El arte es una necesidad
12 de enero de 2015
Pocos son los espacios musicales independientes activos en La Habana. La nula comprensión e interés del gobierno limita la realización de conciertos en locales alternativos. Sólo un puñado de dueños de restaurantes privados, las llamadas paladares, brindan oportunidad al arte emergente y a la escena underground.
Emilio Alejandro, técnico de sonido y colaborador en varias descargas underground, conversó con PMU sobre el tema: “No recibo beneficio alguno por mi trabajo. Amo la buena música, principalmente el jazz. Los que abogamos por el arte independiente no tenemos autonomía y se nos limitan las posibilidades de acción. Cuando organizamos alguna actividad siempre tenemos muchos problemas para lograr los mínimos requerimientos técnicos. Casi ningún artista underground posee un sistema de audio, los que existen son caseros o muy viejos y tenemos que hacer magia con lo que tengamos. Es duro logarlo, pero mi principal interés es que el público se sienta satisfecho con la calidad de lo que escucha”.
“La escena underground está ajena a la marginalidad y creo que a casi todos los artistas les va mejor con un perfil bajo y no pertenecer a empresa alguna, pues sólo sirven para imponer trabas. Se puede ser underground y a la vez profesional”.
Yadira Otero, presentadora y colaboradora del Puente Musical a Buena Hora, también nos regaló sus impresiones: “Damos rienda suelta al buen gusto. Es muy difícil que algún músico nos falle cuando lo convocamos. De hecho la mayoría se comunica con nosotros para proponernos su participación. Nuestro nivel de exigencia es bien alto pues sólo aceptamos aquellos que han ganado prestigio en la escena underground o que vengan respaldados por otro músico que sea de confianza”.
“Nuestro criterio de aceptación se basa en la calidad del artista y no en su fama, su dinero o en sus bien ubicadas relaciones amistosas. Para tocar aquí hay que ser bueno de verdad y no enviar un mensaje rudo o grosero”.
“Nos hemos dado el lujo de rechazar varias propuestas de músicos que ahora mismo están pegados en los hits parade simplemente porque no se adecuan al perfil estilístico del espacio o tienen compromisos con instituciones culturales”.
“Estar en nuestro proyecto sirve de promoción para aquellos que comienzan. Nos interesa que el mensaje de los artistas llegue al mayor número de personas, no nos importa si es a favor del gobierno o no. Deseamos que se conozca su desempeño y combatimos el oficialismo. Lo que provoca el rechazo de los dirigentes hacia nosotros es que no nos vinculamos con política”.
“Sabemos que somos uno de los pocos espacios que existen y por tanto haremos todo lo posible por mantenernos sin hacer concesiones. El que viene aquí sabe que esto es un territorio libre de mediocridad y chabacanería. La excelencia es nuestro sello”.
“Siempre estamos limitados porque no tenemos recursos suficientes, todo es autogestionado. Los músicos deben aportarlo todo y gracias a una gestión conjunta no se cobra la entrada. Varias veces nos han querido censurar, pero el mismo público lo ha evitado”.
“Es un empeño noble porque le brindamos espacio a esa mayoría de artistas que se presentan poco en nuestro país. Creo que esta es una de las mejores opciones disponibles para la tarde de sábado. Es muy interesante pertenecer a este proyecto porque me brinda un conocimiento vasto sobre lo que está ocurriendo con la música cubana y también de otras manifestaciones por el público que viene. A veces la mayoría de los asistentes son intelectuales, entre los asiduos tenemos a diseñadores, pintores, actores y músicos que vienen a mirar a sus colegas. Siempre hay un comentario, una valoración y opinión oportuna por parte de los que asisten”.
“Muchos se sienten parte de este proyecto cultural y esa es la clave del éxito, es lo que siempre tratamos de defender. Queremos crear una campaña para que se abran esos lugares que el cubano de a pie no puede conocer por lo cara que cuesta la entrada”.
Yaíma Machado, entusiasta de la escena underground expresó: “La existencia de lo underground en Cuba nos brinda una vía de acercamiento a lo popular con la efectividad, calidad y el respeto requerido que permiten otorgar a la música una nueva y refrescante dimensión, muy distante de la que quiere mostrar el gobierno. Veo a este movimiento creciendo más y más todos los días”.
