Apunten, disparen, ¡Fuego!



Dicen que jugando se dicen las mejores verdades, pero también puede suceder que bromeando hay quien encuentre su sentido de vivir. Así les sucedió a Pedro y David, quienes al disfrazarse para interpretar a dos cantantes famosos en un espectáculo, dejaron en claro sus idóneas aptitudes para la música. De esta manera comienza la carrera musical de Automáticos, unos chicos muy jóvenes que aún están pasando el Servicio Militar.

Ellos no pierden un segundo para invertir en su carrera, dedican sus días libres a la música, las noches de franco acuden a centros de nocturnos y de música underground como estrategia para foguearse y relacionarse poco a poco en este mundo tan difícil. En su hacer musical prefieren el género urbano y dentro de este, el reggaetón como ritmo principal de sus composiciones, aunque mezclan algo de rap y pop americano.

El repertorio de los Automáticos cuenta ya con algunos temas compuestos por ellos mismos, los cuales no han tenido oportunidad de interpretar fuera del ambiente militar, por lo cual se encuentran en una especie de período de prueba donde sus presentaciones se limitan a varias actividades culturales que programan las Fuerzas Armadas Revolucionarias en el territorio de La Habana. Sin embargo, piensan que es una buena oportunidad porque así tienen un público fijo para guiarse en los primeros momentos de su carrera. Además, no son pocos los soldados y oficiales que se divierten en grande con cada una de sus presentaciones. Por si fuera poco, amigos comunes elogian y disfrutan de sus temas, considerándolos talentosos artistas.

Las historias de sus canciones los representan: son sencillas, fáciles de tararear, bien pensadas y adaptadas a los tiempos actuales. Entre ellas una de las preferidas entre las filas del Ejército se titula “El disparador” y su estribillo dice: “el tipo no se cansa, no claudica, no falla, él las mata con la talla, así es el disparador, un picaflor del amor.” Este y otros temas dotan al dúo Automáticos de un carisma y merecido reconocimiento de su público.

Por ahora sus esfuerzos se centran en la superación y evolución paulatina de su trabajo musical con el fin de incrementar sus conocimientos y destrezas tanto musicales, como las referentes al mundo del espectáculo, con el fin de ganarse un nombre dentro de la juventud habanera a favor de la elocuencia de sus canciones.

Mientras tanto esperan ansiosos el fin de su Servicio Militar, proyectado para agosto del 2015. Cuando esto suceda, los jóvenes músicos planean concretar sus sueños de reafirmarse como una de las mejores agrupaciones dentro del género urbano y la música underground. Con mirada crítica, el camino para los Automáticos no les será fácil, puesto que realmente no cuentan con experiencia musical ante un público civil. Sin embargo, ellos son conscientes del reto al que aspiran, conocedores ya de lo crítica y selectiva que llega a ser la audiencia capitalina, pero es precisamente este desafío el que los motiva a continuar. Además, siendo jóvenes tan arriesgados, decididos y optimistas tienen el mundo por delante dispuesto a caer a sus pies, facilitándole sus metas, proyecto y por supuesto, el tan anhelado éxito.

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