Entre lienzos y acordes nace Black Painting



Hace poco más de tres semanas tuve el privilegio de acudir a un concierto formidable con la única banda de reggae de la zona oriental y una de las pocas en el país. El evento patrocinado por PMU y realizado para promover el trabajo de la agrupación musical Sangre de Reggae, se materializó en una las rotondas emblemáticas de la periferia de la ciudad de Santiago de Cuba: La Raspadura.

No recordaba antes de ese día, la última vez que vi tantas personas esperando un concierto de barrio y para el barrio. Pero no es exactamente de lo que allí sucedió que me dispongo a escribir.

Entre el público heterogéneo, deseoso de bailar y escuchar la música de Sangre de Reggae, descubrí a un joven músico con una historia peculiar que hoy quiero compartir y dónde mejor que en esta revista.

Lo escuché de casualidad cuando trataba de explicarle a un amigo en común y en medio de un audio potente, las ideas para su primer disco. Sin mucho protocolo y con muchas ganas de conocer su trabajo, le pedí una entrevista que aquí les va, otra de tantas historias de un músico underground.

Al comenzar la entrevista a Luis Ernesto Salazar Gonzáles, hice una pregunta obligada cuando de promoción artística se trata, ¿Cuál es tu nombre artístico? “Black Painting”, me respondió. Su respuesta me hizo reelaborar la segunda pregunta, pues sin tener mucho conocimiento del idioma universal entendí que se nombraba: Pintura Negra o Pintor Negro.

¿Tiene esto algo que ver la pintura?. Una risa de orgullo me confirmó la respuesta antes de emitir algún sonido. Pero no tardó en explicarme el porqué de su nombre artístico. “Realmente mi formación profesional no es la música. Desde pequeño tenía muchas inquietudes artísticas y las comencé a canalizar por el arte de la pintura. Tuve la suerte de estudiar 4 años en la escuela de arte y me gradué de diseñador gráfico y pintura”.

Pero la experimentación en el arte de la representación gráfica no le fue suficiente para expresarse como ser social. Un día, imbuido en la utilización de pigmentos, formas, composición y color, sintió una extraña sensación que lo transportaba a otra dimensión. Comenzó a sentir la capacidad de traducir los trazos de su pintura en música. “Yo he sentido que pintando me viene por la venas música. Puedo convertir las imágenes del lienzo en música. Me dejo llevar por la inspiración y ahora es más que una simple emoción, es una necesidad”. Quise abundar en esta impresión, pero es algo que no se puede explicar más allá de la acción en sí misma.

Arrastrado por su necesidad espiritual y por la fuerte tradición musical santiaguera, aquella trovadoresca que conocemos y las menos difundidas como las más urbanas y underground, Black Painting irrumpe en el escena del reggae en el año 2010. Nunca antes se había parado delante de tantas personas. Su forma de expresión había sido hasta entonces en la soledad de un estudio y con las paredes como principal testigo del acto de creación artística.

Aun así, cuando el miedo escénico lo hacía dudar: “Decidí aprovechar la oportunidad que me dio Candiman (precursor del reggae murphy en Cuba), para ese entonces un amigo inseparable. Lo veía escribir y me fue incentivando. Cuando vine a ver estaba tan comprometido que un día en el 2010 en pleno carnaval, me subí a una tarima y canté las primeras de mis canciones, aún sin nombre pues la había acabado de componer. Sentí el apoyo del público, eso fue importante para tomar la decisión de seguir cantando”.

Y siguió cantando hasta hoy, refugiado en la sonoridad sublime del reggae como plataforma esencial para llevar un mensaje y librar su espíritu. “Cuando pequeño oía radio Jamaica. No entendía lo que hablaban, pero me encantaba el ritmo. Yo creo que puedo hacer todo tipo de música, pero amo el reggae, me permite sacar sentimientos y palabras, me hace más fácil hacer este discurso”. Un discurso matizado por los problemas cotidianos en su andar y las polémicas raciales de la Cuba de hoy. Temas que serán protagonistas de su primer disco que ya está en proceso.

¿Aspiraciones en la música? “Sí muchas, tanto así que pudiera parecer ambicioso. Quisiera que todas las personas hasta en el último rincón del planeta escucharan mi melodía, que quizás no sea perfecta, pero es con sentimiento. Siempre todo artista quiere y necesita un reconocimiento. No es un arsenal de dinero lo que me interesa, es que mis canciones se escuchen, como poco a poco se han ido escuchando porque sigo esforzándome por hacerlo cada día mejor”.

¿Llegará? De eso se ocupará el destino. De momento, una estrella por descubrir que ya Usted conoce gracias a la acertada existencia de PMU.

Atrás


Comentarios   Dejar un comentario
No hay comentarios en este momento.