Rapeando con Mario
16 de febrero de 2015
Mario Vázquez vive en Alamar, municipio habanero que muchos consideran territorio insigne de la cultura hip hop en Cuba, y en especial de su manifestación musical, el rap. No sabemos si por contagio ambiental o por impulso generacional, este joven ha volcado toda su energía artística en cultivar el adictivo ritmo. “Desde niño es una música que me caló hasta los mismos tuétanos. Imagínese vivir en Alamar y ser joven, y no dejarse arrastrar por el rap”.
El currículo artístico de Mario no es muy diferenciable, por su brevedad y escenarios recorridos, a otros tantos jóvenes cultivadores del rap que como él han buscado y encontrado en esa música un medio de expresión con el cual poder establecer nexos de comunicación y retroalimentación entre sus mundos de inquietudes artísticas y sociales con un público ávido de absorber una nueva manera de decir y de escuchar.
El anfiteatro y la Casa de la Cultura de Alamar fueron sitios donde Mario dio sus primeros pasos dentro de la música. En esas sedes, entre erizados nervios, sustos y una fuerte dosis de miedo escénico, el joven sintió la inaugural recompensa del aplauso entregado por un público que rebasaba en número y exigencia al que hasta entonces solamente componían amigos y familiares.
Mario: En realidad, el Anfiteatro y la Casa de la Cultura de Alamar han sido los lugares más importantes en donde me he presentado hasta ahora. En ellos me siento como en mi casa, me muevo con facilidad y la rima del rapeo que al principio por los nervios se me hacía tropezona, ahora sale solita. Como Dios manda, no me dejo de ver en otros lados, con más onda, que me den más caché como artista, usted sabe, pero eso sí, Alamar es Alamar y aquí el rapeo a lo cubano se disfruta de verdad.
PMU: Sería interesante saber cómo llegaste al rap.
Mario: ¡Ah, esa es otra historia! Ya le dije que es algo que me cuadra desde niño. Vivir en el agua y no mojarse es muy difícil. Si Usted me pregunta por qué soy músico le respondería que no sé, pero si me pregunta por qué soy rapero le diría que es la manera que tengo para decir lo que siento musicalmente, y no solamente con mi voz, sino con todo mi cuerpo.
Un día, mi hermano que también vive el rap, me llevó a un concierto de Los Aldeanos y a partir de ese momento comencé a soñar con actuar y cantar como Aldo, y me convencí de que alrededor del rap giraría mi carrera como artista. Claro, no soy adivino y no puedo ver lo que pasará mañana, pero lo que es hoy apuesto todo porque seguiré en esta onda.
PMU: ¿Sueñas en convertirte en un profesional y vivir de la música, del rap?
Mario: En la vida real, pocas veces sueño y cuando lo hago no recuerdo ni con quién ni con qué. Simplemente me programo no como autómata, sino como ser humano que no deja de tener aspiraciones, y aunque no soy más papista que el Papa, estoy convencido que el rap genuino es el que está en la calle, en las esquinas, en el barrio, digamos que hasta en conciertos al aire libre, o en una descarga en anfiteatro, o en la casa de la cultura, siempre que no me controlen lo que digo y como lo digo. Y aquí es donde se traba el paragua. Una cosa es lo que piensa el borracho y otra el cantinero.
Con contadas excepciones, la poca ayuda que te ofrecen las instituciones para organizar un concierto están acondicionadas al “hasta aquí y no más allá” de qué manera. Entonces, hacernos cargo de organizarlos nosotros, los espontáneos, los que sí soñamos con los ojos abiertos, los que apenas tenemos recursos para mantener los destartalados instrumentos, vestirnos acorde a la imagen y hasta auto-promocionarnos, nosotros los que para rapear tenemos que raspar la vida.
Lamentablemente en nuestra sociedad no existen opciones para escoger, escasamente dos, o con nosotros o contra nosotros. Por eso mi alternativa es seguir viviendo para la música y no vivir de ella. No cejaré en mi empeño de ser buen rapero pues en mis canciones digo honestamente todo lo que siento y pienso del entorno que me rodea, sin importarme las consecuencias.
PMU: Pero, al menos, ¿tienes algún disco en mente?
Mario: No, aún no. guardo varias canciones aún inéditas, pero todavía no he podido grabarlas. Realizo mis propios backgrounds en casa de amigos que me tiran un cabo. Estoy trabajando en conjunto con Omni Zona Franca para ver si sacamos un single. “
PMU: ¿En quién piensas cuando logras algo bueno dentro de la música?
Mario: En mi mamá, que tanto apoyo me dio cuando todos veían el rap y mi vocación de rapero como algo mediocre y bajo. Ella siempre creyó en mí.
