Juana está llena de amor



“Un día decidí escribir una canción. Y así me salió la primera, la segunda, y he escrito todas las que he querido. La primera fue un bolero, se llamaba ‘Voy a conquistar tu amor’”.

“Voy a conquistar tu amor
Voy a conquistar tu amor
Lo voy a conquistar
Haré lo que hay que hacer
Haré lo que hay que hacer
Para poderte amar.
Iré al cielo a buscarte una estrella
La más bella que alumbra en la noche…”

Juana Galano ha compuesto muchas canciones. Desde que se jubiló tomó en serio su talento. Antes trabajaba como cocinera y ahora se dedica a defender su arte. Diferentes temáticas le han servido de pretexto: los niños, la mujer cubana, el amor, la paz, los hijos, los sucesos cotidianos. Le hizo cuatro canciones a Polo Montañez, una a Ivette Cepeda, una a Omara Portuondo, una a Elena Burke e incluso, cuenta con mucho orgullo que un día compuso un tema para ella misma.

“Yo me regalé ‘Eterna juventud’. Tengo libretas y libretas llenas de canciones y me pareció bien dedicarme una. Siempre me inspiro en un mensaje que me llega, es como el pie forzado para los repentistas. Eso me impulsa. Nunca desprecio las ideas que se me ocurren. A veces me sucede tarde en la noche y me levanto a escribir. Esté haciendo lo que esté haciendo, aprovecho ese momento y ese mensaje. Siempre tengo un papel a mano para escribir cuando llega la musa”.

Juana nació en Oriente, en 1940, pero desde los 17 años vive en La Habana. Vino a estudiar y aquí formó su propia familia. Tiene tres hijos, pero aún se siente una tristeza en su voz cuando conversa sobre ellos: “La familia al principio me decía que yo estaba loca, que estaba gastando dinero por gusto. Aún tienen alguna desconfianza con mi arte y con mi trabajo. No saben el valor que tiene lo que hago, ni el sacrificio que me cuesta todo”.

Sin embargo, los vecinos y los amigos le han brindado todo el apoyo necesario. Juana se ha empeñado en convertirse en compositora musical, no importa cuánto dinero y sacrificio implique ese sueño. “Me ha costado mucho trabajo conseguir que me hagan los arreglos musicales y encontrar a alguien que interprete mis temas. Cada vez que veo una orquesta, un grupo, algún músico que toca un instrumento, me acerco a ellos. Pero me dicen que tienen sus compositores, que no pueden interpretar mis temas. Yo estoy esperando una opción para que mi obra sea conocida. No obstante, he ido a la EGREM, al ICRT, al ICAIC buscando apoyo. Y me han tratado muy bien en esos lugares. Yo siento que me dan importancia, que mi obra tiene un valor, pero sigo esperando una opción para promocionar y difundir mi obra”.

Según cuenta Juana, hasta ahora sólo ha encontrado un espacio en el que realmente ha podido interactuar con el público: El Rincón del Compositor, en el Cabaret Las Vegas. “Durante un año yo preparé mis canciones, busqué los cantantes que las iban a interpretar. Todo eso me costó mucho dinero, sacrificio, pero bueno, yo quedé satisfecha. Cantó Juan de Dios (que cantaba en Tropicana), el grupo Son de Calle y María (una señora que canta en el grupo Unión). Desde entonces mis canciones están en la calle y no sé ni quién las está cantando. Conozco personas que me dicen que las han escuchado”.

Mientras, Juana intenta que su obra sea reconocida y respetada. Cada día tiene más boleros, más guarachas, más sones, más canciones mexicanas. Sabe cuántos esfuerzos implica ser artista, pero tiene otras motivaciones que superan esos tormentos: “Esta es una nueva vida que yo no esperaba, una vida que se me ha llenado de amor con algo que me gusta”.

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