Internet, movimientos y artistas underground: una realidad distinta



A raíz de la entrevista que realicé días atrás a los muchachos de la banda trinitaria Arrabio, y a propósito de sus aseveraciones acerca de lo underground, me surgían varias inquietudes. Uno de los músicos aseveraba que el concepto de lo underground es complejo y controvertido, debido a la variedad de interpretaciones que se le aplican al término por parte de especialistas, músicos y público en general. Sin perder de vista que tales criterios además, están condicionados tanto por el grado de conocimiento como por la intención de quien los propina, considero mucho más importante ver este problema según el color del cristal: las condiciones en que tiene lugar el desarrollo de un movimiento underground.

Tratando de informarme acerca del tema en los medios más cercanos y asequibles, consulté la Wikipedia de 2014. Allí encontré algunas especificidades sobre el concepto, sus expresiones y manifestaciones, así como las más disímiles interpretaciones. En una de sus páginas refería que underground: “Como adjetivo, suele aplicarse a artistas que no están auspiciados comercialmente por las empresas que explotan el arte, y generalmente no quieren estarlo”.

Automáticamente comencé en una retrospección a validar sobre todo la última parte de la frase “generalmente no quieren estarlo”. Cierto es que quizás la publicación a la que acudí no sea la más especializada, pero es muy visitada y la generalidad de sus lectores entenderían, así que en Cuba, la mayoría de los músicos underground no están interesados en grabar con una gran disquera. Lamentablemente, hecha la retrospección, también me percato de que sucede todo lo contrario y quizá por desconocimiento acerca de lo que puede suceder con un producto auténtico en manos de una empresa multimillonaria que podría acabar siendo bien distinto. Pero ello se debe en gran medida a las condiciones en que nuestros músicos y público acceden a la información, si es que lo hacen.

Más adelante la cita continuaba: “Con la llegada de la WWW, muchos expertos argumentan que no tiene sentido ya hablar de underground, pues las nuevas tecnologías hacen posible acceder con facilidad a prácticamente cualquier manifestación artística o propuesta ideológica. Internet permite que los artistas y activistas difundan su trabajo e ideas sin tener que acomodarse a los intereses de ninguna empresa (compañía de discos, editorial, etc.)”. Entonces, si la existencia de un movimiento underground dependiera del acceso, control y difusión de un determinado producto musical por medio de Internet, no sólo Cuba, sino todas las naciones que tienen recursos limitados en este sentido, no asistieran a este fenómeno y realmente no creo que así sea.

Es cierto que Internet ha facilitado algunas interacciones de los artistas underground, pero en el caso cubano, ha sido menor. Por eso la necesidad de que existiera un proyecto que los organizara y respaldara como lo está haciendo PMU, es indiscutible. Una de las razones ya la veníamos explicando y tiene que ver con el acceso a la información, pero hay muchas otras.

Las condiciones socio-económicas actuales del país, representan un obstáculo incluso para darse a conocer dentro de nuestros propios límites, qué decir del resto de mundo. Pensar en que surjan y se desarrollen hoy en Cuba movimientos como los deadheads que persistieron hasta la década del noventa en Estados Unidos y que recorrían con los músicos de la banda The Grateful Dead, y de ahí su nombre, en sus tours por diferentes ciudades, sería una utopía. Sin embargo, los boletines impresos de PMU, ya son una realidad que llega a muchas de nuestras ciudades. Conocer de la existencia de otros que trabajan bajo condiciones mínimas, generalmente crea lazos de solidaridad y profesionalismo, y ese ha sido otro de los resultados.

En el camino de promover y patrocinar al movimiento musical underground cubano, nuestro proyecto ha ido aglutinando a los artistas con independencia del género que trabajan. He visto en no pocas ocasiones a músicos que hacen rock participando y trabajando con otros que hacen rap o jazz. Y ese fenómeno no es exclusivo de la realidad cubana. En otros contextos y épocas se veían a hippies, bohemios y jazzistas compartir los mismos espacios públicos y principios morales. Y es que se trata de buscar formas, mecanismos e ideas afines que salven los productos musicales auténticos al margen de procedimientos o empresas. Lo que ha logrado hoy nuestro movimiento underground no ha sido propiciado por el acceso a Internet, sino todo lo contrario, por las limitaciones que tiene para poder hacerlo y en ese dilema estriba la singularidad de acometer una iniciativa como PMU en Cuba.

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Yoset
24 de marzo, 2015 12:37 pm (GMT-5:00)
Sin dudas el trabajo que hace PMU esta resultando muy valioso para aquellos que los medios oficialista no le abren las puertas, la promoción en Cuba de estos músicos, ya sean los que estan empezando, los que se salen fuera de la música más comercial, los que usan ciertas músicas como herramienta de cambio , ellos tienen el camin dificil. Larga Vida a PMU.