Niño Fony, todo un cantante de barrio
3 de noviembre de 2014
La dignidad plena de los seres humanos pasa por sus maneras de vivir, su visión del mundo y de inventarse en él. Partiendo de este parlamento no pretendo dar un discurso sobre la dureza de la vida y sus vicisitudes. Pero si valoro la capacidad de las personas de sobreponerse a situaciones límites. Así se acerca a mi mente, Lioviis Guerra, para el público y amigos: Niño Fony, exponente del reggae, reggae murphy y dancehall.
Inspirado por su músico de cabecera, el cantante de reggae jamaicano Sizzla, es portador de la esencia de un flow envidiado por los dioses del Olimpo. Su vida personal y artística son un maratón de optimismo, sacrifico y astucia, llena de encuentros y desencuentros, de una persona que sobrevive con la arrogancia de aferrarse a lo imposible.
Me tomo el atrevimiento de caracterizarlo como el clásico “rough boy” o “tipo duro” de barrio, con un talento particular para expresar mediante un vocabulario que no llega a ser vulgar, su realidad social tal y como es, cruda y a la vez auténtica. Con un natural sentido del humor -de ahí su seudónimo-, el cual en mi análisis, en muchas oportunidades sirve de comodín para ocultar sus deseos de maltratar la lírica con su poderosa voz. Es por ello que para entender su realidad, asumo el experimento que muchos utilizamos para escapar y sumergimos en un micro mundo surreal donde somos invencibles, también él lo hace. Niño Fony canaliza sus energías a través de la música.
Aplicando un escáner de libro me adentro en su vida. Sus primeros pasos en la música fueron en la rumba cuando era un adolescente en la “escuela al campo”, donde improvisaba coros para conseguir algo de comida extra. Me cuenta que por los años 1999-2000 estaba cantando en los conocidos Pum Pum, fiestas populares en los barrios santiagueros y se fue insertando con nuevos artistas. En ese espacio de tiempo conoce a Raper White con el que se unió para componer, de dónde salieron varios temas y poco a poco fueron reconocidos en la escena del hip hop como Batos Locos. Este grupo significó una especie de hermandad, donde las letras eran crudas al igual que la realidad social que circundaba a los artistas. El mismo Fony expresa: “La gente debe entender que en los barrios fuertes y marginales tienes que ganarte el respeto y la admiración de todos para que te sigan”.
Como Peter Pan en su tierra de Nunca Jamás, representa una realidad social rara vez tratada en los medios. Actúa como el oxígeno que llega a sus vías respiratorias encadenado a sus cuerdas vocales para exclamar que vive en un ”barrio sin ley”. Su esencia parte del reggae y el sentimiento con el cual transmite, y a su vez es una vía que le permite expresarse como todo un cronista social.
Con muchas dificultades trabajó en un disco denominado Guapo que no llegó a materializarse. Una oportunidad que encontró en la música para transmitir lo que pasa en las calles, en las casas, en los barrios. Le puso mucho corazón, pero no hubo una concentración total en lo que quería obtener. De ello nos comenta: “Cuando se está desarrollando una producción musical y no cuentas con el presupuesto necesario, tienes que vivir de favores. Muchas de las personas no le ponen el corazón para terminar el trabajo lo más rápido posible y conseguir un cliente de mayor presupuesto”.
Ha colaborado con Kola Loka, El Micha, entre otros, pero ha sido deslumbrado por muchos que prometieron y no cumplieron las “villas y castillas” a su carrera musical. En otras ocasiones fue utilizado por terceros en el truncado camino hacia el éxito que todo cantante decide emprender. Aun así lleva la esperanza de alcanzar el reconocimiento a nivel nacional e internacional, y compartir su música con los mejores exponentes del género. Anhelando además, que los nuevos artistas lo tengan como referencia para producir su propia música.
Actualmente trabaja con DJ Jigüe en la búsqueda de una sonoridad distinta para aprovechar su potencial y capacidad, en una versión organizada que busca los mecanismos para poner su obra a escrutinio del público.
Por lo menos a mí me ha convencido, sólo basta encontrar la fórmula ganadora que lo lance a la palestra como todo lo que es: “un auténtico cantante de barrio”.