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16 de febrero de 2015
Mario Vázquez vive en Alamar, municipio habanero que muchos consideran territorio insigne de la cultura hip hop en Cuba, y en especial de su manifestación musical, el rap. No sabemos si por contagio ambiental o por impulso generacional, este joven ha volcado toda su energía artística en cultivar el adictivo ritmo. “Desde niño es una música que me caló hasta los mismos tuétanos. Imagínese vivir en Alamar y ser joven, y no dejarse arrastrar por el rap”. El currículo artístico de Mario no es muy diferenciable, por su brevedad y escenarios recorridos, a otros tantos jóvenes cultivadores del rap que como él han buscado y encontrado en esa música un medio de expresión con el cual poder establecer nexos de comunicación y retroalimentación entre sus mundos de inquietudes artísticas y sociales con un público ávido de absorber una nueva manera de decir y de escuchar.
El anfiteatro y la Casa de la Cultura de Alamar fueron sitios donde Mario dio sus primeros pasos dentro de la música. En esas sedes, entre erizados nervios, sustos y una fuerte dosis de miedo escénico, el joven sintió la inaugural recompensa del aplauso entregado por un público que rebasaba en número y exigencia al que hasta entonces solamente componían amigos y familiares.
Mario: En realidad, el Anfiteatro y la Casa de la Cultura de Alamar han sido los lugares más importantes en donde me he presentado hasta ahora. En ellos me siento como en mi casa, me muevo con facilidad y la rima del rapeo que al principio por los nervios se me hacía tropezona, ahora sale solita. Como Dios manda, no me dejo de ver en otros lados, con más onda, que me den más caché como artista, usted sabe, pero eso sí, Alamar es Alamar y aquí el rapeo a lo cubano se disfruta de verdad.
PMU: Sería interesante saber cómo llegaste al rap.
Mario: ¡Ah, esa es otra historia! Ya le dije que es algo que me cuadra desde niño. Vivir en el agua y no mojarse es muy difícil. Si Usted me pregunta por qué soy músico le respondería que no sé, pero si me pregunta por qué soy rapero le diría que es la manera que tengo para decir lo que siento musicalmente, y no solamente con mi voz, sino con todo mi cuerpo.
Un día, mi hermano que también vive el rap, me llevó a un concierto de Los Aldeanos y a partir de ese momento comencé a soñar con actuar y cantar como Aldo, y me convencí de que alrededor del rap giraría mi carrera como artista. Claro, no soy adivino y no puedo ver lo que pasará mañana, pero lo que es hoy apuesto todo porque seguiré en esta onda.
PMU: ¿Sueñas en convertirte en un profesional y vivir de la música, del rap?
Mario: En la vida real, pocas veces sueño y cuando lo hago no recuerdo ni con quién ni con qué. Simplemente me programo no como autómata, sino como ser humano que no deja de tener aspiraciones, y aunque no soy más papista que el Papa, estoy convencido que el rap genuino es el que está en la calle, en las esquinas, en el barrio, digamos que hasta en conciertos al aire libre, o en una descarga en anfiteatro, o en la casa de la cultura, siempre que no me controlen lo que digo y como lo digo. Y aquí es donde se traba el paragua. Una cosa es lo que piensa el borracho y otra el cantinero.
Con contadas excepciones, la poca ayuda que te ofrecen las instituciones para organizar un concierto están acondicionadas al “hasta aquí y no más allá” de qué manera. Entonces, hacernos cargo de organizarlos nosotros, los espontáneos, los que sí soñamos con los ojos abiertos, los que apenas tenemos recursos para mantener los destartalados instrumentos, vestirnos acorde a la imagen y hasta auto-promocionarnos, nosotros los que para rapear tenemos que raspar la vida.
Lamentablemente en nuestra sociedad no existen opciones para escoger, escasamente dos, o con nosotros o contra nosotros. Por eso mi alternativa es seguir viviendo para la música y no vivir de ella. No cejaré en mi empeño de ser buen rapero pues en mis canciones digo honestamente todo lo que siento y pienso del entorno que me rodea, sin importarme las consecuencias.
PMU: Pero, al menos, ¿tienes algún disco en mente?
Mario: No, aún no. guardo varias canciones aún inéditas, pero todavía no he podido grabarlas. Realizo mis propios backgrounds en casa de amigos que me tiran un cabo. Estoy trabajando en conjunto con Omni Zona Franca para ver si sacamos un single. “
PMU: ¿En quién piensas cuando logras algo bueno dentro de la música?
Mario: En mi mamá, que tanto apoyo me dio cuando todos veían el rap y mi vocación de rapero como algo mediocre y bajo. Ella siempre creyó en mí.
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