La chica rapera
15 de diciembre de 2014
Todo comenzó cuando se formó un pequeño grupo de rap integrado por Freddy, Rafael y Claudia, muchachos de la barriada de Alamar. Claudia, quién gustó siempre de la música romántica, se resistió al principio a incorporarse al mismo hasta que su hermano Rafael y líder de la agrupación, logró convencerla y le mostró la magia que puede existir dentro de este tipo de género. Con ayuda de un amigo consiguieron grabar algunos backgrounds. Componían sus propios números musicales, la mayoría de carácter social, y se presentaban en reuniones y peñas casi todas en Alamar. Poco a poco el interés de la muchacha por el rap aumentó y comenzó no sólo a rapear, sino también a componer canciones. Se convirtió entonces en una de las pocas chicas jóvenes amantes de este género.
Sucedió entonces que Rafael fue llamado a las filas del Servicio Militar Obligatorio. Como era el director de la agrupación, ésta se disolvió tan rápidamente como había comenzado, pues Freddy, el otro integrante, perdió el interés de continuar en el grupo. Las circunstancias y el momento no fueron los adecuados y prácticamente la vida les impuso separarse apenas en sus comienzos musicales.
No obstante, Claudia Suárez, más conocida como “La chica rapera”, continuó incursionando en el género del cual ya se había enamorado.
PMU: ¿Qué sucedió con la música romántica?
Claudia: Pues nada, no ha dejado de gustarme, pero el rap me fascina. Puedo reflejar a través de él la realidad social que estoy viviendo. Me gusta componer canciones que denuncien problemas que existen actualmente en nuestra sociedad y que nos afectan muchísimo, en algunos casos hasta propongo soluciones.
Nunca he sido una chica común y corriente. Desde pequeña me encantaba componer canciones y cantarlas, sobre todo del género romántico, siempre he sido muy observadora de toda la realidad que me rodea. Actualmente tengo 23 años, no estudié música en ningún lugar y aunque mis amigos dicen que mis compases y acordes no son muy convencionales, he visto con agrado que tienen una gran aceptación y eso es lo que me importa. No pretendo lograr la fama tanto, como sí la realización personal. Nada como saber que has logrado tus metas luchando diariamente. Adoro el baile, los diferentes ritmos, los acordes musicales y todo lo que de la música proviene, sin importar el género, pero me inclino más por el rap en estos momentos.
PMU: ¿Formas parte de alguna agrupación?
Claudia: No, pero me gustaría formar mi propio grupo y dejar fluir la música que tanto me eleva. Pero soy algo perfeccionista, dicen algunos que muy exigente y hasta ahora no me cuadra nada ni nadie, al decir de los cubanos, con los que pueda formar una agrupación que exprese lo que quiero decir.
PMU: ¿Cuál es tu proyecto inmediato?
Claudia: Seguir componiendo música y presentarme donde me quieran escuchar. También encontrar un trabajo que me permita ganar algún dinero que me resuelva el cotidiano vivir, pues aunque mis padres me ayudan, no es justo vivir recostada a ellos, debo depender de mi misma. El tiempo libre quiero dedicarlo a la música y al baile, mis grandes pasiones. No me interesa la comercialización de mi arte, sólo saber que tengo un público que le agrada lo que hago y que le encuentra un sentido lógico a lo que quiero decir con mi música.
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15 de diciembre de 2014
Todo comenzó cuando se formó un pequeño grupo de rap integrado por Freddy, Rafael y Claudia, muchachos de la barriada de Alamar. Claudia, quién gustó siempre de la música romántica, se resistió al principio a incorporarse al mismo hasta que su hermano Rafael y líder de la agrupación, logró convencerla y le mostró la magia que puede existir dentro de este tipo de género. Con ayuda de un amigo consiguieron grabar algunos backgrounds. Componían sus propios números musicales, la mayoría de carácter social, y se presentaban en reuniones y peñas casi todas en Alamar. Poco a poco el interés de la muchacha por el rap aumentó y comenzó no sólo a rapear, sino también a componer canciones. Se convirtió entonces en una de las pocas chicas jóvenes amantes de este género. Sucedió entonces que Rafael fue llamado a las filas del Servicio Militar Obligatorio. Como era el director de la agrupación, ésta se disolvió tan rápidamente como había comenzado, pues Freddy, el otro integrante, perdió el interés de continuar en el grupo. Las circunstancias y el momento no fueron los adecuados y prácticamente la vida les impuso separarse apenas en sus comienzos musicales.
No obstante, Claudia Suárez, más conocida como “La chica rapera”, continuó incursionando en el género del cual ya se había enamorado.
PMU: ¿Qué sucedió con la música romántica?
Claudia: Pues nada, no ha dejado de gustarme, pero el rap me fascina. Puedo reflejar a través de él la realidad social que estoy viviendo. Me gusta componer canciones que denuncien problemas que existen actualmente en nuestra sociedad y que nos afectan muchísimo, en algunos casos hasta propongo soluciones.
Nunca he sido una chica común y corriente. Desde pequeña me encantaba componer canciones y cantarlas, sobre todo del género romántico, siempre he sido muy observadora de toda la realidad que me rodea. Actualmente tengo 23 años, no estudié música en ningún lugar y aunque mis amigos dicen que mis compases y acordes no son muy convencionales, he visto con agrado que tienen una gran aceptación y eso es lo que me importa. No pretendo lograr la fama tanto, como sí la realización personal. Nada como saber que has logrado tus metas luchando diariamente. Adoro el baile, los diferentes ritmos, los acordes musicales y todo lo que de la música proviene, sin importar el género, pero me inclino más por el rap en estos momentos.
PMU: ¿Formas parte de alguna agrupación?
Claudia: No, pero me gustaría formar mi propio grupo y dejar fluir la música que tanto me eleva. Pero soy algo perfeccionista, dicen algunos que muy exigente y hasta ahora no me cuadra nada ni nadie, al decir de los cubanos, con los que pueda formar una agrupación que exprese lo que quiero decir.
PMU: ¿Cuál es tu proyecto inmediato?
Claudia: Seguir componiendo música y presentarme donde me quieran escuchar. También encontrar un trabajo que me permita ganar algún dinero que me resuelva el cotidiano vivir, pues aunque mis padres me ayudan, no es justo vivir recostada a ellos, debo depender de mi misma. El tiempo libre quiero dedicarlo a la música y al baile, mis grandes pasiones. No me interesa la comercialización de mi arte, sólo saber que tengo un público que le agrada lo que hago y que le encuentra un sentido lógico a lo que quiero decir con mi música.
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