Se decidió a los 'tá



Nunca es tarde si la dicha es buena, dice un viejo refrán. Cualquier edad es la óptima para emprender un proyecto si se cuenta con la energía, la paciencia y la seguridad necesarias para romper trabas y estereotipos. Eddy Martínez decidió a la magnífica edad de treinta años comenzar casi de cero su carrera musical.

Trabajaba en la agencia constructora y de restauración de la Oficina del Historiador de la Ciudad, y no pasaba un día en el que súbitamente durante la jornada laboral, la musa lo pellizcara y él dejándose llevar comenzara a improvisar. Sus compañeros de trabajo y allegados le aconsejaban que dejara de trabajar para Eusebio y se dedicara a la música que se le daba con una facilidad increíble.

En su casa eran muy melómanos y su vida había transcurrido en un ambiente musical y alegre, pero no contaba a su favor con alguna formación musical, tampoco con estudios vinculados al arte. A pesar de ello, llegó el día que dejó de pensarlo dos veces y confiando en su talento natural optó por la música.

Comenzó a componer breves historias musicales a las que incorporaba sonidos grabados. Le encantaba el resultado de la mezcla de un poco de reggae con clave cubana. Pero sacar esta música adelante era difícil sin tener los contactos y los medios necesarios para poder registrarla. Entonces lo intentó de la forma más sencilla: vocalizándolas y cantándolas él mismo.

El 24 de diciembre del 2010 rompió la inercia de manera definitiva presentándose en una actividad cultural en el municipio Marianao. Así festejó el fin de año, interpretando sus temas de "reggaeson", término que ha elegido para designar su trabajo musical. “La aceptación del público fue inmediata y positiva, sinceramente yo esperaba menos. Me aplaudieron y me recibieron de maravilla, lo cual aún me enorgullece y me llena de aliento y satisfacción. Mis temas son de retórica social y tienen matices de crítica, pero expuestos con sabor y ritmo. Creo que la mezcla caribeña y underground fue la clave de mi buena acogida”.

Hoy han pasado cuatro años y es conocido artísticamente como El Moreno del Swing, aunque sus amigos le llaman sencillamente Eddy. Su activo talento musical no tiene límites. Se ha entregado con furia al trabajo que felizmente ya va rindiendo frutos, porque pese a que no cuenta con todo el reconocimiento que él quisiera, económicamente no le ha ido mal.

Con el objetivo de insertarse de una vez en el panorama musical cubano, tiene en mente grabar un disco en el futuro. Aunque hasta el momento su estilo de vida agitado y la constante batalla por mantener una estabilidad económica fuera del ámbito musical no le dejan tiempo para concretar esta idea.

Es la historia de Eddy, una de esas donde el protagonista triunfa gracias a su carisma, talento, voluntad y perseverancia. Llega a ser un ídolo a seguir y a la vez una lección de vida para muchos talentos jóvenes que se escudan en la queja y las dificultades. Siguió un camino lleno de incertidumbre e inestabilidad, sin estudios bajo el brazo ni agentes, patrocinadores o representantes legales bajo la manga. La fe en su trabajo es todo con lo que cuenta para seguir abriéndose camino, y con eso basta.

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