamente le llaman sus amigos, y quien es el leader del grupo.

De agradable presencia y con todas las características del cubano inconfundible, este muchacho de 26 alegres años accedió con gusto a mi propuesta.

PMU: ¿Cómo lograste llegar a tu anhelo de ser percusionista?

Micho: En realidad nunca estudié en ninguna escuela de arte. Mi formación, modestia aparte, es empírica, me sale del corazón, pero para que saliera cada vez mejor y para disgusto de los vecinos, practicaba todos los días del mundo. Mis padres me ayudaron, pues nunca dejaron de confiar en mí y gracias a ellos también logré armar mi propia batería. Me gustaba componer, hacer arreglos musicales fusionando la música pop, las baladas, etcétera, hasta que formé un grupo llamado Megafusión con algunos amigos aficionados como yo.

PMU: Cuéntanos un poco más de cómo se formó el grupo Megafusión.

Micho: Es una historia larga y simpática, pero trataré de ser breve. Una noche estábamos mis amigos y yo aburridos, sin nada que hacer en el barrio y como un juego se nos ocurrió la idea de hacer un grupo musical para llenar nuestro tiempo libre. Uno de ellos había estudiado guitarra, el otro de vez en cuando se las daba de cantante y yo que estaba loco por tocar mi batería, le puse alas al proyecto. Fueron muchas horas de práctica, pero valió la pena. Han transcurrido ya dos años y aún seguimos juntos en esta aventura. Recuerdo que nuestra primera presentación fue precisamente en la Casa de la Cultura de Alamar.

PMU: ¿Por qué no estudiaste percusión en una escuela de arte?

Micho: Es algo complicado entrar a una de esas escuelas, hay que ser muy talentoso, talento que no me falta, te repito modestia aparte, pero también ya sabes que eso es para “hijos de mami y papi”, y mis padres no son nada de eso. Tampoco teníamos relaciones que nos encaminaran, que nos abrieran paso. Me presenté una vez en una audición para entrar en una de esas escuelas. Esto ocurrió cuando estaba en la primaria y aun no tenía mi batería. No me aprobaron, entonces me desilusioné muchísimo y decidí seguir solo, practicando en mí casa todos los días.

PMU: ¿Cuáles son tus proyectos inmediatos?

Micho: Quiero continuar con mi grupo Megafusión, tratar de grabar un disco independiente con mis propios recursos y lograr que otros me escuchen. Sé que el mercado en el cual pretendemos ofrecer nuestra música es algo complicado, pero tenemos deseos y empeño. Estoy seguro de que llegaremos bien lejos.

PMU: ¿Cómo te ves a ti mismo o quisieras verte dentro de unos años?

Micho: ¡Figúrate! Me gustaría verme en un gran escenario, mostrando mis ganas y mi talento a todos, esforzándome por ser mejor cada día. Los cubanos somos luchadores por naturaleza y cuando nos proponemos lograr algo de verdad, lo logramos.

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