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12 de enero de 2015
Pocos son los espacios musicales independientes activos en La Habana. La nula comprensión e interés del gobierno limita la realización de conciertos en locales alternativos. Sólo un puñado de dueños de restaurantes privados, las llamadas paladares, brindan oportunidad al arte emergente y a la escena underground.
Emilio Alejandro, técnico de sonido y colaborador en varias descargas underground, conversó con PMU sobre el tema: “No recibo beneficio alguno por mi trabajo. Amo la buena música, principalmente el jazz. Los que abogamos por el arte independiente no tenemos autonomía y se nos limitan las posibilidades de acción. Cuando organizamos alguna actividad siempre tenemos muchos problemas para lograr los mínimos requerimientos técnicos. Casi ningún artista underground posee un sistema de audio, los que existen son caseros o muy viejos y tenemos que hacer magia con lo que tengamos. Es duro logarlo, pero mi principal interés es que el público se sienta satisfecho con la calidad de lo que escucha”.
“La escena underground está ajena a la marginalidad y creo que a casi todos los artistas les va mejor con un perfil bajo y no pertenecer a empresa alguna, pues sólo sirven para imponer trabas. Se puede ser underground y a la vez profesional”.
Yadira Otero, presentadora y colaboradora del Puente Musical a Buena Hora, también nos regaló sus impresiones: “Damos rienda suelta al buen gusto. Es muy difícil que algún músico nos falle cuando lo convocamos. De hecho la mayoría se comunica con nosotros para proponernos su participación. Nuestro nivel de exigencia es bien alto pues sólo aceptamos aquellos que han ganado prestigio en la escena underground o que vengan respaldados por otro músico que sea de confianza”.
“Nuestro criterio de aceptación se basa en la calidad del artista y no en su fama, su dinero o en sus bien ubicadas relaciones amistosas. Para tocar aquí hay que ser bueno de verdad y no enviar un mensaje rudo o grosero”.
“Nos hemos dado el lujo de rechazar varias propuestas de músicos que ahora mismo están pegados en los hits parade simplemente porque no se adecuan al perfil estilístico del espacio o tienen compromisos con instituciones culturales”.
“Estar en nuestro proyecto sirve de promoción para aquellos que comienzan. Nos interesa que el mensaje de los artistas llegue al mayor número de personas, no nos importa si es a favor del gobierno o no. Deseamos que se conozca su desempeño y combatimos el oficialismo. Lo que provoca el rechazo de los dirigentes hacia nosotros es que no nos vinculamos con política”.
“Sabemos que somos uno de los pocos espacios que existen y por tanto haremos todo lo posible por mantenernos sin hacer concesiones. El que viene aquí sabe que esto es un territorio libre de mediocridad y chabacanería. La excelencia es nuestro sello”.
“Siempre estamos limitados porque no tenemos recursos suficientes, todo es autogestionado. Los músicos deben aportarlo todo y gracias a una gestión conjunta no se cobra la entrada. Varias veces nos han querido censurar, pero el mismo público lo ha evitado”.
“Es un empeño noble porque le brindamos espacio a esa mayoría de artistas que se presentan poco en nuestro país. Creo que esta es una de las mejores opciones disponibles para la tarde de sábado. Es muy interesante pertenecer a este proyecto porque me brinda un conocimiento vasto sobre lo que está ocurriendo con la música cubana y también de otras manifestaciones por el público que viene. A veces la mayoría de los asistentes son intelectuales, entre los asiduos tenemos a diseñadores, pintores, actores y músicos que vienen a mirar a sus colegas. Siempre hay un comentario, una valoración y opinión oportuna por parte de los que asisten”.
“Muchos se sienten parte de este proyecto cultural y esa es la clave del éxito, es lo que siempre tratamos de defender. Queremos crear una campaña para que se abran esos lugares que el cubano de a pie no puede conocer por lo cara que cuesta la entrada”.
Yaíma Machado, entusiasta de la escena underground expresó: “La existencia de lo underground en Cuba nos brinda una vía de acercamiento a lo popular con la efectividad, calidad y el respeto requerido que permiten otorgar a la música una nueva y refrescante dimensión, muy distante de la que quiere mostrar el gobierno. Veo a este movimiento creciendo más y más todos los días”.
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