Comentarios Dejar un comentario
3 de noviembre de 2014
La dignidad plena de los seres humanos pasa por sus maneras de vivir, su visión del mundo y de inventarse en él. Partiendo de este parlamento no pretendo dar un discurso sobre la dureza de la vida y sus vicisitudes. Pero si valoro la capacidad de las personas de sobreponerse a situaciones límites. Así se acerca a mi mente, Lioviis Guerra, para el público y amigos: Niño Fony, exponente del reggae, reggae murphy y dancehall.
Inspirado por su músico de cabecera, el cantante de reggae jamaicano Sizzla, es portador de la esencia de un flow envidiado por los dioses del Olimpo. Su vida personal y artística son un maratón de optimismo, sacrifico y astucia, llena de encuentros y desencuentros, de una persona que sobrevive con la arrogancia de aferrarse a lo imposible.
Me tomo el atrevimiento de caracterizarlo como el clásico “rough boy” o “tipo duro” de barrio, con un talento particular para expresar mediante un vocabulario que no llega a ser vulgar, su realidad social tal y como es, cruda y a la vez auténtica. Con un natural sentido del humor -de ahí su seudónimo-, el cual en mi análisis, en muchas oportunidades sirve de comodín para ocultar sus deseos de maltratar la lírica con su poderosa voz. Es por ello que para entender su realidad, asumo el experimento que muchos utilizamos para escapar y sumergimos en un micro mundo surreal donde somos invencibles, también él lo hace. Niño Fony canaliza sus energías a través de la música.
Aplicando un escáner de libro me adentro en su vida. Sus primeros pasos en la música fueron en la rumba cuando era un adolescente en la “escuela al campo”, donde improvisaba coros para conseguir algo de comida extra. Me cuenta que por los años 1999-2000 estaba cantando en los conocidos Pum Pum, fiestas populares en los barrios santiagueros y se fue insertando con nuevos artistas. En ese espacio de tiempo conoce a Raper White con el que se unió para componer, de dónde salieron varios temas y poco a poco fueron reconocidos en la escena del hip hop como Batos Locos. Este grupo significó una especie de hermandad, donde las letras eran crudas al igual que la realidad social que circundaba a los artistas. El mismo Fony expresa: “La gente debe entender que en los barrios fuertes y marginales tienes que ganarte el respeto y la admiración de todos para que te sigan”.
Como Peter Pan en su tierra de Nunca Jamás, representa una realidad social rara vez tratada en los medios. Actúa como el oxígeno que llega a sus vías respiratorias encadenado a sus cuerdas vocales para exclamar que vive en un ”barrio sin ley”. Su esencia parte del reggae y el sentimiento con el cual transmite, y a su vez es una vía que le permite expresarse como todo un cronista social.
Con muchas dificultades trabajó en un disco denominado Guapo que no llegó a materializarse. Una oportunidad que encontró en la música para transmitir lo que pasa en las calles, en las casas, en los barrios. Le puso mucho corazón, pero no hubo una concentración total en lo que quería obtener. De ello nos comenta: “Cuando se está desarrollando una producción musical y no cuentas con el presupuesto necesario, tienes que vivir de favores. Muchas de las personas no le ponen el corazón para terminar el trabajo lo más rápido posible y conseguir un cliente de mayor presupuesto”.
Ha colaborado con Kola Loka, El Micha, entre otros, pero ha sido deslumbrado por muchos que prometieron y no cumplieron las “villas y castillas” a su carrera musical. En otras ocasiones fue utilizado por terceros en el truncado camino hacia el éxito que todo cantante decide emprender. Aun así lleva la esperanza de alcanzar el reconocimiento a nivel nacional e internacional, y compartir su música con los mejores exponentes del género. Anhelando además, que los nuevos artistas lo tengan como referencia para producir su propia música.
Actualmente trabaja con DJ Jigüe en la búsqueda de una sonoridad distinta para aprovechar su potencial y capacidad, en una versión organizada que busca los mecanismos para poner su obra a escrutinio del público.
Por lo menos a mí me ha convencido, sólo basta encontrar la fórmula ganadora que lo lance a la palestra como todo lo que es: “un auténtico cantante de barrio”.
Comentarios Dejar un comentario
- No hay comentarios en este momento.