Más allá de la partida



La tierra no es más que un grano de arena en el Universo: un pedacito de sol enfriado. Así cómo ella gira en torno a su eje imaginario alrededor del Sol, su astro rey, se mueven todos los seres vivos que la habitan buscando su luz.

La migración es un proceso natural y complejo que recibe una mirada desde varias aristas. Fenómeno recurrente en la Cuba actual, en el caso de la música, los artistas cargan con su morral repleto de sueños, miedos y sobretodo, con el “Pan de la Esperanza” soltando migajas tal cual “Hansel y Gretel” para no perder el trillo en la búsqueda del “Zaguán de Cuba” -La Habana-.

Las ilusiones se cortan cuando el Minotauro acecha a los artistas de la escena urbana, en especial a uno de sus talentos, Arturo Laurence (Kmerun el Akdmic), con factores recurrentes como: los insuficientes espacios, la promoción, sumado los problemas organizativos de un movimiento urbano, en este caso el movimiento de hip hop santiaguero que refleja una anemia hemolítica y donde los mejores glóbulos rojos de la escena se movilizarán más rápido para probar nuevos escenarios y mayores posibilidades de avanzar.

Fueron muchos los elementos que influyeron en el Akdmic para su traslado a La Habana, después de muchos años de intentarlo en “la tierra caliente” para desarrollar y llevar a la máxima expresión su carrera musical. Luego de varios experimentos de laboratorio fallidos, se tomó el atrevimiento y la osadía de todo guerrero: intentarlo en la capital del país donde existen muchas más oportunidades, pues es el principal punto de acceso y contacto con el mundo exterior, es decir hacia el mercado nacional e internacional. Primeramente, en el reconocimiento de la música urbana que desarrollan los artistas, y segundo para dar a conocer y defender los principios que sustentan su obra musical.

En Cuba para nadie es un secreto que desde La Habana se dirige el consumo y se condiciona el gusto estético de la población a nivel nacional, y lamentablemente existe una alta centralización en los medios de difusión masiva que a su vez, de forma intencional o no, actúa como una barrera de entrada a los exponentes del “lejano Oriente”. Es por ello que a Kmerun se le ha hecho muy difícil desde Santiago de Cuba hacer llegar su obra a los principales medios nacionales de difusión. En sus propias palabras comentó: “el público cubano está adaptado a que las cosas buenas, lo que más vale y brilla proviene de la capital y lo que no entre en ese circuito, no funciona”. De ahí que no tuvo otra opción que viajar para conquistar las tierras del Rey Salomón, “beat a beat” para satisfacer al público.

Como muchos cubanos, ha estado en otras oportunidades en La Habana, pero no para hacer carrera, sino específicamente a eventos con un objetivo y un tiempo definido y eso ha impedido el desarrollo de su carrera. Por lógica natural siempre resulta difícil admitir que no te ha ido bien. Después de todo el sacrificio, la inversión de tantos recursos personales, familiares, económicos, emocionales, resulta muy difícil aceptarlo. Son decisiones de vida y la vida es un proceso muy largo, continuo, con avances y retrocesos, en la cual ha ido aprendiendo y desaprendiendo, y donde cambian las circunstancias día tras día. De hecho, aferrado a los resultados de su análisis, tenía la esperanza que desde Santiago podía realizar su música y obtener éxito sin necesidad de emigrar.

En un momento pensé en voz alta y pregunté: ¿cómo te ves en el futuro?, y como todo un maestro del escape, Kmerun visualiza una carrera difícil, muy dura, llena de sacrificios, de entrega, de limitaciones y la adaptación a una nueva vida. Pero cómo Hércules y sus 17 trabajos, va con toda su energía, fuerza física y su capacidad de creación, con toda la “bomba” del mundo para entregar lo mejor de él.

Creo que además del conocimiento acumulado tras tantos años, sorteando las vallas que la vida coloca en sus 110 metros para el desarrollo de su carrera musical, llega el momento en que puedo alegar -él está convencido- que todavía quedan muchas vallas por sortear, muchas cosas nuevas que aprender y perfilar para obtener éxito en el mundo de la música urbana, pero como diría el reconocido psicólogo cubano Calviño: “Vale la pena intentarlo”.

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