Levantando la mirada y buscando el horizonte



La batería lo es todo para este joven y talentoso músico, el estilo urbano es su favorito en su quehacer musical. Alejandro, su nombre real, es símbolo de grandeza y superación artística. Desde pequeño aprendió a tocar los timbales, y desde joven se interesó por la percusión y la batería. En sus comienzos pasó por varias agrupaciones de aficionados, pero al final se estableció con el cuarteto del cual forma parte hoy, denominado Tono-Habana, o mejor conocido como T-Habana.

El Yaki, como le llaman sus allegados, es un consumidor de música underground al que le interesan los géneros afroamericanos y caribeños, el rap, funk y el reggae. El músico ha compuesto algunos temas para su agrupación y aunque no es el vocal, sí que tiene un rol muy activo dentro de T-Habana, porque muchas veces dirige y supervisa el trabajo de su equipo, así como también participa en los arreglos musicales.

La conformación de este cuarteto, así como la grabación de su primer disco, fue toda una odisea. Los chicos carecían de medios y recursos para completar su indumentaria musical. “Sólo contábamos con una batería vieja y una guitarra. En las presentaciones muchas veces dependíamos de los implementos que ofreciera el local o centro que nos acogiese. La imposibilidad de adquirir un piano y una guitarra eléctrica, muchas veces jugaba en contra de nosotros. Lo que más nos dolía eran los contratos que se veían afectados en determinadas condiciones por utilizar los instrumentos del local o tener que alquilarlos”.

Muchos administradores de clubes y centros nocturnos les facilitaban los implementos, pero con intereses y desniveles en el pago. La cuota para el jefe o prácticamente el dueño del local, era muy diferente a la dada a los artistas, algo que se ve mucho en el contrato de novatos o artistas poco reconocidos. Esto no desanimó a los jóvenes de T-Habana que supieron sobreponerse a la adversidad y la dureza de este mundo de farándula.

Con el sacrificio y empeño de estos jóvenes, el grupo fue avanzando y prosperando hasta conseguir sus propios instrumentos. “Teniendo el team bien habilitado, ya estábamos listos para actuar con más autonomía y seguridad. El cuarteto estaba completo material y espiritualmente, por lo que nos dimos a la tarea de preparar lo que sería nuestro primer disco. Aunque llevábamos tres años de formado, nuestro repertorio sólo recogía un total de trece canciones propias y unas seis o siete adaptadas a nuestro estilo”.

El titulo escogido para el disco fue La Habana a Tono, una idea del propio Yaki. El disco fue hecho dentro de un pequeño formato que incluye sólo ocho temas creados por la propia agrupación. Su estilo complace a la música urbana por su mezcla a lo underground con un matiz puramente latino y cubano.

Los chicos están ansiosos por lanzar este disco a través de una gira nacional por sus propios recursos y gestiones, que es casi una locura para ellos, pero están dispuestos a propagar su trabajo, “es que la adversidad es algo que nos impulsa a seguir adelante, es un toque de adrenalina que nos hace levantar la mirada y buscar el horizonte”.

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