Señales, y no de humo



Ya los conocía, había oído hablar de ellos y había compartido en uno que otro ensayo antes de escucharlos y verlos actuar en un espacio con público presente. Señales es un proyecto algo excepcional. En el escenario se desenvuelven como si fueran una agrupación con muchos años de experiencia, y el desenfado al interactuar con los presentes, el atino al momento de su ejecución musical denota una pasión natural por la música.

Señales es el nombre de una cofradía de jóvenes que viven por la música, que han logrado una fusión de ritmos cubanos y extranjeros digna de admirar por el más conocedor de los críticos de la música.

La alineación está compuesta por Geisel Acosta Iglesias como percusionista, Joel Enrique Carralero Cárdenas en la guitarra bajo, Ridel Meriño Rivero como guitarra prima, y bajo la guía de su voz líder Alberto Arias Urquiola.

Una filosofía interesante y de alguna manera única en estos predios orientales es la base para una creación musical que conforma un diapasón amplio que no se basa en estereotipos ya preestablecidos por la escena musical nacional.

“Un ritmo imparable, un texto sugerente y una sonoridad cubano-latinoamericana y caribeña, es nuestra manera de combinar todo el idioma individual de cada músico. A mi entender esto hace de nuestra obra, una propuesta auténtica. Dios nos concibió diferentes gustos, idiomas, colores, razas, tamaños, formas. Entre nosotros no pueden ver, oír, hablar, caminar, amar, llorar, sentir, perdonar, golpear, acariciar, jugar, cantar, estos elementos permiten que la población reciban y den señales que no son más que símbolos en lugar de palabras, para cultivar la música tradicional cubana”.

Para Alberto Arias (Tico), que su proyecto comparta escenario con grandes de la trova tunera como Freddy Laffita, Norge Batista, o agrupaciones establecidas como Kereya, más que un orgullo es una manera de darse a conocer y probarse a sí mismos.

“Cada actuación es única, siempre hay que salir como si fuera la primera y la última vez. El público es el que merece nuestro respeto, para ellos trabajamos, al final son los que mantienen un proyecto”.

Un repertorio amplio, donde funciona todo tipo de ritmos foráneos como el rock, funk, hip hop o el pop con lo más genuino de nuestras raíces musicales, acompañado además con una sugerente manera de comunicación que parte desde las composiciones hasta la proyección escénica, se han convertido en los puntos fuertes para atraer una gran cantidad de seguidores hasta hoy.

“Nuestro proyecto puede verse en forma de una onda que toma valores en cualquier lugar dentro de un intervalo de tiempo. Las diversas culturas fomentan efectos objetivos en la fragmentación parcial de nuestra estructura musical, que no es más que la suma de las distorsiones o intermitencias interpersonales de cada uno, estas aunque aparenten cambiar su significado, no son mensajes contradictorios, sino más ceñidos a nuestras tradiciones”.

Tito posee una formación de nivel elemental de la Escuela Vocacional de Arte “El Cucalambé”, en la especialidad de guitarra. Además, tiene también nivel medio en la Escuela Profesional de Arte “Manuel Muñoz Cedeño”, en actuación. Según él, ambas especialidades se han complementado muy bien en su gran pasión: la música. La actuación lo ayuda a ser más libre en el escenario mientras canta, y esta energía es la que trata de transmitir al resto de sus músicos.

Para la fecha, los muchachos de Señales están inmersos en la grabación de lo que sería su primer demo, producción en la que están poniendo todo su empeño y buenas energías. La importancia de lograr ese producto promocional es fundamental para seguir avanzando en su crecimiento profesional. Otro proyecto importante en el que están enrolados según su director Tito, es una gira por todos los centros universitarios de la provincia, hecho del cual PMU estará atento para reseñarlos.

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