Arte callejero sin medidas



Los puedes encontrar en las paradas de los ómnibus, camino a tu casa o en la fachada de algún solar convertido en parqueo. Usados para expresar y comunicar un mensaje, el grafiti ha sobrevivido por décadas a través de imágenes o textos.

Aunque internacionalmente el grafiti se asocia al rap, en nuestra isla muchos no lo ven de esa manera. Este se ve desde un punto de vista más artístico aunque su desarrollo sea tan polémico o criticado como el hip hop en sí. Artistas de este género como Yimi Konclaze, los han usado en sus conciertos e incluso, en los mismos premios Puños Arriba se han usado como parte del escenario.

Con muchas características en común, el grafiti se unió al hip hop en las calles de Estados Unidos alrededor de la década del 70. En nuestro país se incorporó a los Festivales de Rap de Alamar y es identificado como uno de los cuatro elementos que conforman el hip hop. Varios artistas lo han usado como un medio de expresión a través de performances, y entre ellos tenemos al grupo PIB Crew.

También hay que destacar el trabajo meritorio del grupo OMNI, proyecto artístico socio-comunitario del municipio de Alamar, e integrado por varios artistas que mezclan diferentes ramas del arte como son la poesía, la música y la pintura, quienes han sido uno de los defensores de este arte, el grafiti. Si bien han realizado varios trabajos en numerosas instalaciones, entre las que se encuentra el mismísimo Anfiteatro de Alamar, sede de los Festivales de Rap, también han expuesto su arte en lugares al aire libre como alguna que otra parada de ómnibus en su municipio.

Para los grafiteros realizar su trabajo no es tarea fácil. Es un trabajo que no cuenta con una remuneración económica a menos que lo usen a través de las artes plásticas y la falta de recursos para este arte es muy grande, empezando por la titánica misión de conseguir los materiales para realizarlo. En este sentido los problemas económicos son bastante complejos de ignorar. Las pinturas y los sprays son muy difíciles de conseguir y no hablemos del “lienzo” (paredes en blanco) que usan para expresar sus ideas que no siempre están disponibles porque el Estado es quien rige y cuida dichas paredes y por supuesto, esto hace el trabajo de los grafiteros un tanto más complejo. A pesar de todo, estos artistas se abren caminos y logran completar creaciones con un nivel artístico increíble. Para ellos, ver su mensaje expuesto al mundo es un sueño hecho realidad.

Recientemente tuve la oportunidad de ver el trabajo que realizara uno de estos jóvenes en la fachada lateral de la Casa de Cultura de Playa, en Ciudad Habana. Usando cuerdas para colgarse o de cuclillas frente a la pared, este artista fue capaz de reflejar su arte a la vista de todos. Compartí pocas palabras con él y aunque prefirió permanecer en el anonimato, sí expresó su desencanto ante los pocos recursos y las muchas prohibiciones que enfrentan estos artistas. “El primer problema es que no podemos pintar en las paredes que queramos y eso es un freno para expresarnos.”

Como en todo arte, existen sus pros y sus contras, aunque en este caso lo último tiene mayor peso, estos artistas siguen recorriendo calles con su mochila llena de sprays y pinturas. Asociados al hip hop, o no, quizás la próxima vez que veamos un grafiti, nos detengamos y lo apreciemos con otro punto de vista, con el punto de vista del arte.

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