PMU como medida del underground



Palamusicaunderground o PMU son nombres que mueven la sonrisa en la cara de la gente. Las opiniones compartidas son que el trabajo que realiza PMU es meritorio, que llega a donde nadie llega, y promocionan lo que nadie quiere promocionar, si se entiende por nadie esa zona de oblicuidades que incluye los centros de poder oficial y la matriz de relaciones sociales dentro de las que el poder es ejercido, o más sencillamente, lo legitimado. Lo que al principio era una intención, se hizo proyecto, luz, y ahora es un amigo de más de dos años. Para esta fecha eso significa confianza, profundidad y solidez.

Encontrar una nueva voz puede beneficiar a muchos, más si es una voz para quienes han sido marginados y preteridos, hechos pasar por minorías cuando en realidad son grandes masas con pocos recursos y poderes. Una nueva voz puede redistribuir el orden, pero no para marcar una diferencia, sino para observar la diversidad. La polémica, las diferencias intelectuales, la inventiva, el pensamiento lateral, la heterogeneidad, todos provocan un cambio (deseable) de las condiciones existentes. El disenso cambia el estatus quo. Claro, no hay que verlo como la negación de todo lo que existe, sino como una fuerza activa que nunca debería llegar a ser violencia, donde la oportunidad de construir un debate es posible. Ayudar a los movimientos que resisten el imperativo de homogenización, ¿necesariamente aumenta la hostilidad y disminuye la reciprocidad? Bajo un criterio justo, la diversidad de opiniones es necesaria pues cada vez parece más que la cultura está caracterizada por instituciones e ideas que legitiman y proyectan una concentración de los recursos y el poder en pocas manos.

¿Quién hace las leyes, quién determina los temas de debates, quién dirige la economía, las fuerzas de represión? ¿Los descentrados de los centros hegemónicos, de los centros de circulación artística, etc.? Sin muchas pretensiones, sólo de apoyar y visibilizar lo que pasa dentro del barrio, lo que tiene un origen más espontáneo y auténtico, PMU llega a la periferia, oye a todos y no desestima nada. ¿Su estrategia? No dejar olvidar que siempre hay quien hace, quien crea, quien no se rinde. Lo establecido gana cada vez más espacios y hace a las mentes cada vez menos creativas y conformes. Después de todo, ¿no hay nada que lo detenga?.

¿Cómo lo ven los artistas, los jóvenes creadores como prefieren llamarse?. Dejemos que el comentario siguiente sea una representación del apoyo y el impacto del proyecto. Todavía habría que hacerle más críticas de carácter menos apologético, porque no es una encomio lo que intentamos, pero a pesar de lo flaco, crece y cambia, se desarrolla. La forma y el fondo se moldean para llegar a ser una medida justa de la música underground como manifestación de fenómenos más profundos, valores olvidados que hay que visibilizar. Apoyamos el proyecto de PMU, claro, siempre críticamente.

Dayron “El Moro o Morocho”, rapero de Alamar, Zona 8: “No ha tenido tanto tiempo, pero sí ha tenido muy buena aceptación por parte de los artistas. Sé que hicieron un concierto por Santiago de Cuba y por Guantánamo, y es increíble como esa gente ha llenado una plaza y el Instituto de la Música no lo ha podido hacer, en esa plaza había como 1000 personas. En Las Villas lo hicieron también. Para mantener informado de todo lo que hay y lo que no hay. Toda una producción independiente, es un trabajo sorprendente. Obtenemos la información de manera digital, por correo, en discos o a veces en formato impreso”.

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